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El artista flamenco Curro Albaicín camina junto a unas chumberas en el Sacromonte. RAMÓN L. PÉREZ

Así es el insecto que destruye las chumberas en Granada

Basta 'raspar' las pencas para obtener el llamativo colorante de la cochinilla del carmín que daña a la planta, catalogada como invasora

Javier Morales

Granada

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Lunes, 12 de febrero 2018, 19:25

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Relata el catedrático de Zoología de la UGR Felipe Pascual, que la chumbera se introdujo en España entre 1515 y 1545. Ha servido para delimitar parcelas, sujetar tierras y, claro, para la producción –cada vez menor– de higo chumbo. La chumbera está catalogada, según un Real Decreto de 2013, como especie exótica invasora. "Es una planta que viene de fuera, esta de otro continente, se adapta muy bien al territorio, y compite perjudicando a las plantas autóctonas", señala.

¿Qué implica que la chumbera esté catalogada como tal? Según el decreto, "las administraciones competentes adoptarán, en su caso, las medidas de gestión, control y posible erradicación de las especies incluidas en el catálogo".Es decir, teóricamente, los esfuerzos públicos deben ir orientados, más que a la conservación de las chumberas, a su "gestión, control y posible erradicación". Pero el catálogo de especies exóticas invasoras no es ‘hermético’: hay procedimientos para excluir del mismo a algunas especies, y se han puesto en marcha en varios casos.

Vídeo. Felipe Pascual resume las causas de la plaga de la cochinilla. J. M.

Con respecto a la cochinilla, es un colorante rojo histórico también con siglos de historia. En lugares como Canarias, se ha utilizado en la producción de ‘tintes’. Aunque se sustituye progresivamente por colorantes sintetizados, el rojo carmín que produce este pulgón al ser triturado se usa en yogures, refrescos, helados... Ytambién cosméticos, como los pintalabios, de ahí el nombre. Basta raspar con una tarjeta cualquier pala cubierta de blanco y ‘machacar’ esta especie de terciopelo para descubrir el colorante.

Como curiosidad, este parásito que devora sin freno las chumberas de todo el país estaba muy valorado –casi al nivel del oro– en época del Imperio Español. Cuenta Felipe Pascual que era el único colorante rojo asequible para la tinción de los ropajes. Todo un filón biológico para la industria textil.

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