Felipe González cree que España afronta una oportunidad única para alcanzar la paz

El ex presidente del Gobierno Felipe González cree que el "alto el fuego permanente" declarado por ETA coloca a España "ante la mejor oportunidad que ha existido nunca para intentar buscar una salida a la violencia sin precio político". En una entrevista concedida al programa de TVE El Loco de la colina, el político socialista confiesa que "nunca" creyó en la "buena voluntad" de ETA y advierte de que "si alguien va a hacer algún día un discurso de hijos pródigos que vuelven a casa", él no estará "entre ellos".

A juicio de González el proceso no puede incluir posibles "intercambios" con los terroristas y la negociación no puede conllevar "precio alguno" porque el recurso a la violencia "se agota", como ha ocurrido "en este momento", ya que "su carácter en sí mismo es absurdo" y "no tiene ninguna legitimación ni siquiera en términos históricos".

Para el ex presidente del Gobierno la violencia termina por agotarse en un sistema democrático "donde se pueden ejercer todas las ideas" sin recurrir a "la crueldad terrible del asesinato", a la extorsión o al terror. En este sentido, se pregunta en el programa si se puede dar "algún premio" a quien utiliza las armas y que no se le ofrezca a otro ciudadano que "ha renunciado a defender sus ideas violentamente y las defiende pacíficamente".

La "pregunta clave" que, según González, debe plantearse al entorno terrorista es si quiere participar "políticamente defendiendo sus ideas" con una "renuncia clara, expresa y creíble a la violencia". "Esta conversación la podemos tener", abunda, para señalar que no sería "la misma" si uno de sus interlocutores tuviera en las manos una "pistola", como hasta el momento ocurre con ETA.

González hace hincapié en que la negociación con la banda debe referirse a las "condiciones" en que van a deponer las armas y a cuándo "van a dejar de extorsionar y de amenazar". Por último, el político sevillano considera una "cosa absurda" que el ex titular del Ejecutivo José María Aznar niegue sus intentos de dialogar con ETA, al ironizar con que si "su gente", del PP, fue a Ginebra "a tomar café".