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PER, radiografía de una necesidad

PER, radiografía de una necesidad

Con las arcas de los Ayuntamientos casi vacías, los 31 millones del PFEA posibilitaron el año pasado la ejecución de 297 proyectos que dieron trabajo a 16.000 personas. Albuñol, Rubite y Otura no tendrán PFEA en 2017 por sus deudas con la Seguridad Social

Jorge Pastor

Domingo, 22 de enero 2017, 01:26

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Si hay un programa de empleo que soporta la pesada losa de los estigmas, ése es el Programa de Fomento de Empleo Agrario (PFEA), antiguamente conocido como Plan de Empleo Rural (PER). La analogía para unos es la siguiente: PER igual a subsidio y subsidio igual a indolencia. Y para otros PER es una inversión pública en los pueblos y la inversión pública en los pueblos supone la creación de puestos de trabajo y frena la emigración. Posiciones encontradas que alimentan encendidos debates y controversias que, periódicamente, sitúan a la Andalucía rural en el punto de mira. Antes de entrar en otros pormenores, conviene preguntarse ¿estamos hablando realmente de mucho dinero? En Granada, por poner el foco en el ámbito más cercano, el PFEA supone un gasto anual, soportado básicamente por Estado, Junta de Andalucía, Diputación y ayuntamientos, de unos treinta millones de euros -la cifra, según el histórico, varía unos dos millones al alza o a la baja-. Más allá del interés general de las 297 obras acometidas, el último PFEA ha supuesto la

creación de unos 16.000 puestos de trabajo distribuidos en contratos que normalmente duran entre quince días y un mes. Unos 200.000 jornales, continuando con los números redondos, de los cuales el noventa por ciento se computan en el Régimen General, mientras que el diez por ciento restante se vinculan al Régimen Agrario. Un porcentaje relevante si tenemos en cuenta que, según la legislación, estas peonadas se pueden sumar para lograr las treinta y cinco que permiten que los trabajadores agrarios puedan cobrar el subsidio o, lo que es lo mismo, 420 euros mensuales durante un máximo de seis meses.

Éstas son, grosso modo, las grandes cifras del PFEA en Granada. Un dinero sin el cual infinidad de ayuntamientos no podrían poner ni un solo ladrillo en todo el año. No es ninguna exageración. En Fuente Vaqueros, verbigracia, los 320.000 euros del PFEA significan el diez por ciento del presupuesto municipal (3,2 millones de euros). Se han contabilizado unas doscientas contrataciones. Muchas si tenemos en cuenta que estamos hablando de una localidad que, fuera del periodo de campaña del espárrago, suma unos seiscientos parados, según el Servicio Público Estatal de Empleo (SEPE).

Impacto laboral

Y es que el impacto laboral del PFEA sobre municipios con economía escasamente diversificada y dependiente de la agricultura es realmente notable. De ahí que la Diputación de Granada, cuya cartera de servicios está orientada precisamente a este tipo de enclaves, haya hecho 'casus belli' de la exclusión de Albuñol, Rubite y Otura del PFEA de 2017, determinada por el Gobierno porque sus ayuntamientos no están al corriente con la Seguridad Social. Estamos hablando de 400.000 euros y 188 empleos. Según el presidente del ente provincial, José Entrena, «el Gobierno de España ha dejado en la estacada y sin derecho a trabajar en el PFEA a los eventuales del campo de Albuñol, Rubite y Otura y los ha discriminado respecto a beneficiarios de otras provincias andaluzas, como Jaén, Cádiz, Almería o Sevilla que, en las mismas circunstancias, no están sufriendo este problema». Y recordó que en la práctica

totalidad de la comunidad autónoma hay consistorios que no cumplen con determinados requisitos impuestos por el Gobierno, pero no han quedado excluidos del PFEA. Entrena, que se reunió semanas atrás con los secretarios generales de UGT y CC OO, Juan Francisco Martín y Ricardo Flores, para abordar este asunto, ha pedido cambios normativos.

Analicemos, ahora sí, con más detalles las magnitudes del PFEA en el conjunto de Granada. Tal y como se ha apuntado anteriormente, el montante que se emplea para acometer infraestructuras y equipamientos y remunerar al personal se mantiene prácticamente invariable, al menos si tomamos como referencia los últimos ocho años, un periodo coincidente en gran medida con la crisis. El ejercicio con menos recursos liberados fue 2012, con 26,6 millones de euros, mientras que la mayor cuantía se registró en 2013, cuando se alcanzaron los 31,8 millones de euros. El actual, correspondiente a 2015, pero con proyectos ejecutados en 2016 -aún hay actividad en muchos tajos-, ha conllevado un desembolso de 31,5 millones de euros, de los que el Estado ha puesto 20 millones de euros, la Junta de Andalucía 5,8 millones, la Diputación 1,9 millones y las administraciones locales 3,7 millones (1,6 millones para mano de obra y 2,1 millones para adquisición de materiales). Existe un PFEA ordinario basado en una serie de indicadores socioeconómicos que se especifican unas líneas más abajo, y un PFEA especial que solicita voluntariamente cada municipio, lo que le obliga a sufragar, eso sí, el cincuenta por ciento del coste de los trabajos que se efectúen.

Respecto al empleo, el PFEA de 2015 ha permitido que se ocupen en 2016 un total de 15.968 personas. Se han ofertado 196.535 jornales, de los que 182.562 se adscribieron al Régimen General de la Seguridad Social y 13.973 al Régimen Especial Agrario. Para establecer cuántos fondos van a un lugar u otro se tienen en cuenta una serie de variables como la cantidad de cartillas agrícolas, demandantes que figuran en el SEPE en el epígrafe 'agricultura', afiliados al REASS, renta por ciudadano y la asignación que se produjo el año anterior. Respecto al perfil de los contratados, conviene hacer una doble

diferenciación atendiendo a los dos oficios más habituales en el PFEA. Por una parte, los oficiales de primera, cuya vinculación se prolonga habitualmente durante un mes. Casi el cien por cien de los casos son hombres con una gran amplitud de edades. Desde los 25 hasta los 65 años. Por otra, los peones, que normalmente están quince días dados de alta. En este caso el sesenta y cinco por ciento son mujeres de edades comprendidas entre los 35 y los 55 años.

Estas quince jornadas son claves, en muchos casos, para alcanzar esas treinta y cinco que, según la ley, hay que acreditar para percibir la denominada 'ayuda del campo', unos 2.700 euros en el cómputo de un semestre (450 euros al mes). Ésta es una de las grandes ventajas del PFEA, cuyo principal objetivo es corregir los desequilibrios en los entornos rurales de Andalucía y

Extremadura y paliar los problemas de los jornaleros cuando, debido a la caída de producción en cultivos tan extendidos como el olivar, no llegan a los treinta y cinco días. El PFEA permite completar los que faltan y también se pueden aplicar a otros recursos contemplados en el sistema de protección social como la 'ayuda familiar'. En casos excepcionales, el Gobierno puede tomar la decisión de bajar el límite de 35 a 20 o, en su defecto, determinar un PFEA extraordinario para que nadie se quede corto. Una inyección que persigue en primer lugar el mantenimiento de la renta de los hogares temporeros y, en segunda instancia, que también se preserven unos niveles mínimos de actividad productiva en estos entornos.

Los que más reciben

En términos absolutos, hay tres municipios granadinos que superan una dotación superior al millón de euros. Concretamente son Loja (1,39 millones de euros), Íllora (1,35 millones) y Huétor Tájar (1,15 millones de euros). En cuarta posición aparece la Diputación, con algo más de un millón de euros. Un escalón por debajo se sitúa Montefrío (813.364 euros) y Granada (795.836 euros).

Aunque la tabla realmente relevante es la que relaciona los importes que se asignan en el PFEA con los habitantes que tiene cada población. En la primera posición del ranking se encuentra Marchal, en la comarca de Guadix. ¿Qué han hecho en Marchal con los 348,6 euros por vecino que les ha correspondido del PFEA? Pues han planteado dos proyectos de nueve meses de duración. Uno

de ellos destinado a la contención de un talud en la Era Larga y otro para la construcción de la tercera fase de un centro geriátrico. Después, con 282,3 euros por barba, se halla Lentegí. Allí han pavimentado la calle Eras y han habilitado nuevas redes de riego para uso colectivo. Píñar, que ocupa el tercer puesto de esta clasificación, dispone de 226,3 euros por cada uno de sus 962 residentes. Los han empleado para infraestructuras básicas en Píñar y Bogarre y para un sendero. En El Valle, con 217,2 euros, han acondicionado viales y han llevado a cabo la cuarta fase de la residencia geriátrica. El 'top five' se completa con Escúzar, donde los 213,3 euros que ha recibido su Ayuntamiento por parroquiano con cargo al PFEA han servido para la reforma integral de la calle Barranco y para un edificio que albergará un gimnasio.

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