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José Ramón Villalba
Martes, 9 de febrero 2016, 11:12
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«Si los medios aéreos no hubieron prestado apoyo a los dos incendios del domingo y al del lunes, seguramente hoy -por ayer- estaríamos hablando de una tragedia». Estas fueron ayer las palabras de uno de los más de cien operarios del Infoca participantes en la extinción de los tres fuegos declarados en Lanjarón (2) y en Guájar Alto (1). Eso sí, después de hacer la declaración en Guájar Alto, subrayó: «No des mi nombre, porque nosotros no podemos hablar». Esa hipótesis también fue ratificada ayer por el delegado del Gobierno central en Andalucía, Antonio Sanz: «Los aviones anfibios resultaron determinantes».
Los tres fuegos han arrasado una superficie de 130 hectáreas de matorral, principalmente, y una pequeña parte de masa arbórea. La delegada de Medio Ambiente, Inmaculada Oria, quiere dejar claro que aún no han concluido las investigaciones de las BIIF -Brigadas de Investigación de Incendios Forestales- aunque la intencionalidad propiamente dicha podría estar detrás de sólo el segundo incendio declarado el domingo por la tarde en Lanjarón en la zona conocida como el paraje de La Chaparra donde ardieron 4,5 hectáreas de matorral y masa arbórea. Aunque la investigación no ha concluido aún, es una zona abrupta y de difícil acceso donde no hay cultivos, de ahí a que todo apunte a un fuego intencionado con todas las precauciones oportunas.
El primer incendio, declarado el domingo sobre las 14.30 horas, ha sido el más aparatoso de todos . Fue controlado sobre las 22.30. Las llamas han arrasado 120 hectáreas y todo apunta a una negligencia en una quema de rastrojos, aunque también se baraja la posibilidad de la caída de un cable de alta tensión como causa accidental de este siniestro. Las llamas se quedaron muy cerca de unos depósitos de butano, ubicados a la entrada de Órgiva y no alcanzaron tampoco a una pirotécnica de esta localidad, de haberlo hecho aquello hubiera podido ser una tragedia mucho mayor. El fuego comenzó a medio camino entre Lanjarón y Órgiva, en el Barranco de la Chuca, y se extendió por encima del núcleo orgiveño de Las Barreras. El principal temor era el viento, la tarde del domingo hubo rachas que superaron los 40 kilómetros por hora y por ello el incendio no quedó controlado hasta pasadas las 22.30 horas.
En este siniestro hubo que desalojar a 550 personas de Órgiva y Cáñar, y la carretera que une Lanjarón con la ciudad orgiveña estuvo cortada desde las 15 hasta pasadas las 18 horas del domingo.
Si faltaba algo más, ayer a las diez de la mañana se declaraba otro fuego más en Guájar Alto donde las llamas arrasaron cinco hectáreas, de matorral, cañaveral y masa arbórea hasta las 13.30 en que ya estaba estabilizado. «El fuego no sabemos si fue o no intencionado pero tenía, al menos, dos o tres focos distintos», apuntó ayer la alcaldesa de Los Guájares, Dolores Rodríguez, quien siguió de cerca las labores de extinción en las que participaron dos aviones anfibio y más de cuarenta operarios del Infoca. «Si las llamas llegan a subir un poco más, hubiera resultado muy complicado el control del fuego por lo abrupto de la zona».
Sequía
La sequía, la temperatura primaveral y el viento han sido tres elementos determinantes para favorecer la extensión de las llamas en los tres incendios declarados. «De momento se están investigando las causas y no hay nada concluido, pero no se puede descartar que uno haya podido ser intencionado y los otros dos motivados por quema incontrolada de rastrojos. En estos momentos sólo son hipótesis», declaró ayer Oria, quien alabó la labor de los operarios del Infoca durante la tarde, noche del domingo, y toda la jornada del lunes, incluida la madrugada.
Protección Civil, Guardia Civil y equipos de Bomberos de la zona, Motril por ejemplo, también colaboraron en el dispositivo, donde los medios aéreos facilitados por el Ministerio de Medio Ambiente fueron determinantes para estabilizar y controla el incendio.
Los ayuntamientos de Órgiva y Lanjarón también iniciaron ayer la evaluación de los daños originados por el fuego con el fin de solicitar ayudas económicas. No hay muchos cortijos calcinados y entre la principal masa arbórea arrasada por el fuego hay unos cincuenta castaños centenarios y una veintena de pinos carrascos. Los primeros ediles de los dos municipios, Eric Escobedo de Lanjarón, y María Ángeles Blanco de Órgiva, visitaron ayer las zonas afectadas por el fuego en sus respectivo términos municipales, según informa Europa Press.
Por su lado, la delegada territorial de Medio Ambiente, Inmaculada Oria, no descartó ayer adoptar medidas extraordinarias para restringir las quemas de rastrojos o las barbacoas en zonas de riesgo por incendio forestal. «Si la sequía persiste y nos vemos obligados, adoptaremos medidas más restrictivas».
Los tres incendios, declarados en pleno invierno, no han originado daños personales, sí al medio ambiente con un paisaje entre Lanjarón y Órgiva que está de luto.
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