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Juanjo Martín
Lunes, 8 de agosto 2016, 13:37
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Nada podía hacer sospechar un final así de trágico. Las fiestas en Montillana tenían previsto finalizar este lunes, aunque cualquier programación se fue al traste a raíz de la muerte del menor, natural de la localidad jienense de Alcalá la Real y que estaba allí a raíz de la participación de su padre en el rally con el que arrancó el menú dominical. Ese fue uno de los atractivos del turno matutino de los festejos, que fueron continuados al mediodía por un arroz multitudinario entre los espectadores y pilotos.
Los padres del niño decidieron prolongar su estancia en tierras granadinas para presenciar el encierro de vaquillas, que comenzaría unas horas después a partir de las siete de la tarde y que finalmente se convirtió en la causa del funesto desenlace que cercenó la vida del infante de apenas cinco años. El todoterreno del progenitor seguía aparcado en las cercanías bien entrada la noche, cual testigo mudo de la desgracia que inundó de tristeza a toda la localidad de Montillana.
Las fiestas se cancelaron poco después de conocer la muerte del menor, por lo que la música se apagó y las atracciones quedaron casi vacías. Lo que debía ser una noche de jolgorio hasta el amanecer se transformó en un rosario de caras compungidas que aún no daban crédito a lo que había sucedido.
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