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Fachada del futuro hotel Catedral, en Cárcel Baja.
Cuarenta hoteles de la provincia en venta

Cuarenta hoteles de la provincia en venta

La búsqueda de nuevos negocios, la mala gestión o la jubilación de los propietarios son las principales causas de los traspasos

Antonio Sánchez

Sábado, 26 de septiembre 2015, 00:56

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Se vende hotel. En la provincia son alrededor de cuarenta los propietarios que le han puesto precio a sus alojamientos en los últimos años con el deseo de hacer caja. Gran parte de ellos son pequeños negocios familiares de zonas rurales, pero también hay establecimientos de envergadura. Entre la capital y la Costa suman una decena de negocios de tres o más estrellas que se encuentran abiertos al público pero que están a la venta, aunque ninguno se atreve a hacerlo oficial para evitar que ello pueda perjudicarles en la ocupación diaria, según explican fuentes directas.

La compraventa de hoteles está rodeada de secretismo. Este sector inmobiliario de los hoteles se mueve en pocas manos en la provincia. Son una serie de intermediarios los que gestionan el traspaso o alquiler de una propiedad. O se tienen los números de teléfono porque se hayan conseguido en el sector o hay que buscar en Internet la propiedad que más interese. Sólo se encontrarán datos generales y el precio aproximado de venta. Para saber más habrá que llamar a un número de teléfono que habrá junto al anuncio y continuar preguntando. Localizada la instalación por la que se tiene interés, toca llamar e identificarse. Poco más se pide en el primer contacto. Para conocer el nombre del hotel y su precio de venta hay que verse en persona y concretar una oferta. Cuando se comprueba que ninguna de las partes va de farol se ponen las cartas sobre la mesa y se empieza a negociar para llegar o no a un acuerdo. Esta forma de actuar es en parte para evitar estafas como la ocurrida el mes pasado en Albondón, cuando un empresario fue estafado después de acordar la compra de unas instalaciones sin conocer a los 'vendedores'. El secretismo también vale para no dar a la competencia información que no interesa que se sepa.

Varios intermediarios inmobiliarios con los que ha contactado IDEAL, pero que prefieren permanecer en el anonimato, coinciden en establecer tres causas por las que se ponen a la venta estas propiedades: La búsqueda de nuevos negocios, la mala gestión o la jubilación de los propietarios son los principales motivos por los que se llevan a cabo los traspasos.

Por comarcas, la Vega y la Costa concentran las propiedades más atractivas a la venta, pero en otras regiones como la Alpujarra, Guadix o Baza existen numerosos alojamientos más pequeños que se pueden comprar. Freila, Lanjarón, Torvizcón, Válor, Mecina Fondales o Laroles cuentan con hoteles en condición de traspasables y tienen un patrón común: la jubilación del dueño o la familia responsable del establecimiento. Este tipo de propietarios son los que menos problemas presentan para reconocer que sus habitaciones pueden ser gestionadas por otra persona. Explican sin tapujos si el negocio va mejor o peor, describen las características del edificio y le ponen precio.

Santiago Pérez es el gerente y uno de los dueños del hotel rural Los Chaparros, en Freila. Un contratiempo familiar les obliga a poner a la venta un complejo, que ocupa 40.000 metros cuadrados, una superficie similar al estadio de Los Cármenes. Él tiene 66 años y debería estar ya jubilado. Asegura que en agosto y septiembre ha llenado su hospedería en varias ocasiones, que ha superado la crisis con solvencia y que su pequeña empresa es rentable.

En Laroles se produce otra situación similar. El hotel rural Real de la localidad se encuentra en venta. José Vera regenta una pequeña edificación en la que trabajaron sus padres, ahora jubilados. La versatilidad de la instalación ha hecho que le hayan visitado compradores muy diversos, que pretendían explotar esta hospedería como casa rural, como negocio e, incluso, como vivienda particular. Lo vende por 600.000 euros y narra que hasta personas llegadas desde Suecia se han interesado por la situación del establecimiento.

En Granada existen propietarios que piensan que la rentabilidad de su alojamiento ha tocado techo y, a pesar de que el hotel no genera pérdidas, han decidido venderlo para marcharse a otra provincia. Uno de los agentes consultados explica que la Costa Tropical es un destino muy inestable durante el invierno, al que le cuesta competir con capitales como Málaga u otros lugares con un turismo más estable, como Cádiz o Alicante, algo que obliga a bajar demasiado los precios en temporada baja para atraer al cliente y no entrar en pérdidas. «No se debería encontrar un hotel de cuatro estrellas en primera línea de playa a 35 euros», analiza un vendedor. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, en los años de la crisis se congeló e incluso descendió el coste de las habitaciones de los hoteles de Granada, pero en los últimos dos años el valor de los mismas se ha incrementado superando incluso el precio que se marcaba en 2008.

Burbuja turística

A ello hay que unir el repunte del sector inmobiliario, que está siendo bastante sensible en los complejos hoteleros y que provoca que algunos dueños vean en la venta una opción de negocio. Es lo que se ha denominado como 'burbuja turística'. Diferentes expertos del sector e incluso la nueva alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, creen que existe una explotación de los hoteles, sobre todo los más grandes, que guarda similitud con el auge del sector inmobiliario antes de la crisis. Ello provoca que la inversión hotelera se concentre en los puntos más rentable, no se diversifique por igual por todo el país y que la provincia de Granada salga perdiendo. Esta práctica es habitual con hoteles insertos dentro de una cadena nacional o internacional y rara si el establecimiento es gestionado por empresarios locales.

En el polo opuesto están los alojamientos que pasan por una situación complicada por la mala gestión de sus dueños. En esta tesitura hay tres hoteles en la capital y otros tres en la Costa. Preguntados por ello, ninguno quiso confirmar a este periódico la información que se supo a través de los intermediarios y las imágenes de los hoteles en la diferentes webs de venta. La oscuridad en la que se mueve este mercado inmobiliario provoca, a juicio de los responsables de los alojamientos, que dar a conocer su condición de traspasable por una mala gestión sea más perjudicial que beneficioso. La confidencialidad es fundamental para que los hoteles que se encuentren en venta puedan seguir funcionando sin contratiempos. Las causas que llevan a los dueños de los hoteles a rozar o tener que declarar la quiebra son dos. Por un lado existen hoteles que durante los años previos a la crisis se cargaron de personal innecesario y que lleva a la compañía a no ser capaz de afrontar los pagos. La situación económica nacional, en sí, también es culpable ya que ha obligado a los hosteleros a bajar el precio de sus instalaciones, generando perdidas año a año.

La venta directa a otro propietario no es siempre la solución más viable para rescatar un hotel. En algunos casos se ha optado por una salida intermedia: vender el suelo a otra persona, pero seguir gestionando el establecimiento y relanzarlo con los ingresos obtenidos en régimen de alquiler. También hay casos en los que los trabajadores de la empresa se han puesto de acuerdo para, entre todos, asumir la propiedad y seguir en su puesto. En esta situación se encuentra la pensión Suecia, del Realejo, en la que los empleados tuvieron que salir al rescate al jubilarse los dueños y no encontrar comprador. En el peor de los casos, si la venta no se ejecuta, el hotel cierra y si la empresa que lo regentaba además entra en suspensión de pagos, pasa a ser gestionada por un administrador concursal y a ser propiedad del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) del Ministerio de Empleo, que solo podrá sacarlo a concurso cuando disuelva la sociedad que lo gestionaba.

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