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El puente Tablate ofrece una caída que atrae a aficionados a este disciplina.
La Junta 'prohíbe' el puenting hasta que acabe un protocolo de seguridad

La Junta 'prohíbe' el puenting hasta que acabe un protocolo de seguridad

Considera que «no es autorizable» usar puentes como Tablate para esta disciplina por ser un espacio de dominio público

Jorge Pastor

Viernes, 30 de septiembre 2016, 00:41

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Los aficionados hablan de una experiencia única. De un subidón de adrenalina. De una sensación increíble. Se trata del 'puenting' y del 'bungee jumping', dos disciplinas que consisten básicamente en lanzarse al vacío desde un puente o un viaducto asido únicamente por los pies. Pues bien, a pesar de los riesgos que conlleva desafiar la ley de la gravedad tirándose desde ochenta o cien metros de altura, aún no existe una normativa en Andalucía -tampoco en la mayoría de comunidades autónomas- que regule esta actividad. Una actividad que, pese al aparente peligro, tiene un bajísimo índice de siniestralidad. Sí, 'bajísimo', que no nulo. Y es que se ha cumplido recientemente el primer año del fallecimiento de Kleyo de Abreu, una chica londinense de veintitrés años que perdió la vida tras saltar desde el puente Tablate, situado en A-348 -que da acceso a la Alpujarra-. Un suceso que aún están en fase de instrucción en la Audiencia Provincial de Granada.

¿Qué ha cambiado desde entonces? Pues desde el punto de vista normativo, nada. No existe una reglamentación que normalice cómo, cuándo y dónde puede hacerse 'puenting'. Lo único, un decreto genérico que data de 2002 sobre 'servicios turísticos en el medio rural y turismo activo'. Ahí se fijan una serie de requisitos que, además, son el fundamento de los planes de inspección que realiza la Junta de Andalucía. Se fiscalizan aspectos como la vigencia de un seguro de responsabilidad civil, la disposición de personal cualificado, la acreditación de conocimientos sobre socorrismo o primeros auxilios por parte del personal y la publicidad de las garantías de seguridad. Requisitos con carácter genérico que valen para el descenso de barrancos, los paseos a caballo, el 'puenting'.... Para todo. Ninguna especificidad.

Dificultades

Pero las empresas que ofertan 'puenting' y 'bungee jumping', catorce en la provincia según el Registro de Turismo de Andalucía, sí que lo están teniendo bastante más difícil. No les faltan clientes. Les faltan sitios donde organizar las sesiones. La Junta, que es titular del puente Tablate, el mejor enclave de Granada para el 'puenting', ha establecido fuertes restricciones que, en la práctica, impiden que se efectúen saltos. «No estamos hablando de ningún veto -aclara la delegada de Fomento, Mariela Fernández-, sino de un uso no autorizable porque Tablate es un espacio de dominio público que no puede utilizarse para fines comerciales o lucrativos». La Junta ha abierto ya varios expedientes informativos. Por ahora sólo avisos. Pero también advierte de su capacidad sancionadora y que en caso de desobediencia, está facultada para multar. Conviene recordar que Tablate, que formaba parte de la Red de Carreteras del Estado, fue recepcionada por la Junta hace dos años y por tanto esta administración, como propietaria, es la encargada de su conservación y mantenimiento.

¿Es lo mismo el 'puenting' que el 'bungee jumping'?

  • EL APUNTE

  • Ambas disciplinas, catalogadas dentro de los deportes de aventura, consisten en lanzarse al vacío sostenido por varias cuerdas. Pero hay diferencias. Mientras que en el 'puenting' el movimiento es pendular, en el 'bungee jumping' se producen oscilaciones perpendiculares al suelo producidas por el retroceso de la goma -algo parecido a un rebote-.

Toda esta situación está repercutiendo de forma muy negativa en los negocios del sector -había fines de semana que en Tablate coincidían hasta cuatro- y, por ende, en una comarca cuya economía se basa principalmente en el turismo. Los empresarios, los principales damnificados, ya han dado un paso adelante. Son los primeros interesados en que exista un marco normativo. También la Junta, consciente de que la Alpujarra, con unas elevadas tasas de desempleo, precisa un tejido productivo que genere riqueza y empleo. De ahí que se estén buscando fórmulas como la 'declaración de interés turístico'.

Según Mariela Fernández, desde la Dirección General de Infraestructuras se está trabajando en un protocolo, en colaboración con la Guardia Civil, que tendrá un ámbito de aplicación para toda la región. «Se está trabajando de forma conjunta, también con la participación de las empresas, para que el 'puenting' se haga de forma completamente segura», dice Mariela Fernández, quien agrega que más allá de las pautas de protección que conlleva la práctica del 'puenting', hablamos de zonas con mucho tránsito de vehículos cuya circulación se rige por las normas de tráfico. A todo ello hay que sumar la idoneidad de las infraestructuras para el propio puenting. Fernández se refiere a que las barandas, por ejemplo, estén preparadas para sujetar arneses que aguanten el peso de una persona balanceándose. «Habrá que adoptar medidas en este sentido», manifiesta. Y también para simultanear el tránsito de coches y de personas en el mismo punto para evitar atropellos y otro tipo de incidentes.

Pero no sólo la Junta tiene competencias sobre el entramado vial. También la Diputación ostenta la titularidad de 1.265 kilómetros de carreteras. Fuentes de esta institución han señalado que los promotores también deben tener la autorización del ente provincial «y hasta la fecha nadie la ha solicitado». En este caso, el permiso también rige para la denominada 'área de influencia', que se corresponde con un espacio de veinticinco metros a ambos lados de la calzada. Tampoco existe una prohibición como tal.

El caso de Kleyo

Mientras tanto, el caso de la muerte Kleyo de Abreu en Tablate sigue en fase de instrucción en los juzgados. El abogado de la empresa, Jaime Tejerizo, ha pedido la reconstrucción de los hechos sobre el terreno ya que, según comenta, «hay testigos que dieron versiones contradictorias». Según Tejerizo, hay indicios de que la fallecida pudo hacer su segundo salto, que no fue grabado, sin esperar a que le dieran la orden, «que es cuando se tensa la cuerda». El letrado considera que la reconstrucción es una prueba clave y ha apelado su denegación.

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