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Así quedaron dos de los coches afectados por la caída de la roca.
Un pueblo preocupado por 'La botella'

Un pueblo preocupado por 'La botella'

El desprendimiento de una gran roca hace resurgir un miedo latente entre los vecinos de Otívar

LAURA UBAGO

Sábado, 7 de enero 2017, 02:25

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En Otívar, un pueblecito de interior en la Costa Tropical, los vecinos están asustados. Les quitan el sueño las piedras de la montaña sobre la carretera de la Cabra, que se tambalean y caen muy cerca de algunas viviendas del municipio. El pasado miércoles, sobre las dos y media de la tarde, un vecino llegó al Ayuntamiento con el susto en el cuerpo. Había visto cómo una roca gigante se había despeñado y aplastado a dos coches. Le había pillado por allí cerca. Del temblor que le entró no acertaba ni a llamar a los servicios de emergencia. El alcalde, Francisco Robles, celebra por su parte que no haya habido daños personales. Aprovecha el momento para pedir que se tomen medidas y que esto no vuelva a ocurrir. «Uno de los coches aplastados es de una chica que había aparcado diez minutos antes de que cayesen las rocas. Se me ponen los pelos de punta», aseguró el regidor de Otívar, muy concienciado con la problemática de las piedras que conforman la montaña que recorre la travesía del pueblo, la A-4050, que comunica Otura con Almuñécar. No es la primera vez que se producen desprendimientos. El alcalde retira su solicitud de ayuda a las administraciones para que frenen los taludes. «Somos un Ayuntamiento pequeño y pido ayuda a la Junta, a la Subdelegación del Gobierno o a la administración que pudiese ayudarnos, para frenar la montaña y no tener que lamentar males mayores», apunta Robles.

Ayer mismo, personal de Mantenimiento de carreteras de la Junta de Andalucía -encargada de cuidar la vía- ya estaba llevando a cabo el 'mallado' de la zona donde cayó la enorme piedra. Las lluvias o la propia vegetación, cuenta el alcalde, suponen un peligro porque mueven unas rocas que llegan a pesar toneladas.

Hace siete años

El desasosiego se instaló en los vecinos desde un día de Nochebuena del que ahora hacen siete años. Hubo entonces fuertes lluvias que movieron las rocas y provocaron desprendimientos de tierra. Desde entonces, los miembros de las siete familias que cuentan con viviendas debajo de las formaciones rocosas no han recuperado la tranquilidad.

La preocupación más grande del alcalde y el resto del pueblo se llama 'La botella'. Es una piedra inmensa, «de unas 50 toneladas de peso» -calcula el regidor- que temen que se pueda caer. «Cuando empezó a provocar desprendimientos, temblábamos», dice Robles, que recuerda que esta famosa piedra está a unos 150 metros de la que se desprendió el pasado miércoles.

Controlar 'La botella'

Aunque la Junta ya tomó medidas para controlar 'La botella', el alcalde considera que son insuficientes. Quiere aprovechar este nuevo desprendimiento para hacer ver los graves hechos que podrían provocar la caída de grandes rocas. «Debajo hay un almacén. Si 'La botella' cayese, no la frenarían ni las viviendas», especula el alcalde de Otívar.

«Volveré a enviar escritos a la administración. Vivimos con el miedo en el cuerpo. No quiero que llegue el día en que tengamos que lamentar nada», señala el regidor, que apunta a la construcción de un muro para frenar la montaña por completo y no volver a tener desprendimientos. Mientras tanto, los vecinos esperan que lo sucedido el miércoles se quede en un hecho aislado.

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