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Dolores muestra las heridas que le produjo el animal
Un perro irrumpe en una casa y hiere a mordiscos a una mujer y a su hija

Un perro irrumpe en una casa y hiere a mordiscos a una mujer y a su hija

En el incidente, que ocurrió en Graena y ya está siendo investigado por la Guardia Civil, también sufrió graves lesiones un can de las víctimas | La intención de las víctimas es tratar de evitar que vuelva a repetirse la historia

Carlos Morán

Domingo, 22 de junio 2014, 13:22

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Lorena no puede dormir. Si cierra los ojos, ve las fauces del perro que intentó morderle en el cuello cuando estaba junto a su madre en la casa-cueva familiar de la localidad de Graena en la comarca de Guadix, y el consiguiente sobresalto la obliga a permanecer despierta.

Eso ocurrió hace un par de semanas y Lorena, que tiene 38 años y trabaja reparando ordenadores, está de baja desde entonces. Sus heridas son más psíquicas que corporales, aunque también hay marcas de colmillos en sus manos. Pero su problema es la ansiedad, un estado constante de alerta que no le deja descansar. «No soy miedosa, pero ahora lo estoy pasando mal», admite. En su cabeza se repite una y otra el ataque del perro, que, «según dicen, es un cruce entre un pitbull y un labrador, y pesa unos cuarenta kilos», detalla Lorena.

Las lesiones físicas de Dolores, su madre, son más aparatosas. Su brazo está amoratado y perforado. Las dentelladas son perfectamente visibles. Todavía no han sanado. Dolores, que tiene 64 años, debe someterse a curas diarias para conjurar el riesgo de infecciones.

Denuncia

El perrillo de Lorena, que estaba con las dos mujeres cuando sufrieron la agresión, tampoco salió bien parado. Recibió mordiscos por todas partes. Sus heridas ilustran mejor que mil palabras la ferocidad del ataque.

Poco después del suceso, Dolores y Lorena formularon una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil de Guadix. En este sentido, fuentes del instituto armado confirmaron que estaban ultimando la investigación del caso y que, probablemente este próximo lunes, remitirán el atestado a los juzgados para que adopten las medidas que estimen oportunas.

Los mismos medios indicaron que estaban pendientes de la declaración de un testigo que, al parecer, dispondría de información que demostraría que el can en cuestión ya habría atacado a otra persona en una ocasión anterior, un dato que Lorena confirmó a este periódico. «Parece que ya había mordido a un niño y a otros animales, pero nosotras somos las primeras que lo hemos denunciado», explicó la joven herida.

La intención de las víctimas es tratar de evitar que vuelva a repetirse la historia. «El perro no tiene chip ni nada de nada y anda tranquilamente por ahí. Sigue suelto. Al menos era así hasta hace unas horas», refirió Lorena, al tiempo que reclamó la inmediata intervención de las autoridades municipales para controlar al animal. «Está claro que es un peligro», afirmó.

La Guardia Civil, por su parte, indicó que el can estaba encerrado en un cercado.

«Lo sacamos a golpes»

Según Lorena y su madre, el perro es de una vecina de Graena a la que ellas ya habían avisado de que debía llevarlo amarrado y con bozal, pero con nulo éxito.

De hecho, así es como iba el can cuando ocurrió el suceso: desprovisto de cualquier medida de seguridad. «Nosotras estábamos sentadas en la casa y vimos a acercarse a esta mujer con le perro. Entonces mi madre le gritó:Ten cuidado no se te vaya a escapar y entre en casa», recuerda Lorena. Y eso fue justamente lo que ocurrió. «El animal gruñó de forma extraña y, de repente, fue a por nosotras. A mí intentó morderme en el cuello y no lo consiguió por poco. A mi madre le mordió en el brazo, la enganchó con la boca, la tiró al suelo y la arrastró unos metros», rememora la joven el inquietante episodio.

El perrillo de Lorena también se llevó la suyo:su cuerpo está salpicado de las calvas que tuvieron que hacerle los veterinarios para curarle las múltiples dentelladas que sufrió.

El ataque fue corto, se prolongó durante unos dos minutos, pero a las víctimas se les hizo eterno. «Al final conseguimos echarlo a patadas y golpes, pero no fue nada fácil. En un momento dado, mi madre pudo hacerse con un palo y logramos que se fuera. Tuvimos suerte:pudo haber sido bastante peor», reiteró Lorena.

Ahora, madre e hija están a la espera de que la justicia tome cartas en el asunto y nadie más, dicen, tenga que pasar por lo que ellas pasaron.

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