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Seis galgos envenenados en Híjar

Hay un testigo, a quien ya le han tomado declaración, que aseguró ver a un individuo conocido de esta localidad saltar el muro de la nave donde se encontraban los canes

José Ramón Villalba

Jueves, 7 de mayo 2015, 17:16

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El Seprona de la Guardia Civil investiga quién está detrás del envenenamiento de seis perros galgos en el núcleo urbano de Híjar, donde los animales perecieron durante la madrugada del pasado 3 de mayo.

El propietario de los seis perros presentó la correspondiente denuncia en el cuartel de la Guardia Civil de Las Gabias tras comprobar que los animales habían fallecido después de estar agonizando debido al veneno ingerido. Hay un testigo, a quien ya le han tomado declaración, que aseguró ver a un individuo conocido de esta localidad saltar el muro de la nave donde se encontraban los canes. Incluso intentó cerrarle la puerta para impedir su huida, aunque no logró retenerlo para evitar su marcha.

No fue el único testigo. La Guardia Civil dispone de, al menos, media docena de nombres de personas que pudieron ver a a este individuo e incluso a otra persona más que presuntamente podría estar en connivencia con este, según la información que este periódico ha podido recabar de las fuentes consultadas.

Un veterinario se personó en la nave donde se encontraban los galgos, pero solo pudo certificar el fallecimiento de los mismos. La persona denunciada por el propietario de los perros envenenados, parece ser, que había tenido algún enfrentamiento previo con el dueño de los galgos en el que medió cruce de denuncias.

El Seprona de la Guardia Civil procedió a la retirada de los animales que fueron enviados al Instituto Anatómico Forense de Animales de Málaga para conocer de primera mano cómo perecieron los animales, aunque en los primeros informes elaborados todas las sospechas se ciernen sobre el posible uso de un veneno conocido como estricnina, un alcaloide que suele usarse como pesticida para matar pequeños vertebrados, como pájaros y roedores. Suministrado en altas dosis produce una gran estimulación del sistema nervioso central con agitación, dificultad para respirar y convulsiones, entre otras.

Según han informado a este periódico fuentes conocedoras del caso, el propietario de los galgos se encuentra muy afectado por el fallecimiento de estos perros de gran calidad y cuyo precio en el mercado puede oscilar entre los 1.500 y 3.000 euros cada uno.

La denuncia presentada en el cuartel de la Guardia Civil va dirigida contra las dos personas que los testigos vieron y están acusadas de un delito de maltrato animal, con agravantes como haber actuado presuntamente con alevosía y nocturnidad.

La reforma del Código Penal del año 2010 logró retirar la palabra ensañamiento para castigar a los imputados por maltrato animal. Ya no hace falta demostrar saña para ser condenado, basta con tener pruebas de que ha podido dejar morir o herir gravemente al animal para aplicarle el artículo 337 del Código Penal cuya redacción queda de la siguiente manera: «El que por cualquier medio o procedimiento maltrate injustificadamente a un animal doméstico o amansado, causándole la muerte o lesiones que menoscaben gravemente su salud, será castigado con la pena de tres meses a un año de prisión e inhabilitación especial de uno a tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tengan relación con animales». A ello habría que sumar la responsabilidad civil.

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