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Las enigmáticas esferas de luz en el Jardín Botánico de La Cortijuela

Las enigmáticas esferas de luz en el Jardín Botánico de La Cortijuela

Unos jóvenes granadinos divisaron unas pequeñas presencias luminosas en este enclave cercano a Sierra Nevada

olga arévalo

Viernes, 26 de agosto 2016, 01:18

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El Jardín Botánico de La Cortijuela es el tipo de lugar que se puede considerar un privilegio visitar. Además de su atractivo natural y paisajístico, también atrae a curiosos por la gran cantidad de leyendas en torno al jardín y sus alrededores que nos hablan de la existencia de seres de la naturaleza, unos tipo duendes, que lo pueblan. Muchos testigos han tenido extraños encuentros al hacer senderismo o acampar en las inmediaciones, aunque algunas de estas experiencias tienen mucho que ver con el campo de las 'orbes', esferas luminosas cuya procedencia no se puede explicar.

Entre las muchas leyendas sobre orbes que se cuentan de esta zona, el escritor José Manuel Frías relata en su libro, 'Granada Misteriosa', la de un joven granadino llamado Alfonso. Este chico se consideraba escéptico hasta una de sus visitas a este jardín botánico, después de la cual empezó a pensar en "esos temas" de otra forma...

Cuenta Frías que una noche de septiembre de 2005 Alfonso fue allí con una amiga, a tocar la guitarra y pasar el rato. La velada transcurría con normalidad, hasta que en un momento dado su amiga se quedó muy seria, mirando hacia un punto en concreto mientras el tocaba la guitarra. Cuando paró, le preguntó qué pasaba: "Ella me dijo que mirase fijamente. Entonces comencé a ver unos destellos de luz muy breves, con un minuto de intervalo más o menos, en diferentes puntos y de diferentes colores, rojo y ámbar, principalmente. Eran cómo minúsculos relámpagos. Sin embargo, no había ninguna tormenta, el cielo estaba totalmente raso".

En cualquier caso, intentaron darle una explicación racional y no prestar atención a aquello, al menos hasta que emprendieron el camino de vuelta: "Mientras andaba, vi claramente cómo entre las ramas de un árbol, a unos 30 metros de mí, apareció de la nada una tenue luz blanca. No era muy brillante, pero sí perfectamente apreciable por el ojo humano. La luz comenzó a transformarse en un círculo con dos puntos de luz en el centro. La comparación más parecida que se me ocurre es la de una cabeza. Aproximadamente con el doble de tamaño de una cabeza humana".

Empezaron a alejarse de allí, despacio, como si no quisieran provocar a la "cabeza" que había aparecido frente a ellos. Su sorpresa fue que aquella luz empezó a avanzar lentamente hacia ellos, al tiempo que se acercaban al coche para regresar a casa. Cuando llegaron, arrancaron y se fueron de allí sin mirar atrás. Alfonso cuenta que desde aquella noche le ha costado mucho regresar a esta zona: todavía tiene miedo de volver a divisar esas luces inexplicables.

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