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La abuela Joaquina, rodeada de cariño en su 108 cumpleaños
Y Joaquina apagó 108 velas

Y Joaquina apagó 108 velas

Homenaje familiar a un anciana cacereña que reside en Santa Fe y nació antes de la Primera Guerra Mundial | La mujer, que ha sido felicitada por sus 16 nietos y 23 biznietos, tiene una hermana que pronto cumplirá un siglo de edad

antonio mansilla

Martes, 3 de marzo 2015, 16:55

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Joaquina Valiente Polo acaba de alcanzar un récord de longevidad que impresiona:hace unos días, celebró su cumpleaños y apagó 108 velas, que se dice pronto. Joaquina, que recibió la felicitación de sus 16 nietos y 23 biznietos, vino al mundo en Cáceres en 1907, es decir, siete años antes de que estallase la Primera Guerra Mundial, pero vive desde hace tres lustros en la localidad granadina de Santa Fe. Allí está atendida por los padres redentoristas en su residencia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

En le homenaje familiar participaron, además de la legión de nietos y biznietos, su hijo Ramón y sus hijos políticos Juan-Ignacio Pérez Rodríguez y María del Pilar Moreno Montañés.

Se da la circunstancia de que Joaquina tiene una hermana, Gabriela, que va a cumplir los cien años dentro de unos meses. Gabriela, que contrajo matrimonio con un guardia civil, reside hoy en la ciudad gallega de Vigo.

La diligencia

Joaquina nació en Cáceres el 18 de febrero del año 1907 y su niñez y su juventud transcurrieron entre la casa de sus padres, Cipriano y Rosa, en la Puerta de Mérida, y el Parador de Los Valiente, de la Ronda del Hospital, donde ayudaba a sus abuelos en la atención a los huéspedes que se alojaban en citado establecimiento hostelero, al que llegaba puntualmente la diligencia que llevaba el correo entre Cáceres y Madrid. Una curiosidad:el precio de la pensión completa por aquel entonces ascendía a seis reales.

Joaquina conoció a Enrique Contreras, un joven procedente de la localidad cacereña de Arroyo de la Luz, cuando éste trabajaba y se hicieron novios en una época dorada en la que se celebraban fiestas de carnaval y bailes en el Círculo de Artesanos, donde se congregaba toda la juventud cacereña. Se casaron en la parroquia de Santa María la Mayor de Cáceres, que hoy es Concatedral de la diócesis Coria-Cáceres, el día 26 de mayo de 1929, en una ceremonia oficiada por el sacerdote Julián Rivas Contreras, que era el primo del novio.

Los esposos fijaron su residencia en la calle Donoso Cortés 16 de Cáceres, donde en 1930 nació su primer hijo Fernando, que falleció en 1991. Posteriormente, se trasladaron al número 13 de la calle San José, donde compartieron vivienda con los hermanos de ambos contrayentes. En ese inmueble nació en 1936 su hija Rosi, que murió en 2013, y en 1939, su hijo Ramón Contreras Valiente.

Banco de España

El marido de Joaquina comenzó a trabajar en la sucursal cacereña del Banco de España y colaboró también como contable en un establecimiento comercial de la ciudad.

Joaquina ayudó a muchas familias durante los años de la Guerra Civil y la posguerra, un tiempo en el que existían las cartillas de racionamiento. La hoy más que centenaria anciana sufrió también con las misiones encomendadas a su marido, algunas no exentas de peligros, como las que debía realizar personalmente para trasladar remesas de fondos a otras sucursales del Banco de España.

Joaquina fue siempre una entusiasta de las más antiguas tradiciones de Cáceres, siendo una devota tanto de la Virgen de la Montaña (patrona de la ciudad), San Blas, San Antonio de Padua (que tuvo un emotivo significado para ella, ya que su marido le regaló una preciosa imagen del santo franciscano el día en que se hicieron novios, imagen que aún conserva amorosamente en su cuarto) y de Jesús Nazareno de la parroquia de Santiago.

Años más tarde, una vez jubilado Enrique, el matrimonio viajó habitualmente hasta Lérida, donde vivía su hijo Ramón, y a Granada, donde vivía su hija Rosi. Finalmente, la pareja se trasladó a la ciudad de la Alhambra.

Los padres de Joaquina fueron Cipriano Valiente Solana y Rosa Polo Rey, que nacieron en 1871, en Cáceres. Cipriano pertenecía a la familia de los Valiente, que regentaba un Parador en la ciudad extremeña.

Cipriano y Rosa asentaron su hogar en una casa de la parte antigua de Cáceres, una lugar declarado Patrimonio de la Humanidad, Y allí nacieron sus cinco hijos: Pura, Joaquina, Ramón, Gabriela y Miguel. La hija mayor, Pura, murió muy joven; Ramón fue víctima mortal de la Guerra Civil en Paracuellos y Miguel también murió muy joven. Joaquina Recuerda con nostalgia los tiempos en los que colaboraba en la atención a los huéspedes. Les servía las comidas que, por aquellos tiempos tenían un coste como pensión completa de seis reales, con derecho a repetir generosamente de los platos que más les agradaran. Allí comenzó ella a aprender el arte de la cocina.

Su juventud se desarrolló en aquel Cáceres de los amables bailes en el Círculo de Artesanos en las fiestas de los carnavales, y conoció a Enrique, que era un contable minucioso.

Tras la jubilación de Enrique, el matrimonio se trasladó a Granada, junto a su hija Rosi, haciéndose unos granadinos más, simpatizando con costumbres y devociones granadinas como la de la Virgen de las Angustias o el Beato Fray Leopoldo. En Granada falleció Enrique, en 1988.

Todos los familiares esperan ya celebrar el próximo 18 de febrero en Santa Fe, el 109 cumpleaños de Joaquina.

Felicidades.

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