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Adolescentes inmigrantes llegados en una patera. JAVIER MARTÍN
Más de 70 menores inmigrantes han 'huido' de centros de acogida desde julio

Más de 70 menores inmigrantes han 'huido' de centros de acogida desde julio

La Estación de Autobuses de Granada se ha convertido en una zona muy frecuentada por los 'menas', así como el entorno de la biblioteca de el Salón

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Sábado, 21 de octubre 2017

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Hace apenas una semana, un grupo de 17 menores inmigrantes no acompañados -conocidos como 'menas'- abandonaron el centro de acogida temporal ubicado en Víznar. La Junta de Andalucía, quien tiene la tutela de estos menores, presentó la correspondiente denuncia por desaparición. Quizás eso fue una gota en el agua comparado con lo que viene sucediendo desde el pasado mes de julio hasta la fecha. Según datos facilitados por trabajadores de centros residenciales y de acogida de la Junta de Andalucía en Granada, desde el principio del verano hasta la fecha, se han registrado más de 70 'fugas' o altas voluntarias de estos adolescentes.

«El problema no lo tenemos en Granada, el problema está en Marruecos porque suelen usar políticamente el tema de las pateras y de los menores para abrirles las fronteras de paso hacia España cuando discrepan de algún asunto político. Las consecuencias las estamos pagando nosotros», apunta uno de los trabajadores consultados por este periódico quien ha pedido mantenerse en el anonimato, como el resto de sus compañeros, para evitar problemas mayores con la Administración autonómica.

Los centros de primera acogida apenas tienen 25 plazas cada uno, uno es el Ganivet y el otro el Bermúdez de Castro en la Cuesta del Chapiz del Albaicín. Al menos el centro Ganivet viene duplicando el número de acogimientos y ha pasado todo el verano con 50 menores, pese a estar preparado para 25. Lo mismo ha ocurrido con los centros de acogida residenciales.

«El problema es que el 80% de los menores que nos llegan vienen con serios problemas de conducta o con adicciones y no hay centros específicos para tratarlos. Estamos haciendo grandes esfuerzos para atenderlos, pero estos menores deben tener centros de acogida específicos para tratar sus problemas. La atención ambulatoria en salud mental o en el Centro provincial de Drogodependencias sirve de muy poco. Necesitamos centros donde estos menores puedan pasar tres meses tratando su adicción o su alteración de conducta», apunta otro trabajador.

La Junta de Andalucía habilitó hace cuatro meses cien plazas de emergencia en Granada para atender la llegada masiva de menores inmigrantes procedentes de otros centros de acogida de Andalucía que también están saturados o directamente de la calle. Muchos de los 'menas' ingresados en el albergue de Víznar optan por bajarse a Granada para ingresar en los centros de la capital o eligen marcharse a otra ciudad.

Cruzando la autovía

«Nos vienen avisos de que los ven cruzando la autovía o andando por los caminos rurales para llegar a Granada. Lo peor no es eso, sino que los desequilibrios conductuales que traen o sus adicciones son una fuente de conflictos permanentes tanto dentro de los centros como en la calle cuando deciden abandonar el centro».

Trabajadores consultados en la Estación de Autobuses de Granada apuntan que en los dos últimos meses han visto muchos menores inmigrantes en esta estación. «No sabemos si es que intentan colarse en los maleteros o en los coches (autobuses) para viajar gratis o si es que utilizan estas instalaciones para descansar, pero me consta que en más de una ocasión nos hemos visto obligados a llamar a la Policía porque no era normal que se juntaran aquí grupos de treinta o cuarenta menores de este tipo», apuntan desde la Estación de Autobuses.

Los setenta huidos de centros de acogida en tres meses, representan una media de 22 menores inmigrantes por mes. El pasado año, Granada quedó como la segunda provincia española con más denuncias por desaparición de menores con 221, según datos del Ministerio del Interior, con una media mensual de 18. Pero en esta cifra están incluidos tanto los menores inmigrantes como los que no lo son y se marchan de sus para volver a los pocos días. Ahora con esas 70 denuncias por abandono de los centros de acogida en apenas tres meses, se supera la media del pasado año con creces y teniendo en cuenta que sólo son inmigrantes adolescentes, sin contar los menores españoles que se escapan de sus casas.

Los trabajadores de los centros de menores exigen soluciones a este problema por el bien de los propios adolescentes y por el bien de la sociedad para evitar conflictos en la calle.

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