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Fernando Alonso, antes de una carrera.
Mónaco como cura para todos los males
GP DE Mónaco

Mónaco como cura para todos los males

Fernando Alonso afronta el Gran Premio más mítico con miedo a una nueva avería y enfocado a hacerlo bien en clasificación

David Sánchez de Castro

Jueves, 26 de mayo 2016, 17:17

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El goleador Fernando Alonso (su disparo por la escuadra en el partido benéfico de esta semana ha dado la vuelta al mundo) encara el Gran Premio de Mónaco con el objetivo de quitarse el mal sabor de boca que le dejó el Gran Premio de España. El asturiano, que no dejará de lado su pasión futbolística en un fin de semana marcado por la cita de Milán, estrenará un motor de combustión (el ICE) nuevo en la unidad de potencia de su McLaren Honda. En la escuadra británica no sentó nada bien la rotura del propulsor en Montmeló, y han pedido al fabricante japonés que encuentren el motivo. Para ello, no se la van a jugar: aunque el Principado no es el circuito que más castiga los motores (de hecho, es el que menos prima la potencia), son conscientes de que la fiabilidad era la única mejora real y palpable que habían encontrado con respecto a 2015.

Mónaco se presenta como un escenario perfecto para que Alonso recupere la ilusión. Si no eres Ayrton Senna, adelantar en las calles de Montecarlo es prácticamente una quimera, por lo que la clasificación es fundamental. Salir octavo el domingo es casi sinónimo de puntuar, con lo que para Alonso, como para sus rivales, entrar en la Q3 es dejar la carrera hecha prácticamente para el domingo.

Alonso guarda un recuerdo precioso de Montecarlo, también defendiendo los colores de McLaren. Hay que remontarse a 2007, a su primera época bajo las órdenes de Ron Dennis. Alonso ganó aquella edición, no sin polémica: los fuegos de la enemistad con Lewis Hamilton ya habían empezado a prender, y en el Principado se vio que la separación entre el británico, hoy tricampeón del mundo, y Alonso era total. El español estaba celebrando el éxito con el príncipe Alberto a su lado, pero delante sólo tenía a la mitad de su equipo: los mecánicos de Hamilton no estaban tan contentos.

Para Carlos Sainz será una carrera muy especial también. Su resultado de España (el mejor desde que está en Fórmula 1) quedó absolutamente eclipsado por la victoria de su excompañero Max Verstappen, que será otro de los focos de interés este fin de semana. Por eso, el español, es consciente de que no puede volver a quedarse fuera del foco informativo: Mónaco es el circuito perfecto para demostrar que lo que se vio en Montmeló no fue flor de un día, y que aún tiene mucho que reivindicar ante Red Bull.

«Espero que su resultado sea positivo también para mí, que me beneficie. Uno depende de sí mismo y sus resultados, en eso me tengo que concentrar. Si a Max le va bien, seguro que no es malo para mí, de hecho es bueno», opinaba Sainz en la previa, en declaraciones a Movistar+. El cambio de compañero le ha venido bien a Sainz. Sin la presión de tener al caníbal Verstappen a su lado, el piloto madrileño puede ser el líder que se espera de él en Toro Rosso.

La batalla en Mercedes será otro de los focos de interés de la carrera de Mónaco. Nico Rosberg saldrá líder, pase lo que pase, pero Lewis Hamilton (que sólo ha ganado una vez aquí, en 2008) está absolutamente centrado en darle un mordisco a la ventaja que tiene su compañero. El accidente de Montmeló entre los dos pupilos de Mercedes está aún muy reciente, y cualquier fricción en el Principado puede suponer el estallido definitivo de la tenue paz que han firmado.

La cábala de Rosberg y la décima

Aunque la cita de Mónaco siempre es especial, este fin de semana se disputa otro de los grandes acontecimientos deportivos del año. Y no nos referimos a las 500 Millas de Indianápolis, que celebra su centenario. La final de la Champions League entre Real Madrid y Atlético copará casi toda la actualidad deportiva del fin de semana, y en la Fórmula 1 no escaparán a la fiebre futbolera. Alonso y Sainz, grandes aficionados del club merengue, tienen previsto seguir el partido entre los equipos madrileños con mucha pasión.

Se da una curiosa coincidencia entre esta y la final de la Champions de 2014. Además de que sea entre los mismos rivales, el destino ha querido que se repita exactamente el mismo escenario dos años después: también se celebró el sábado de la clasificación del Gran Premio de Mónaco. Aquel día, Nico Rosberg logró la 'pole'. y el Madrid, la décima.

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