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El primer bastión

El cerro de la Encina atesora cuatro milenios de historia | Un fortín de la Edad del Bronce corona la pequeña colina donde la tierra oculta el principal poblado argárico del Valle de Monachil y la Vega de Granada

JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE

GRANADA

Domingo, 10 de septiembre 2017, 02:11

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Es territorio de calzadas, águilas de tamaño medio y alas de color claro. Vuelan a media altura, rápidas y silenciosas. Vienen desde los tajos de los Cahorros, las ramblas de los Olivos y los altos del Purche, para otear en busca de pequeños mamíferos, aves, e incluso polluelos, que puedan aparecer entre las piedras que aún mantienen parte de la estructura del más antiguo de los fortines de valles y vegas de Granada. Una sombra alada se proyecta y pasa rápida sobre los cantos rodados y bloques tallados que forman líneas discontinuas de muros, que desde hace cuatro mil años se alzan sobre la cima del cerro de la Encina, en las proximidades de Monachil. Es uno de los últimos lugares en los que esta ave, una de las rapaces con mayor capacidad de adaptación, podrá buscar alimento antes del inicio de la metrópoli. El águila, como hicieron los hombres que habitaron el cerro durante la edad del Bronce, miran hacia el valle por el que discurren las aguas del río Monachil y la enorme extensión de la que fue la gran depresión de Granada, colonizada y convertida en territorio de cultivo, la despensa de todas las culturas que desde hace milenios habitan a las faldas de Sierra Nevada.

El cerro de la Encina se alza sobre las alamedas que marcan el paso del Monachil. Es una colina aterrazada por la mano del hombre y que la erosión y el paso de los siglos ha suavizado en sus pendientes. Sobre ella se aprecia un denso muro de piedra que se aferra a la orografía de la cima a modo de pirámide truncada. Es un bastión fortificado, los restos de un punto de vigilancia y defensa que oculta las abigarradas estructuras de almacenes y estancias. La geografía del sureste ibérico, de tierras de íberos, romanos, moros y cristianos, están llenas de torres y castilletes, pero todos ellos con dos mil años de historia menos que el fortín de la Encina, que por su tamaño y posición, delata la existencia de una importante población a la que ofrecer refugio y defensa. (…)

Lee el reportaje completo, fotogalerías, vídeo. Mapa y datos de ruta y ecosistemas, en la revista de naturaleza de IDEAL, Waste Magazine

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