Edición

Borrar
Es posible observar machos de P. golgus, con las alas de color azul, en las rocas de pizarra próximas a borreguiles y a poblaciones de vulneraria.
La 'Niña de Sierra Nevada', a un paso de la extinción

La 'Niña de Sierra Nevada', a un paso de la extinción

'The Guardian' incluye a una mariposa granadina entre las diez especies más amenazadas por el cambio climático en todo el mundo

Juan Enrique Gómez

Martes, 23 de mayo 2017, 08:38

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Una pequeña mariposa de color azul mueve suavemente sus alas sobre una lasca de pizarra que le sirve de atalaya desde la que atraer a las hembras de su especie, que revolotean sobre minúsculas flores de vulneraria. Es una imagen que podría no volver a repetirse en los próximos años, cuando llega el inicio del verano y aún quedan neveros en las altas cumbres de Sierra Nevada, donde un lepidóptero diurno, considerado como uno de los iconos de la biodiversidad del sureste ibérico, intenta sobrevivir a pesar de las alteraciones que su hábitat sufre cada año por el impacto de la climatología, el exceso de pastoreo y las actividades deportivas, que podrían llevarle a desaparecer. En la montaña se le conoce como 'Niña de Sierra Nevada' y también 'Azul de la sierra', un atractivo nombre para definir a Polyommatus (Plebicula) golgus, una especie catalogada entre las cuatro mariposas más amenazadas de la península Ibérica, que es objeto de un seguimiento muy especial por parte de científicos implicados en el estudio y seguimiento de los efectos del cambio climático y los usos humanos en los espacios naturales.

Las investigaciones reflejadas en el 'Plan de Recuperación de la Niña de Sierra Nevada' elaborado por la Butterfly Conservation Europe, han servido de base para que esta mariposa granadina sea incluida por el periódico británico 'The Guardian', en la lista de las diez especies más amenazadas del mundo a causa del cambio climático, un 'Top 10' que se inicia con la barrera de coral australiana, engloba pingüinos del Ártico, aves de Groenlandia, roedores aislados en islas tropicales, tortugas marinas, plantas gigantes de Etiopía y la 'Niña de la Sierra', que ocupa la sexta posición en el informe elaborado por un especialista en cambio climático de este diario internacional, Patrick Barkham, que asegura que «a medida que la Tierra se calienta, estas especies pierden su hábitat y no pueden sobrevivir».

Cada año, la pequeña 'Azul de la Sierra' tiene que subir más alto. Las plantas de las que se alimentan sus orugas crecen cada vez más cerca de la cumbre y llegará el momento en que las condiciones de esos espacios no le permitirán crecer. Es una de las conclusiones a las que han llegado los científicos, José Miguel Barea Azcón, Javier Olivares, Sara Castro y Svetlana Miteva, coordinados por Miguel Mungira. Afirman que «la principal amenaza para la población del Veleta, una de las diez localidades estudiadas, es la destrucción del hábitat causada por el desarrollo urbanístico relacionado con las infraestructuras para deportes de invierno», recuerdan que en 1995, durante la ampliación de la estación de esquí, el curso el río Monachil «fue desviado, se instalaron cañones de nieve artificial y las irregularidades del terreno fueron niveladas en áreas donde la especie vivía con anterioridad. Estas acciones destruyeron el hábitat de parte de la población que habitaba en la cara oeste del Veleta». Las actividades deportivas han generado también contaminación del agua por acumulación de residuos y nitrificación por agentes fecales.

A esta problemática se suma el pastoreo excesivo que dificulta considerablemente el crecimiento de la planta nutricia de esta especie, Anthyllis vulneraria, que se ve afectada también por el aumento de las temperaturas y necesita más frío para crecer y por «el pisoteo del hábitat causado por los turistas que usan caminos alternativos para acceder a las cumbres y se salen de los senderos establecidos por el Parque Nacional». El futuro es incierto, ya que a los problemas por usos no sostenibles se suma la grave incidencia de la sequía sobre la viabilidad de las plantas de las que se alimenta esta mariposa con machos de color azul y hembras de alas marrones y ocres, una especie que aunque es considerada como un endemismo ibérico solo posee escasísimas poblaciones en Sierra Nevada, y reducidos núcleos en las sierras de Sagra y Guillemina al norte de Granada, y Cazorla.

Medidas puestas en marcha por los responsables del Parque Nacional de Sierra Nevada, como la protección de áreas de crecimiento de vulneraria y buen uso de senderos podrían evitar un desenlace que por el momento solo tiene un nombre: extinción.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios