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En Canarias la Navidad se celebra en camiseta, pero con Papá Noel. José Vicente Pascual en su casa de Tenerife.
«La Navidad tiene un valor mágico, literario y cotidiano»

«La Navidad tiene un valor mágico, literario y cotidiano»

Recuerdos de Navidad ·

José Vicente Pascual, escritor | Rememora el caballo de cartón de su infancia, cree que la Pascua es el recuerdo de las personas a las que ha amado y reconoce el valor mágico y literario de la Navidad

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Sábado, 6 de enero 2018, 02:28

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Desde hace unos años vive en las Canarias, en las islas que son en realidad las altas cumbres del Atlántico. El autor de 'Juan Latino' y tantas otras obras con la historia, el amor y la pasión como arma, José Vicente Pascual, piensa que la Navidad es una leyenda literaria que se cuela cada año en lo cotidiano. Es tiempo para la añoranza y el recuerdo. Ser madrileño y nómada, no le impide reconocerse hijo de Granada y hermano de sus gentes. En estas fechas ubicaría un Belén en una iglesia copta de El Cairo.

-Vive en una isla que se alza desde el océano, ¿cómo influye estar rodeado de mar a quien ama el desierto y las montañas de Granada?

-Tenerife y Granada tienen en común montañas enormes y la costa tropical. Son los dos únicos lugares de España donde se puede pasar un perfecto día de playa, alzar la mirada y ver la nieve allí arriba. La insularidad se lleva estupendamente.

-¿En que está enfrascado, literariamente hablando? ¿Hay un nuevo libro en ciernes?

-Siempre hay un libro. Llevo cuatro años trabajando en él, desde que llegué a la isla bajo el volcán. Creo que estará presentable esta primavera. O no. Ya veremos.

-Siempre le ha gustado caminar a través de la historia y sus tiempos. ¿Puede ser la Navidad una etapa a tener en cuenta en ese viaje?

-La Navidad es en sí una recreación histórica. El solsticio de invierno se celebra en todas las culturas y se venera en todas las religiones desde 'la noche de los tiempos'. Estas fiestas, bien miradas, son un trozo de leyenda/literatura aparecido cada año en la prosa administrativa de lo cotidiano.

-La Navidad es tiempo para el recuerdo y las sensaciones, ¿qué siente al llegar esta época, hay alguna sensación especial?

-El recuerdo de las personas a las que he amado y ya no están. Ya sabe: 'La Nochebuena se viene / la Nochebuena se va / y nosotros nos iremos / y no volveremos más'.

-¿Qué suele hacer en esta época?

-Hace muchísimo que no tengo un guion fijo navideño. Este año, si Dios quiere, pasaré la Navidad en familia, en un sitio que se ha puesto bastante de moda: Bruselas.

-¿Qué recuerdo de la infancia le trae la Navidad?

-El de unos caballos de cartón-piedra, maravillosos, que mis padres nos regalaron a mi hermano mayor y a mí, en Madrid, allá por finales de los 50. Nos duraron un día. Los dejamos de noche en el balcón y cayó una nevada descomunal. Adiós a los caballitos. Ya no nieva como antes, ni hacen aquellos fríos. La vida.

-¿Cuál su sonido navideño?

-La voz de Pepe Isbert llamando a Chencho en la Plaza Mayor de Madrid.

-¿Y el olor?

-El del musgo del belén que cada año sacaban mis hermanas con ilusión para instalarlo juntos el día de la lotería.

-¿Cree que es posible sustraerse de la presión comercial y mediática para vivir estas fechas de otra manera, más cercana a la tierra?

-Creo que es posible vivir concentrado en cosas importantes de verdad y que no tienen nada que ver con el consumo, porque son gratis. Valen muchísimo, claro está; tanto como valen el amor, la libertad y el sentido estético de la vida. Y solo cuestan el esfuerzo de acercarse con ganas de aprender.

-¿Deberíamos volver más a las tradiciones?

-Primero tendríamos que saber cuál es el camino de vuelta. Tengo la impresión de que la cultura contemporánea no ha dejando un rastro de migas de pan. Lo del hilo de Ariadna tampoco parece que vaya a funcionar; ahora se lleva más la fibra óptica sin señal de retorno.

-¿Volverá a Granada?

-En breve, y con un propósito que realmente me entusiasma: recoger la medalla de oro que el Colegio San Isidoro -del que soy antiguo alumno -, tuvo a bien concederme este año. Me hace muchísima de ilusión.

-¿Dónde ubicaría su portal de Belén imaginario?

-En una iglesia copta de El Cairo, donde las cristianos puedan reunirse, rezar y celebrar la Navidad sin temor a ser asesinados por salvajes fanáticos.

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