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Garbiñe Muruguza posa en la Plaza de la Concordia en París.
El futuro es de Garbiñe Muguruza
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El futuro es de Garbiñe Muguruza

La nueva reina de París ya es la número dos del mundo y su próximo gran reto son los Juegos de Río, en pista dura

AMADOR GÓMEz

Domingo, 5 de junio 2016, 20:31

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«Garbiñe Muguruza tiene un gran futuro por delante», sentenció Serena Williams tras perder la final de Roland Garros ante la jugadora española de 22 años, que este lunes será proclamada de forma oficial número dos del mundo, con 6.766 puntos, sólo superada por la leyenda estadounidense (8.330). Hace tan sólo tres años la nueva reina de París era la número 64 en el ranking de la WTA y, tras conquistar el primer Grand Slam de su carrera, ya acaricia el trono del tenis femenino, que no conocía una victoria española en Roland Garros desde hace 18 años.

«De la nueva generación de jugadoras Garbiñe es la que más ha progresado y en menor tiempo. Es todo fuerza, potencia, el juego de hoy día. Es alta, le pega a la bola durísimo. Es joven, pero cuando aprenda a controlar la presión que conlleva el hecho de ganar y tener regularidad en todos los torneos, durante todo el año, ganará muchos más Grand Slams y será la número uno», pronostica Arantxa Sánchez Vicario, tres veces campeona sobre la tierra batida de París, que en una entrevista en el diario El País considera que el histórico triunfo de Muguruza en la capital francesa «era una cuestión de madurez». «Si no hubiese sido ahora lo hubiera hecho más adelante», asegura el única tenista española que, antes de Garbiñe Muguruza, había triunfado en Roland Garros.

Tras disfrutar del título el sábado en la Philippe Chatrier y este domingo en el centro de París, en la Plaza de la Concordia, donde la hispano-venezolana posó radiante con la copa Suzanne Lenglen, Garbiñe Muguruza acudirá esta semana a Palma, donde se disputará a partir del sábado el primer WTA Mallorca Open, sobre hierba, superficie en la que alcanzó el año pasado la final de Wimbledon. «De ese partido aprendí mucho. Esa derrota (frente a Serena Williams) me ayudó para salir el sábado a la pista con más fuerza y decisión y muy motivada para llevarme el título», reconoció Muruguza tras derribar en la final de Roland Garros a una poderosa rival con 21 coronas de Grand Slam pero que sigue sin poder igualar a Steffi Graf.

El próximo gran reto de Garbiñe Muguruza será dentro de dos meses, en los Juegos Olímpicos de Río, donde la tenista nacida en Caracas no sólo participará en categoría individual, sino que también podría hacerlo en el dobles mixto junto a Rafa Nadal. Sin embargo, sorprendentemente, el torneo de tenis en los Juegos (del 6 al 15 de agosto) no se disputará sobre tierra batida, sino en pista dura, con la justificación de que celebrará dos semanas antes del Open de Estados Unidos.

«Para los Juegos las condiciones serán muy diferentes, pero serán mis primeras Olimpiadas y estoy superilusionada con participar. Ojalá pueda traer una medalla», proclamó este domingo Muguruza, que dedicó «victoria tan especial» a su familia. «Se ha sacrificado mucho por mí», reconoció la jugadora de padre vasco y madre venezolana. También tuvo un recuerdo para su equipo, con su entrenador, el francés Sam Sumyk, a la cabeza. Desde septiembre de 2015 acompaña en un camino de continúa progresión a Garbiñe Muguruza. «Antes de trabajar con ella rechacé a varias jugadoras porque es un lujo, una oportunidad increíble, trabajar con ella», destacó en vísperas de la gran final femenina Sumyk, quien fuera entrenador de la bielorrusa Victoria Azarenka, que fue número uno mundial en 2012 y bicampeona del Open de Australia.

«Garbiñe ya jugaba muy bien al tenis antes de que yo la entrenara. No tenía gran cosa que enseñarle. Intento guiarla, conocer sus ambiciones, sus deseos, y conocer un poco mejor a la persona. Intento guiarla para que siga sonriendo», subrayó el técnico bretón, que ocupó el puesto del vasco Alejo Mancisidor, el hombre que modeló el tenis de Muguruza durante cinco años. Mientras que Sam Sumyk, practicante también de surf, vive ahora en Estados Unidos, concretamente en Manhattan Beach, cerca de Los Ángeles, Garbiñe Muruguza trasladó su residencia a Ginebra (Suiza) antes de conquistar el tercer torneo de su carrera profesional, tras el de Hobart en 2014 y el de Pekín en 2015. «Voy a tardar un par de días en asimilar esto. Es una gran motivación para continuar adelante y seguir compitiendo», admitió este domingo la ambiciosa e imparable Garbiñe.

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