Edición

Borrar
Querella contra el alcalde de Lanjarón por los ruidos de un pub

Querella contra el alcalde de Lanjarón por los ruidos de un pub

Una jueza la ha admitido a trámite pero aún no ha citado a Escobedo, a quien se reprocha no haber puesto remedio a las molestias vecinales

Y. HUERTAS

Lunes, 16 de enero 2017, 01:51

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Los ruidos de un pub de Lanjarón han llegado hasta el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Órgiva, que acaba de admitir a trámite la querella presentada por un vecino, Alfonso R.G., contra los dueños del establecimiento y contra el alcalde del municipio, Eric Escobedo (PP). Les atribuye la presunta comisión de delitos contra el medio ambiente por contaminación acústica, lesiones, prevaricación por omisión y omisión del deber de perseguir delitos.

El vecino perjudicado por las emisiones sonoras habita desde hace seis años en una vivienda colindante al negocio, que, según su querella, «ejerce actividad comercial sobrepasando conscientemente los límites reglamentarios de ruidos. Este particular asegura que el establecimiento carece «de licencia de reproducción musical y audiovisual» y tampoco tendría «limitador-controlador» de ruidos.

Esta conducta, que el querellante atribuye a los dueños del pub -que son padre e hijo- habría supuesto durante años «una vulneración del derecho al que tienen todos los ciudadanos de disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona».

Aparte de por los «elevados» ruidos, Alfonso R.G. se queja de la organización de conciertos en el pub, «tanto dentro del local como en una improvisada terraza en sus aledaños», así como de «numerosas fiestas y eventos de música y baile». Estas actividades, presuntamente, habrían sobrepasado constantemente los umbrales permitidos por la legislación. Los abogados del querellante son Domingo Domingo y Antonio Garrido, que consideran en la querella que el Ayuntamiento de Lanjarón debería haber intervenido ante las «deficiencias» de este local comercial. Sin embargo, «no ha actuado y ha omitido la persecución de tal actividad ilegal durante un largo período». Esta situación ha acabado «menoscabando» la salud mental del denunciante.

El documento sostiene que Eric Escobedo tiene «conocimiento» de la actividad que rutinariamente se está ejerciendo en el local. Y para demostrarlo, el vecino ha aportado -según se especifica- una fotografía de Facebook en la que el primer edil aparece en el establecimiento «disfrutando de un día de ocio». Por esta imagen, esta parte entiende que el regidor «debe de ser consciente que en el citado local se ejerce una actividad de la que se debe tener especial atención por los derechos que pueden verse vulnerados a ciertos vecinos del municipio».

Este diario ha contactado con el alcalde de Lanjarón con el fin de conocer si el establecimiento cumple con la normativa en materia medioambiental. Escobedo aseguró no tener aún notificación de la querella, por lo que prefirió no hacer declaraciones al respecto.

En el auto de admisión, dictado el 17 de noviembre y al que ha tenido acceso IDEAL, el juzgado no cita a Escobedo a declarar y sí al vecino afectado. Es decir, de momento, el regidor no tiene la condición de investigado.

Aparte de acordar que comparezca el querellante, la jueza del referido órgano, Francisca Serrano, acuerda que desde la Delegación de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía «informen e indiquen el índice de ruido y limitación de sonido en el pub de autos». Asimismo, dispone que se lleve a cabo una medición sonora en la vivienda de Alfonso R.G. y que éste sea reconocido por un médico forense, para valorar «sus lesiones y hasta su sanidad».

Antes de acudir a la vía penal, en septiembre de 2015, el vecino presentó ante el Servicio de Protección Ambiental de la Junta un informe de denuncia, «avalado por la firma de diez vecinos de la comunidad». En ese documento, se quejaba de que los ruidos estaban perturbando «gravemente» su descanso y ocasionándole «trastornos por ansiedad y falta de sueño». La Junta hizo entonces varios ensayos y estableció que el local superaba el valor máximo establecido de 30 decibelios que establece la normativa. En una de las mediciones, lo superó en 19 decibelios. La Junta lo calificó en mayo de infracción «muy grave» instando al Ayuntamiento, como «órgano competente» a gestionar la solución de las deficiencias detectadas, que pasarían por «el cierre del local como medida provisional».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios