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«Que multen a los padres de los menores que se emborrachen me parece muy bien. ¿Pero cómo se va a ejecutar todo eso?»

«Que multen a los padres de los menores que se emborrachen me parece muy bien. ¿Pero cómo se va a ejecutar todo eso?»

«Las fiestas patronales son botellones institucionalizados. Así es difícil convencer a los menores de que no beban», concluye el juez Calatayud

Carlos Morán

GRANADA

Jueves, 19 de abril 2018, 11:14

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Emilio Calatayud, titular del Juzgado de Menores 1 de Granada, fue durante años el látigo del botellón que, en primavera y otras fechas señaladas, convertía a la ciudad de la Alhambra en la capital nacional del consumo de alcohol a destajo. El cierre del llamado 'botellódromo' acabó con aquellas macrofiestas «y no pasó nada», recuerda el magistrado para poner en evidencia a los que pronosticaron que la clausura del recinto iba causar más lío que el que ya había.

En este sentido, Calatayud espera que la nueva ley que ultiman las Cortes para evitar que los niños y los adolescentes consuman alcohol tenga éxito, aunque se muestra escéptico. «Que multen a los padres de los menores que se emborrachen me parece muy bien. Y que tengan que ir a cursos con los niños como alternativa a las sanciones, también. ¿Pero cómo se va a ejecutar todo eso? Si un niño sufre un coma etílico y lo llevan al hospital, es sencillo localizar a los padres y aplicarles un correctivo. ¿Pero qué ocurre cuando el menor no llega a esos extremos? ¿Hay medios para vigilar eso? Me temo que no. Espero que no sea solo una medida para que el legislador se cubra las espaldas... Y si el chico reincide, ¿le quitamos la custodia a los padres y se lo damos a la Junta de Andalucía?», se pregunta el jurista.

Con todo, insiste en que en que el proyecto «está bien: cualquier paso que se dé para intentar controlar el problema es bueno», aunque indica que lo fundamental es la educación. Y no se refiere solo a la familia, sino a la sociedad en su conjunto. «Las fiestas patronales son botellones institucionalizados. Así es difícil convencer a los menores de que no beban», concluye.

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