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Las pruebas de los huesos, punto crucial del juicio a Bretón
TRIBUNALES

Las pruebas de los huesos, punto crucial del juicio a Bretón

Declaran la perito policial que confundió los restos y los antropólogos que los identificaron como humanos

CECILIA CUERDO

Sábado, 5 de octubre 2013, 14:43

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¿Fue un error humano, como señala la Policía, o se rompió la cadena de custodia, según mantiene la defensa? El juicio contra José Bretón por la muerte de sus dos hijos llega esta semana a una de sus fases cruciales con la declaración de los expertos que identificaron distintos orígenes de los restos óseos hallados en la hoguera de la finca familiar de Las Quemadillas. Unos expertos cuya declaración tratará de desmontar la defensa del acusado, que mantiene que los errores al guardar la principal prueba de convicción la invalidan.

La primera en declarar será la antropóloga forense de la Policía Científica que analizó los dos centenares de pequeños huesecillos hallados en la hoguera y que en una nota a los pocos días de la desaparición de los pequeños se mostró concluyente. Los restos estudiados son todos de naturaleza animal; de edad subadulta y de distintos tamaños (roedores, pequeños carnívoros, pequeños herbívoros y omnívoros). En esa hoguera no se ha producido la incineración de ningún cuerpo o resto humano.

Profesional de reconocido prestigio y con una amplia trayectoria que incluye casos como los atentados de Madrid de 2004, el accidente de Spanair o el de los militares del Yak-42, su opinión descolocó a los agentes que, como apuntó la pasada semana el comisario que dirigió la investigación Serafín Castro, sabían que los niños tenían que estar en Las Quemadillas sí o sí. Con esa convicción y a raíz de las conclusiones oficiales, la Policía rastreó durante meses otros posibles lugares, abriendo incluso una búsqueda internacional, y agujereó como un queso de Gruyère la finca, haciendo catas en el terreno y derribando paredes y techos en busca de posibles zulos donde localizar a los pequeños Ruth y José.

El caso dio un vuelco en agosto de 2012, cuando el antropólogo forense Francisco Etxebarría, que declarará el mismo día, ojeó fotos de los restos óseos y encontró algo raro. Un examen ya directo apuntó que eran humanos y de seres inmaduros, y que esta apreciación saltaba a simple vista por la forma anatómica. El escándalo estaba servido, porque el reputado forense vasco matizaba que alguien poco habituado a trabajar con huesos de menores y expuestos a esas temperaturas puede confundirse fácilmente. La forense, sin embargo, se enrocó en su teoría porque esto no es como el CSI, llegaría a decir en una entrevista, y se excusaba en la tremenda presión a la que se vio sometida. Una presión que, a decir de la auxiliar forense y los agentes que declararon la pasada semana, no era nada fuera de lo habitual. También afirmaron que en algunos momentos la perito sí llegó a decir que algunos de los restos parecían humanos.

La rectificación

Su rectificación sin embargo no llegaría hasta que el paleoantropólogo José María Bermúdez de Castro también llamado a testificar en el juicio- y el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses corroboraron que se trataba de restos y dientes de niños, aunque su estado de degradación a causa de las altas temperaturas alcanzadas en la hoguera hacía inviable cualquier identificación a través del ADN. El propio ministro de Interior tuvo que comparecer para dar explicaciones sobre el caso, y mientras el juez imputaba formalmente a Bretón de asesinato, la forense era destituida.

A este error dedicará parte de sus esfuerzos la defensa de Bretón, que en las dos semanas previas ha puesto en tela de juicio la cadena de custodia de esos restos, almacenados en una sala contigua a la sala de vistas donde se celebra el juicio. El letrado José María Sánchez de Puerta también incidirá en la desaparición de uno de esos restos, la muestra número 8, y que según los agentes de la investigación se desintegró por su mal estado.

Las sesiones de esta semana se centrarán también en las pruebas periciales que sitúan Bretón en la finca familiar en días previos a la desaparición de los pequeños, así como los informes que concluyen que los niños no salieron de Las Quemadillas. También está previsto que declare el policía sombra que compartió horas y horas con Bretón desde que se perdió de vista a los niños y con quien el acusado mostró algunos momentos de debilidad.

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