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consideran una farsa las elecciones

Miles de opositores protestan por la amplia victoria del presidente de Bielorrusia

Cientos de observadores internacionales han presenciado los comicios ante las sospechas de que pudiera haber fraude

EUROPA PRESS |

Domingo, 19 de marzo 2006, 01:00

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Poco después del cierre de las urnas, la directora de la Comisión Electoral de Bielorrusia ha anunciado que los primeros resultados otorgaban al actual presidente del país, Aleksander Lukashenko, el 92% de los votos. Mientras, miles de personas se reunían en una plaza de Minsk para corear el nombre del líder de la oposición, Aleksander Milinkevich, quien anunció durante la jornada que no reconocerá los resultados.

La multitud comenzó a silbar cuando una gran pantalla mostró un comunicado en directo de la Comisión Electoral Central que calificaba la votación de un éxito con "mínimas violaciones" registradas. La directora del cuerpo electoral, Lidia Yermoshina, anunció que, con el 1,2% de los votos escrutados, Lukashenko contaba con el 92,2% de los apoyos, y agregó que se espera que los resultados finales no difieran mucho de esta cifra.

Milinkevich anunció horas antes de que se cerraran los colegios electorales que no reconocería los resultados electorales y pidió la repetición de la votación. "Estas elecciones no serán reconocidas ni por nosotros ni por los países democráticos", aseguró en una rueda de prensa.

Con estas declaraciones aumentaban las preocupaciones de que se produzcan confrontaciones entre la Policía y los simpatizantes de la oposición, a quienes Milinkevich pidió que salgan a las calles, a pesar de la prohibición de manifestaciones, sobre quienes pesaba incluso la pena de muerte. Sin embargo, varios miles de personas se echaron a las calles en cuanto se cerraron los colegios, algunas con la bandera nacional que Lukashenko prohibió en favor de una de estilo soviético, así como con banderas de la Unión Europea. "Viva Bielorrusia" y "Mi-lin-ke-vech" eran los gritos más escuchados.

Lukashenko no tolerará ninguna "revolución de color"

El líder de la oposición denunció los datos que se publicaron sólo dos horas después de que comenzaran las votaciones y que decían que Lukashenko estaba obteniendo más del 80% de las papeletas. "La gente se reirá con estos datos. En Polonia se empezaron a reir de las autoridades comunistas, y así fue como ganó Solidaridad. No me sorprenderé si alguien proclama el 120% (de los votos para Lukashenko)", señaló el principal candidato de oposición.

"Creo que esta situación evolucionará con una repetición de la votación, cuando los representantes de los candidatos estén representados en las comisiones electorales, e impidan esta situación absurda", agregó, refiriéndose al hecho de que de los 74.000 responsables electorales, sólo hay uno que represente a la oposición.

El presidente Lukashenko, por su parte, advirtió de que no toleraría ninguna 'revolución de color' como la 'naranja' ucraniana o la 'de la rosa' de Georgia y los servicios de seguridad KGB han dejado claro que todo el que intente desestabilizar al país con manifestaciones callejeras será acusado de terrorismo y podrá enfrentarse a penas de entre 8 y 25 años de cárcel o incluso la pena capital.

Vigilancia internacional ante el posible fraude

Desde diferentes organismos internacionales se estimaba que el resultado electoral no traería grandes cambios en el panorama político bielorruso. Se preveía que los comicios, bajo lupa y calificados de antidemocráticos, dieran lugar previsiblemente a una victoria de Lukashenko, en el poder desde 1994. Aunque el mandatario no goza de ningún apoyo de los países occidentales, sí dispone del visto bueno del Kremlin.

Hoy, cientos de observadores internacionales acudieron a los recintos de votación de distintos lugares de Bielorrusia para supervisar los comicios. En concreto, unos 400 expertos de la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa vigilaron de cerca el desarrollo de los comicios. Dar una primera impresión amigable era especialmente importante en Bielorrusia, donde las autoridades han criticado ampliamente a la organización de observadores internacionales y la han acusado de estar parcializada.

En concreto, el Gobierno de Bielorrusia se ha quejado porque a los observadores se les obliga a hablar inglés, pero no bielorruso o ruso, y sostiene que con frecuencia no entienden bien la cultura política del país. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia --que mantiene estrechos lazos con el Gobierno del presidente Aleksander Lukashenko-- también criticó a la misión de observadores este mes y dijo que probablemente su evaluación "nuevamente tendrá un tinte ideológico".

El presidente ha estado minando la oposición democrática de una forma constante desde 1999. Entre este año y 2001 Bielorrusia fue escenario de una serie de desapariciones secretas de los miembros de la oposición de los que hasta ahora nunca se supo. La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa tachó las polémicas desapariciones de "asesinatos políticos".

Lo que variaba con respecto a las elecciones anteriores era el hecho de que la oposición democrática aparecía por primera vez unida. Lukashenko se enfrentaba a Aleksander Milinkevich, que fue elegido por todas las fuerzas de la oposición de forma unánime, transparente y democrática; Aleksander Kozulin, un candidato menos visible en la escena electoral procedente del Partido Bielorruso Socialdemócrata, y el diputado Sergei Haydukevich.

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