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Orlando Ortega se retira de la pista decepcionado tras la final de 60 vallas. / Alberto Pozas.
Orlando Ortega tropieza en Belgrado
ATLETISMO

Orlando Ortega tropieza en Belgrado

«Me tocó perder a mí», lamentó el subcampeón olímpico de 110 metros vallas, séptimo en la final de 60 en el Europeo en pista cubierta

ALBERTO POZAS

Viernes, 3 de marzo 2017, 18:20

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«Unos ganan y otros pierden, y esta vez me tocó perder a mí». Orlando Ortega cruzó la zona mixta visiblemente decepcionado, mirando al suelo y parándose para hablar con la prensa prácticamente por contrato. El subcampeón olímpico de 110 metros vallas terminó séptimo en la final de los 60 metros del Europeo en pista cubierta de Belgrado, muy por detrás de sus rivales y a un mundo de la lucha por las medallas: «No fue el día, no estoy contento, pero hay que seguir», aseguraba apenas unos minutos después.

Por norma general, a Orlando Ortega le cuestan bastante las primeras vallas, pero tiene una aceleración imparable que le han valido una plata olímpica y un récord de España de pista cubierta de 7.48 segundos. Pero el Orlando de Belgrado no era el Orlando de siempre, y cuando debería haber empezado a remontar para subir al podio se quedó en una triste séptima posición con una marca de 7.64.

Rechaza culpar a la pista o a los roces: «No es de mis pistas favoritas, pero no me afectó. Es la misma para todos los atletas; no hay excusas». A decir verdad, ningún corredor fue especialmente rápido en la final de vallas: ganó el favorito, el británico Andy Pozzi (7.51). Segundo fue el francés Pascal Martinot-Lagarde (7.52) y tercero el checo Petr Svoboda (7.53). Una décima por detrás entraba Orlando, que se quedaba un rato apoyado en la colchoneta del fondo contra la que los demás habían rebotado por la potencia: «Pensaba qué pudo ir mal. Estoy decepcionado».

Le ganaron rivales que este año no le habían podido seguir: los franceses Martinot-Lagarde y Darien. La decepción por no haber abierto el medallero en el primer día de competición en estos Campeonatos de Europa de pista cubierta se trasladó a la sección española de la grada, con el deseo de ganar un metal en vallas diez años después del último también muerto. O «apagado», como dice él. Pero Orlando Ortega es optimista. «Hay que pensar en lo que viene y dejar esta mala imagen atrás, seguir mejorando», apunta. Su gran objetivo: el Mundial de Londres y casi el doble de vallas para poder remontar como él sabe.

Ruth Beitia, lanzada a por el oro

La derrota de Ortega cerró la jornada de este viernes y dio paso al apagado de focos, pero no todo fue malo en el primer día para la selección española: diez españoles, encabezados por Ruth Beitia, sacaban billete para sus respectivas finales.

«Me encanta competir». Con su habitual sonrisa de oreja a oreja, la campeona olímpica daba dos saltos y se marchaba al vestuario, clasificada con 1,90 metros para la final de salto de altura. «Cada competición es un regalo, y esta pista me ha encantado», afirmaba la saltadora cántabra ya en zona mixta. Su máxima rival, la lituana Airine Palsyte, estuvo bastante más floja, aunque también estará en la final. La polaca Kamila Licwinko, otra de sus grandes rivales, no estuvo a la altura y no peleará por las medallas: todo está a favor para que Ruth Beitia busque este sábado su quinto título de campeona de Europa.

Espoleados por la mejor atleta de la historia del deporte nacional, los españoles rindieron al mejor nivel para intentar pensar en un medallero decente en los próximos dos días, pasando a sus respectivas finales: Lo hicieron Carlos Mayo, Adel Mechaal, Nuria Fernández y Ana Lozano en los 3.000 metros; Samu García y Lucas Bua en los 400 metros; y Pablo Torrijos y Ana Peleteiro en el triple salto. Especialmente celebrado fue el pase de Peleteiro. Con un salto de 14,20 en su último intento, la discípula de Iván Pedroso se coló en la final cuando su título de campeona mundial júnior iba a cumplir cinco años. «Llevo años con esa barrera que no me dejaba ser feliz», dijo la gallega, que además de entrar en la final como una de las favoritas batió su récord nacional sub-23.

Sí hubo problemas en las semifinales de 1.500 metros, con el catalán Llorenç Sales clasificado por tiempos para la final y con Marc Alcalá pendiente de una reclamación hasta última hora de la noche: el disparo de salida sonó dos veces en su semifinal, y el atleta del FC Barcelona se frenó.

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