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Eva es la nueva gerente del hospital de San Cecilio. RAMÓN L. PÉREZ
«Hay un par de momentos terroríficos en urgencias que nunca se te olvidan»

«Hay un par de momentos terroríficos en urgencias que nunca se te olvidan»

Eva Jiménez Gómez es la nueva gerente del hospital San Cecilio. Tras 20 años en Almería siendo 'urgencióloga' y gestora sanitaria y hospitalaria, regresa a su ciudad para siempre, ya que aquí tiene plaza fija en el Virgen de las Nieves

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Jueves, 21 de junio 2018, 01:24

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Eva María Jiménez Gómez (Granada, 1970) estaba dirigiendo con cierta comodidad el Área Sanitaria Norte de Almería, que incluye el hospital de Huércal Overa, cuando «pasó el tren, más bien el AVE a 300 kilómetros por hora», y se subió sin pensarlo demasiado. Recibió la llamada y aceptó ser la gerente del hospital San Cecilio del PTS. No sintió pánico, sólo «respeto y humildad ante el cambio». Aunque fuera como meterse en la boca del lobo. Venía a un centro con una huelga de MIR (ya resuelta), con rescoldos de la desfusión hospitalaria y donde está en plantilla Jesús Candel, 'Spiriman', médico de urgencias y activista en redes sociales convertido en el azote de la Junta de Andalucía y de la Consejería de Salud en los últimos años.

Frente a todo eso, Eva -de discurso sereno, equilibrado y en apariencia poco politizado- atesora una década como médica de Urgencias y otros diez años en cargos de gestión del hospital de Huércal Overa, un centro marcado por el éxodo de médicos que huyen del aislamiento geográfico y buscan trabajo en Murcia, donde los facultativos tienen mejores contratos que los médicos andaluces.

En tierras almerienses se han quedado sus dos hijas y su marido mientras termina el curso escolar y acometen el traslado familiar a Granada. Esa mudanza era cuestión de tiempo porque tanto la nueva gerente del PTS como su pareja son granadinos y ella, médico de Familia y Comunitaria, tiene su plaza por oposición en las urgencias del hospital granadino Virgen de las Nieves, donde podría volver cuando quisiera. «La verdad es que no conozco a quién ocupa mi puesto allí en comisión de servicio», dice sonriendo con naturalidad esta mujer, primera médico de toda su familia. «De pequeñita me pasaba el día con una bata y un fonendo auscultando a los muñecos y a mis hermanas. Debía ser vocacional. La verdad es que soy muy asistencial».

-Pero lleva doce años sin atender pacientes, sólo en cargos de gestión...

-Bueno, ves a familiares, amigos, te pasas por las urgencias, por las consultas... La cabra tira al monte. Pero descubrí que me gusta gestionar equipos humanos y mirar al paciente en su conjunto, como una realidad amplia. Acepté cambiar las urgencias por la subdirección médica del hospital en un momento personal muy determinado -embarazada de su segunda hija- y descubrí que son dos visiones distintas y complementarias. En la consulta solo te importa el paciente que tienes delante. En el despacho, tienes una visión más amplia, porque si no todos los pacientes serían prioridades uno y no es así, también hay que mirar el interés de la comunidad.

-¿Desde la Gerencia es capaz de entender a los MIR cuando se sienten desbordados en las guardias ?

-Claro, yo lo pasaba fatal. Te dejaban sola en la consulta, aunque tenías a tus adjuntos por allí y les consultabas. Siempre tuve la sensación de estar arropada, pero dabas el alta desde el primer año. Tenemos que acostumbrarnos a la responsabilidad aunque sea un periodo de formación. Aunque ahora ha cambiado la cosa y me parece bien que los residentes de primer año -son médicos contratados y cobran su sueldo- no den altas sin supervisión. Pero hay que moderar el discurso. Tienen que aprovechar los cuatro años para aprender al máximo. En Medicina, además, nunca se acaba de estudiar.

La etapa de MIR

-¿Y un residente de primer año recién llegado y dando altas es seguro para el paciente?

-El sistema debe modular eso. Si el tutor adjunto ve que ese MIR va demasiado confiado debe frenarlo y supervisarlo más. Y luego no es lo mismo la puerta que observación, que críticos... hay muchos circuitos, no te dejan con los críticos el primer día.

-¿Cuáles son sus recuerdos más duros como médico?

-Intentar reanimar a un paciente de 16 años, que ya venía fallecido, después de un accidente de moto y tener que darle la noticia al padre de que no había sido posible. (Se emociona). Ver a ese padre darse golpes contra el suelo... Y ver a todo el personal de la guardia, la enfermería que salía y la que entraba, porque era un cambio de guardia, intentando ayudar en el 'box' de críticos... Momentos terroríficos en urgencias hay un par de ellos que nunca se olvidan. Comunicar noticias duras es tremendo.

-¿Y lo mejor?

-Yo a esto lo llamo las muescas en el fonendo... y de lo mejor que me he llevado siempre es el compañerismo, cómo nos arropamos unos a otros. Los equipos son fundamentales, el compañerismo es lo mejor.

-Hablando ahora del futuro y aunque lleva apenas una semana como gerente del PTS: ¿Qué es lo prioritario que ha detectado?

-En primer lugar quiero decir que me he sentido muy bien acogida y estoy abrumada. Tengo una impresión buenísima y el gerente anterior, José Luis, ha hecho una buena transición. Además, comprendo todas las vicisitudes por las que ha pasado el centro en los últimos años y tenemos que recuperarnos e incluso mejorar lo de antes. El centro cuenta con una potente infraestructura, con una tecnología puntera y con gente con mucha ilusión.

-¿Y por mejorar?

-Pues por lo pronto hacen falta celadores porque esto es mucho más grande. Quiero mejorar los problemas y las demoras en las listas de espera para especialidades como Traumatología, que tiene un volumen tremendo de demanda, y Rehabilitación. Necesitamos agilizarlas, aunque llevará algún tiempo. Las listas de espera quirúrgicas están más actualizadas.

-¿Algo que haya implantado en Huércal Overa y quiera traer aquí?

-La conexión entre atención primaria y hospitalaria y la colaboración con el hospital de al lado. A lo mejor un traumatólogo puede hacer una consulta virtual con el paciente y con el médico de atención primaria y no tiene que venir aquí el enfermo y le ahorramos tiempo. Cuando se suman recursos se trabaja mejor.

-¿Ha conocido a 'Spiriman'?

-No, todavía no, pero las puertas del despacho están abiertas, de verdad, para todo el mundo.

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