Dormir a bajo cero perdido en la Sierra

El Servicio de Rescate en Montaña de la Guardia Civil de Granada, Sereim, salió la madrugada de ayer a la búsqueda de un montañero de 49 años al que se le perdió el rastro el domingo por la mañana. El desaparecido inició su particular excursión en el aula de la naturaleza de Dílar a las nueve de la mañana y tenía previsto llegar a su punto de destino sobre las 17.30 horas. No llegó.

Pasaron las horas sin saber nada de este hombre y la Guardia Civil recibió el aviso de su desaparición durante la madrugada del lunes. El excursionista se adentró en la Rambla Seca, en la parte alta del entorno del río Dílar, y esperó para obtener una fotografía de la puesta de sol que logró enviar a su mujer, que en esta ocasión no lo acompañó en su excursión.

Embelesado por la belleza del lugar y de esa inigualable despedida del astro rey, decidió comenzar el descenso cuando ya era de noche y sin llevar linterna. Y se equivocó. En lugar de tomar el camino que le dejaría en el río Dílar, optó por otro que finalizaba en la zona de Dúrcal. Cuando se quiso dar cuenta ya era demasiado tarde para volver, se había perdido. Por ello optó por buscarse un sitio donde pasar la noche de la mejor manera posible: reunió ramas y hojarasca para defenderse del frío, que le hizo temblar durante toda la gélida madrugada del lunes. El mercurio bajó a menos dos grados a las cinco de la mañana por la zona, según pudieron comprobar los dos agentes del Sereim que salieron en su rescate a las cuatro de la mañana.

Mientras tanto, los dos guardias iniciaron la búsqueda del montañero con la luz de la noche y la esperanza de encontrarlo sano y salvo, como suele ocurrir siempre que se emprende el rescate de cualquier persona. Trataron de geolocalizar el sitio desde donde este excursionista le había mandado a su mujer una fotografía de la puesta de sol. A las ocho de la mañana de ayer se incorporaron las labores de búsqueda el helicóptero de la Guardia Civil y tres agentes más que sirvieron de apoyo a los dos que iniciaron las labores de rastreo.

Finalmente, el hombre pudo comunicar con su mujer pasadas las once de la mañana, después de encontrar una zona con cobertura telefónica. Los agentes del Sereim fueron a su encuentro; se encontraba en la zona de los Alayos, cerca del Corazón de la Sandía. Finalmente se encontró con los guardias del Sereim cerca del aula de la Naturaleza de Dílar donde tenía su coche aparcado desde el domingo por la mañana, cuando comenzó la excursión. Dijo que había pasado mucho frío, pero que se encontraba bien.