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Las adelfas se encuentran en la mayoría de los espacios verdes de la capital granadina, caminos y carreteras, puede ser letal al alterar el ritmo cardiaco.
Pasear entre plantas venenosas

Pasear entre plantas venenosas

Gran parte de las especies ornamentales que crecen en la ciudad son tóxicas para el hombre, algunas de ellas pueden matar

Juan Enrique Gómez

Viernes, 30 de septiembre 2016, 00:42

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Adelfas, glicineas, castaños de indias, galanes de noche y macetas de cintas y pilistras, pueden convertirse en un serio peligro para quienes caminan, juegan o viven junto a ellas. Son solo una mínima parte de las plantas que crecen en los espacios públicos de todos los núcleos urbanos de la provincia de Granada. Los parques, parterres, e incluso los balcones y pérgolas de las terrazas y restaurantes albergan especies que los botánicos califican como venenosas y peligrosas para el hombre.

Un trabajo realizado durante años por el botánico de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada, José Antonio Hita Fernández, muestra la realidad de los espacios verdes, caminos y senderos de la ciudad, donde es posible encontrar alucinógenos de alto nivel, plantas con propiedades cardiovasculares que podrían causar la muerte, frutos y bayas de llamativos colores peligrosas para los más pequeños. «Hay un centenar de especies que se pueden considerar como venenosas y muy próximas a las personas, aunque hay otras muchas, más de 600, que tienen propiedades tóxicas pero que son ruderales o de espacios agrícolas y menos utilizadas como ornamentales, pero pueden encontrarse en algunos parques», afirma este botánico y técnico de laboratorio, que ha querido dar una respuesta a preguntas como ¿se puede dejar a los niños jugar con hojas de higuera o comerse los frutos rojos del tejo o el acebo? «Dos actitudes que han llevado a pequeños y mayores a los servicios de urgencias por urticarias en la piel, con la higuera, y graves intoxicaciones con los tejos y acebos de maceteros de la ciudad», dice Hita, para quien es imprescindible que los científicos ayuden a divulgar las bondades y los peligros de nuestro entorno.

Es habitual que los responsables municipales, tanto de la ciudad como del resto de los municipios, sean grandes o pequeños, aprueben la plantación de especies en sus zonas verdes sin tener en cuenta los efectos que su mal uso podrían provocar en las personas. Un paseo por cualquiera de los parques, o algunas plazas de Granada demuestra esa falta de control. Los parterres de la fuente de Isabel la Católica, con la llegada de las altas temperaturas se han plantado con decenas de agapantos con sus preciosas flores azules o blancas. La savia produce irritaciones por contacto. Si se consume produce diarreas y vómitos. Están alrededor de una fuente que en otras épocas se llena con las conocidas flores del pato. Toda la planta, savia y jugo provocan irritaciones en ojos, piel y mucosas, e incluso pérdida de visión temporal.

Reportaje completo, fichas de especies, datos en Waste magazine

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