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El canal de las arenas... y montesas

El canal de las arenas... y montesas

Con el agua del río Dílar crea un eje vital a través de las dolomías del Trevenque y es un privilegiado mirador de la cuerda alpina de Sierra Nevada | La Espartera recorre siete kilómetros de un territorio poblado de joyas botánicas únicas en el mundo y es paso obligado de fauna y senderistas que se internan en los arenales del Trevenque

Juan Enrique Gómez

Lunes, 4 de agosto 2014, 01:19

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Tres machos cabríos de poderosas cuernas bajan hacia los prados de un viejo cortijo situado a la sombra de los Alayos. Caminan entre retamas y jarales para llegar al lugar donde cada tarde, se dan cita grupos de hembras que durante el día deambularon entre cortados y vaguadas acompañadas de sus crías, y que al crepúsculo buscan la compañía de la manada. El cortijo Sevilla, situado poco más arriba de la conocida Fuente del Hervidero, es el cruce de caminos que por diversas rutas descubren los secretos de Sierra Nevada y un punto neurálgico para el conocimiento de la gran cordillera Bética, pero también un lugar donde la fauna silvestre y doméstica encuentra alimento y refugio.

El paisaje se abre hacia la cuerda de los tresmiles de la cara oeste de la sierra. Se divisa en toda su plenitud el Trevenque, el rey de la baja montaña, e impacta la imagen alpina de los Alayos, que se alzan desde el estrecho valle y las gargantas bajo las que discurre el río Dílar.

Es un territorio dominado por los grandes arenales dolomíticos que descienden desde las cumbres medias hacia la Vega de Granada, en forma de ramblas y picachos semidesérticos , espacios áridos en los que crecen gran parte de las joyas botánicas de la sierra granadina, y por el que discurre, desde hace casi un siglo, el Canal de la Espartera, con la misión de llevar el agua del Dílar hasta un gran salto con el que generar electricidad. Una obra realizada por el ingeniero José Morell Cuéllar entre 1918 y 1923, que con el paso de los años se ha naturalizado con su entorno y convertido en paso de fauna y confluencia de numerosas especies, sobre todo aves que encuentran agua, y por tanto, invertebrados y vegetación con los que alimentarse.

La senda de la Espartera es uno de los caminos habituales de montañeros, ciclistas y senderistas de la media montaña. Es el trazado habitual para ascender al Trevenque (2.000 metros de altitud) y el sendero para, desde el Hervidero, bajar al río Dílar y volver a la ciudad, o simplemente recorrer parte de su trazado para conocer una obra de ingeniería hidráulica única y sumergirse en la belleza de los arenales dolomíticos.

La ruta de la Espartera comienza en el aparcamiento situado a 300 metros más arriba del Hervidero. El canal, es el inicio de un triple sendero que, a la izquierda, asciende hacia los carriles que conectan con el mirador del Trevenque y las sendas hacia su cumbre; a la derecha, baja hacia el cortijo Sevilla y conecta con el sendero del Búho que llevará hasta el río Dílar discurre casi paralelo al canal pero unos metros más abajo. Y en el centro, el camino del canal, que camina junto al agua en los tramos en que el cauce está al aire y sobre él en los trazados en que se encuentra embovedado. La senda se adentra en los territorios de arenales y asciende también hacia las ramblas del Trevenque para llegar a la cumbre a través de barranqueras donde crece con una vegetación más exclusiva.

(Reportaje completo, fotogalería, ¿Dónde está? ¿Cómo llegar? Coordenadas de situación, vídeos y fichas de fauna y flora en Waste Magazine) http://waste.ideal.es/canaldelaespartera.htm

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