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Imagen del estado en el que quedó el tren siniestrado. / Efe
Una cámara graba el momento del descarrilamiento
tragedia en galicia

Una cámara graba el momento del descarrilamiento

El límite en la última curva antes de llegar a Santiago es de 80 kilómetros por hora y se habrían pasado los 180, señalan fuentes de la investigación

LUCÍA PALACIOS , ISAAC ASENJO

Viernes, 26 de julio 2013, 01:20

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¿Qué ocurrió en la curva de A Grandeira? Galicia y España entera quieren saber cuáles fueron las causas por las que un tren Alvia descarriló anoche a cuatro kilómetros de Santiago de Compostela con consecuencias trágicas. Al menos 80 personas han muerto y más de 170 fueron trasladas a distintos hospitales, de las cuales 95 continúan ingresadas. Si en un principio incluso se especuló con un atentado la víspera de la fiesta nacional, rápidamente se descartó esta hipótesis y la razón principal ya está clara: el tren circulaba a 190 kilómetros por hora, tal y como ha reconocido el propio maquinista al delegado de Gobierno en Galicia, Samuel Juárez. Y lo hacía en una curva muy cerrada que tenía un límite de 80 km/h. Queda saber ahora por qué duplicaba esta velocidad. ¿Temeridad del conductor? ¿Fallo técnico?

La caja negra, donde quedan registradas las velocidades, será la pieza clave de esta investigación y ya está en manos del juez, custodiada por la Policía Judicial. El titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Santiago de Compostela ha ordenado tomar declaración como imputado al maquinista, que está a disposición policial en estos momentos. Esta será la primera declaración que se tome al conductor, sobre la que no se ha concretado todavía en qué momento será. Además, se están "referenciando" testigos, lo que quiere decir que se les están tomando los datos para poder localizarlos y llamarlos a declarar. Asimismo, el juez ha pedido que se aseguren todos los vídeos y audios que puedan existir del accidente y que puedan ser empleados en la investigación.

La compañía Renfe intenta desmarcarse del suceso y su presidente, Julio Gómez-Pomar Rodríguez, ha asegurado a la cadena Cope que "el tren no ha tenido ningún problema operativo. Esa misma mañana pasó una revisión". "Estos trenes pasan una revisión cada 7.500 km, otra revisión cada 50.000 km, otra revisión cada 150.000 km", ha añadido, antes de afirmar que "por decirlo de otra manera, el expediente de mantenimiento y de control del tren era perfecto". El presidente ha precisado que el maquinista tenía 52 años y 30 de experiencia en la empresa, y que trabajaba en esa línea desde hace más de un año.

Desde Renfe han querido también zanjar otra de las hipótesis que se manejaba de que el conductor iba rápido porque el tren llevaba retraso y fuentes de la compañía han admitido que el convoy llevaba cinco minutos de retraso, pero que es algo habitual en estos servicios y, por lo tanto, no puede relacionarse con el accidente.

Una curva muy peligrosa

Los usuarios del Alvia que recorre la distancia entre Madrid y Ferrol conocen bien la curva A Grandeira. Ya el mismo día de la inauguración de ese trazado, el 10 de diciembre de 2011, al llegar a la misma, el tren dio un bandazo que provocó el desequilibrio de algunos de los usuarios. Hubo, ese día, un murmullo general sobre lo duro que era ese tramo después de más de 80 kilómetros de línea casi recta de AVE desde Ourense. Si en esos 80 kilómetros iniciales el tren no parece moverse, allí se nota por primera vez la inercia de un cambio de dirección. Por eso Fomento catalogó esa curva como "muy difícil" e impuso un límite de 80 km/h, una velocidad relativamente baja para un tren que puede superar los 200 km/h.

Se trata de la primera curva que se encuentra el tren que circula entre Madrid y Ferrol al llegar a Santiago de Compostela desde Ourense. Es además, donde ya no hay trazado nuevo completamente independiente para el AVE sino que el tren usa parte del trazado antiguo, la vía que se construyó durante el franquismo entre ambas ciudades.

El tren que circula entre Madrid y Ferrol viaja por distintos trazados. Es el ferrocarril más rápido que circula por Santiago. Entre Madrid y Olmedo (Valladolid) utiliza la línea del AVE. Posteriormente, entre Olmedo y Ourense vuelve a circular por una vía convencional, a la espera de que se terminen la obras del AVE que ya están en marcha. Finalmente, entre Ourense y Santiago se incorpora a la línea del AVE, que a la entrada de Santiago discurre junto a la vía antigua. En ese momento el tren debe frenar y, al llegar a la curva cerrada donde tuvo lugar el accidente, dejar la velocidad en solo 80 kilómetros por hora. El descenso de velocidad en ese punto es muy pronunciado: se pasa de 200 kilómetros por hora a 80 en un corto lapso de tiempo.

«Descarrilé, qué le voy a hacer»

Uno de los dos maquinistas que llevaban el convoy accidentado hablaba por teléfono tras el accidente. En la conversación no paraba de repetir "descarrilé, qué le voy a hacer, qué voy a hacer". Los dos conductores del tren salieron ilesos del siniestro y después de que el tren hubiese descarrilado estuvieron colaborando en las tareas de rescate y ayuda a los heridos. Las palabras de desesperación de uno de ellos dan muestra del impacto que ha provocado la tragedia.

Testigos presenciales precisaron que el convoy se partió en dos, y la máquina y los cuatro primeros vagones descarrilaron, otro intermedio voló sobre un terraplén hasta caer muy cerca de unas viviendas, y el resto volcó.

Se trata del primer accidente mortal en una línea española de Alta Velocidad, el tercero ferroviario más importante de la historia de España y el más grave ocurrido en el mundo este año 2013.

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