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Los primores de Tránsito

Los primores de Tránsito

Una vecina de Lanjarón, nacida en 1926, mantiene viva la tradición de elaborar prendas de abrigo para su familia con agujas y ovillos de lana de distintos colores

Rafael Vílchez

Viernes, 4 de noviembre 2016, 00:49

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Una vecina de Lanjarón de 90 años de edad, Tránsito Cabrera Lozano, sigue elaborando con madejas de lana teñidas en distintos colores colchas, mantas, centros de mesa, tapetes, toquillas, bufandas, guantes, gorros y otras prendas para sus cinco hijas y dos hijos y demás familia. Tránsito reside ahora con su hija Maribel. Esta artesana textil se levanta todos los días a las cuatro de la mañana para asearse, rezar el santo rosario y ponerse a trabajar en lo que más le gusta y aprendió en el colegio de monjas de su pueblo y con su madre. A Tránsito también le encanta realizar obras de arte en punto de cruz e ir a la iglesia a misa todas las tardes y días festivos.

Cuando Tránsito Cabrera era mozuela la mayoría de las mujeres de Lanjarón y de otras zonas sabían hacer encaje de bolillos, prendas de lana, coser y remendar ropas. Las agujas y alfileres se clavaban en los acericos, y junto con los carretes de hilo, tijeras y otros útiles se guardaban en el tabaque. Cuando llegaron al pueblo las primeras máquinas de coser de pedal las compraron las familias más pudientes. Por aquellos entonces las mujeres elaboraban las prendas de todos los miembros de la familia, incluida la ropa interior. De los trajes (que eran escasos y muchos no podían tenerlos) se encargaban los sastres.

También, las amas de casa se encargaban de remendar las ropas de vestir y de la casa con tela nueva sobre otra gastada. Las mozuelas bordaban el ajuar en los bastidores y después lo exhibían colgados en la pared los días previos a la boda. La ropa se solía lavar con jabón casero, principalmente, en los lavaderos públicos. Las primeras planchas eran de hierro y se calentaban encima del fuego. Las planchas de carbón llegarían después. La ropa se guardaba con bolas de alcanfor en arcones y baúles. En aquellos lejanos tiempos se llevaban mucho los chalecos, las chaquetas y los pantalones de pana con botones, las camisas blancas, los sombreros de fieltro y las boinas. La ropa femenina incluía faldas anchas y largas.

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