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Las acequias tradicionales de careo contribuyen a paliar los efectos del cambio climático en la alta montaña de Sierra Nevada.
Sierra Nevada, modelo global

Sierra Nevada, modelo global

Es el escenario del principal proyecto europeo de protección de ecosistemas y sus beneficios, junto a Cabo de Gata y Doñana

Juan Enrique Gómez

Lunes, 6 de febrero 2017, 02:42

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granada. El agua del deshielo corre por las acequias de las laderas de Sierra Nevada, se desborda y empapa los prados en los que se alimentan los rebaños; aporta fertilidad a la tierra donde crecen poblaciones vegetales y continúa su descenso hasta regar los cultivos tradicionales de la Alpujarra y el Marquesado; llena los acuíferos y permite la existencia de fauna y flora que forman parte de una cadena alimenticia encabezada por el hombre. Ayudar a la naturaleza a mantener sus ritmos y funciones es poner las bases para proteger e incrementar los beneficios que los ecosistemas aportan a la biodiversidad y a la vida humana, los territorios y sus pobladores, actualmente amenazados por el cambio global, que aglutina los efectos de la evolución del clima y la antropización -los efectos del hombre sobre el medio ambiente y los usos no sostenibles del medio natural-. Un amplio equipo multidisciplinar de científicos, técnicos y gestores, han puesto en marcha el proyecto Life Adptamed, que liderado desde Granada es el proyecto europeo más ambicioso en cuanto a establecer métodos que permitan mantener los llamados socioecosistemas mediterráneos, los espacios naturales que forman parte activa no solo en la supervivencia, sino también en la generación de riqueza.

«Hace ya tiempo que las administraciones encargadas de la gestión y protección del medio natural y los estamentos científicos, trabajamos de forma conjunta para conocer las pautas y la evolución de los territorios», afirma el director del proyecto, Javier Cano, que desde su posición de técnico del Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada conoce bien algunos de los territorios, especialmente del área nevadense, donde los efectos del cambio global se aprecian de una manera palpable. Asegura que «ahora, con este proyecto Life, que tiene un desarrollo de cinco años y casi 5,5 millones de euros, de los que 3,2 son aportados por la Unión Europea, tenemos la oportunidad de profundizar en las amenazas que sufren los ecosistemas más beneficiosos para todos y también los más frágiles, en su mayor parte como consecuencia del cambio climático, y poner las bases para su protección, además de intervenir directamente en su mejora». La decisión de la Unión Europea de conceder a Andalucía uno de los proyectos que se enmarcan en el programa Life Acción por el Clima, reconoce la labor que se ha realizado en los tres territorios protagonistas: Sierra Nevada (Granada), Cabo de Gata-Níjar (Almería) y Doñana (Huelva, Cádiz y Sevilla).

Un proyecto cuyo beneficiario coordinador es la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía; en el que también participan las Universidades de Granada y Almería, la Estación Biológica de Doñana, el Parque de las Ciencias de Andalucía y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). El proyecto Life Adaptamed, cuenta con la coordinación científica del catedrático de Ecología de la UGR y director del Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada, Regino Zamora, para quien la naturaleza posee sus mecanismos de acción reacción ante las amenazas y que se han observado claramente en la evolución experimentada por las masas forestales en la sierra granadina, con un crecimiento considerable en las últimas décadas, y el desarrollo de bosques más multiespecíficos con especies propias y bien adaptadas. Desde el Observatorio de Cambio Global, se han realizado numerosas investigaciones sobre los efectos de la evolución climática sobre el macizo nevadense y sus pobladores, incluidos los núcleos urbanos, beneficiarios directos de los ecosistemas.

Los responsables del proyecto consideran que el papel de los espacios protegidos como generadores de riqueza, en todos sus sentidos, se ha consolidado como un nuevo objetivo en la tarea de la conservación del medio natural. «Los bosques, ríos, playas, matorrales y montañas proveen una enorme diversidad de servicios y bienes. Los que llamamos de abastecimiento, suponen el ejemplo más evidente, puesto que son los que el ecosistema ofrece de forma directa: aportes de agua, plantas de uso medicinal, miel, energía, setas, madera o productos agrícolas», afirma la coordinadora técnica del proyecto, Rut Aspizua, que amplía esa fundamental lista de beneficios a lo que se podrían considerar servicios de regulación, como la tarea de consolidar el suelo ante los efectos de la erosión, e incluso el control del clima, ya que un ecosistema equilibrado favorece también una evolución climática adecuada, que a su vez incide directamente en la prevención de avenidas, correntias e inundaciones. «La alteración de los ecosistemas impediría, por ejemplo, el desarrollo de la polinización, lo que sería catastrófico para el crecimiento de la vegetación y toda la biodiversidad que depende de ella», afirma el también coordinador técnico de 'Life Adaptamed', José Miguel Barea.

Este proyecto, considerado como vanguardia en la adaptación de los espacios naturales a los efectos de la evolución climática, también tiene en cuenta el valor cultural y recreativo de territorios tan específicos como Sierra Nevada, Cabo de Gata y Doñana, a los que cada año acuden centenares de miles de visitantes.

Laboratorio

Para los investigadores implicados en el conocimiento de la evolución climática en los ecosistemas, los espacios naturales protegidos se han convertido en verdaderos laboratorios donde estudiar los efectos de fenómenos de enorme calado como la actividad antrópica sobre los procesos naturales. En este sentido, Sierra Nevada es considerada desde hace tiempo, el gran laboratorio de estudio sobre el cambio climático. Es el modelo a seguir en gran parte de los territorios que ya están especialmente afectados por las modificaciones del clima, y de hecho es la referencia de científicos de todo el mundo.

«Vivimos un tiempo en el que cada vez está más claro el inexorable impacto del clima, que repercute de forma dramática en la funcionalidad de los sistemas naturales, y en consecuencia en la capacidad que tienen para suministrar servicios», alerta José Miguel Barea. Los científicos y gestores de este proyecto estiman necesario responder una pregunta fundamental: «¿Cómo hacemos que un bosque sea un ecosistema más resistente a la escasez de precipitación, a la impredecibilidad en las nevadas, al incremento de las temperaturas o a la irrupción de plagas forestales?» Esta es la clave de un proyecto que se basa en favorecer las condiciones de los espacios naturales para hacerlos más resistentes a los envites del cambio climático. De estas experiencias se podrán extraer enseñanzas pioneras de enorme valor para mejorar la compleja gestión de ecosistemas forestales, áridos, litorales y de montaña en una de las zonas más ricas en cuanto a biodiversidad del Planeta: la cuenca mediterránea.

Life Adaptamed pretende mantener algo tan sencillo como que las plantas puedan vivir gracias a la polinización que realizan los insectos, que como las abejas, generan miel que utiliza el hombre, o el mirlo capiblanco que en las laderas de la cara norte de Sierra Nevada se convierte en un imprescindible agente dispersor de las semillas de enebro, que al crecer protegen el suelo, base de un territorio único.

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