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Castaños de altura y gordura

Castaños de altura y gordura

En la Alpujarra alta estos impresionantes y gigantes árboles centenarios juegan un papel importante desde el tiempo de los romanos

RAFAEL VÍLCHEZ

Miércoles, 7 de diciembre 2016, 01:14

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En la zona de la Alpujarra alta existen muchísimos castaños centenarios. Originario de Asia, el castaño fue introducido en Europa por los griegos. Después, los romanos siguieron cultivándolo a lo largo de todo su imperio. Los árabes también apreciaron mucho este fruto y la madera. Su uso culinario en la recóndita comarca de la Alpujarra nunca ha dejado de jugar cada otoño un papel importante en la gastronomía.

En Lanjarón, Cáñar, Soportújar, Barranco de Poqueira, la Taha de Pitres, Pórtugos, Busquistar, Trevélez, Bérchules, Mecina Bombarón, Nechite, Nevada, se crían excelentes castaños. En un ramillete de pueblos de la Alpujarra se suelen celebrar las fiestas de las castañas a principios del mes de noviembre, coincidiendo con la celebración del Día de Todos los Santos.

Recolectar castañas es un plan perfecto en otoño. Este trabajo requiere paciencia, un buen calzado y unos buenos guantes para no pincharse cuando se extrae el fruto preso en el erizo. Para evitar que estallen las castañas cuando se cocinan hay que practicarle antes un pequeño corte en forma de cruz.

La castaña la preparan en algunos restaurantes de la Alpujarra de muchas maneras. El prestigioso cocinero del célebre restaurante El Asador de Capileira, José Luis, las hace muy bien, tal como las confeccionaban sus antepasados. Merece la pena visitar esta casa para conocer todo lo bueno que hay dentro. También la cocina francesa inmortalizó la exitosa fórmula del marrón glacé, dulce de castaña confitado en azúcar y glaseado con sirope. Aseguran los entendidos que hubo un tiempo en que la castaña compitió con la patata en la dieta europea.

Cuentan que a Federico García Lorca le encantaba mucho visitar y contemplar los castañares de Lanjarón. Mientras su familia tomaba las curativas aguas minero-medicinales del Balneario, Federico se adentraba en el campo para verlos de cerca. Después le gustaba charlar con los campesinos en una era morisca, a la entrada del pueblo. Al ya desaparecido y recordado pintor granadino, José Ortuño, le encantaba plasmar grandes castaños en sus lienzos, unas veces vestidos de hojas verdes y cobrizas y, otras, desnudos. Algunas de las cotizadas obras de Ortuño se pueden contemplar en los salones del hotel Nuevo Malagueño de Pórtugos, propiedad de José y su esposa Sofía.

Existen un impresionante castaño junto a la carretera de la Sierra de la Contraviesa, muy cerca del célebre restaurante El Haza del Lino; en la zona de Capilerilla (anejo de la Taha de Pitres); en Pórtugos, Capileira, Bubión, Pampaneira, Lanjarón, Busquistar, Bérchules, Trevélez, Mecina Bombarón

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