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La cuenta atrás se puso en marcha este miércoles en el COE.
Las prisas de Río 2016
OLIMPISMO

Las prisas de Río 2016

A 100 días de que empiecen los Juegos Olímpicos, algunas federaciones internacionales ya han manifestado su preocupación por el estado de las instalaciones y los problemas de transportes

JAVIER BRAGADO

Miércoles, 27 de abril 2016, 18:36

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No son los deportistas. No son los aficionados. Los más apurados por los Juegos Olímpicos a 100 días de su inauguración (se cumplen este miércoles) son los responsables de la organización por los problemas que asoman para el mayor evento deportivo del planeta. Desgraciadamente, los inconvenientes incluso han llegado a traducirse en muertos porque al menos once personas fallecieron a consecuencia de las diferentes obras de instalación. La presión es la principal causa, como explicó el superintendente de Trabajo y Empleo de Río de Janeiro, Robson Leite, quien atribuyó los accidentes a «la falta de planificación y a la prisa de las constructoras para cumplir los plazos».

«De momento no están como tenían que estar para los Juegos Olímpicos. Están probando todo. Desde el centro de la ciudad hasta el campo de tiro tardábamos dos horas y media para hacer 25 kilómetros. Eso no es normal de cara a una competición tan importante», explica el tirador olímpico Alberto Fernández días después de regresar de un evento de prueba en Río de Janeiro. «Esperaba que estuviera más decente, sinceramente. La organización, del uno al diez le pongo un tres. A las instalaciones, un seis. Y en unos Juegos Olímpicos tiene que estar 10 de 10», protesta el madrileño con el oro de la Copa del Mundo de foso olímpico en Río colgado en el cuello. «Alguna vez nos tocó un autobús sin aire acondicionado a 34 grados y era como una sauna. Y llegas cansado para una competición de ese nivel», completa Jorge Llames (pistola de velocidad), quien apunta un rayo de esperanza e interrogantes: «Se supone que acabarán el carril olímpico y que desde la sede hasta la zona de competición tardarán media hora. Es lo que han dicho. Veremos si lo cumplen o no».

Los retrasos también han alcanzado a las instalaciones. Si en la competición de tiro olímpico comprobaron que una parte que debía estar cubierta no estaba cerrada, para la prueba de ciclismo se ha decidido aplazar hasta mediados de junio el evento de prueba previsto para finales de abril. «Tenemos algunos problemas logísticos como la descarga de la madera en el lugar o la instalación de contenedores y oficinas. Y nos hemos dado cuenta de que estaba demasiada cercana la fecha para nosotros como para estar seguros de que la pista estaba perfectamente instalada», explicó el director ejecutivo de comunicaciones de Río 2016, Mario Andrada.

La Federación Internacional de Gimnasia y la Federación Internacional de Natación también han alzado la voz sobre las deficiencias en las instalaciones y la organización después de dos competiciones de test en Río que sirvieron como torneos preolímpicos. Sobre la piscina de la natación sincronizada entrenadoras de diversos países han avisado del problema que supondría una tormenta o un evento climático imprevisto en una instalación al aire libre, además de la correspondiente deshidratación de los deportistas por la temperatura y la humedad esperada en agosto.

Un felpudo en la bahía

No obstante, las quejas más frecuentes se escucharon en la bahía en que se disputará la competición de vela. «Sobre las condiciones del agua sí que podían estar mucho mejores pero hay semanas que el agua está limpia, sin plásticos ni basura. Pero hay semanas, especialmente cuando llueve o hay grandes mareas, que he visto cosas feas, como bolsas de basura llenas flotando. Este verano me pegué con una entrenando y cuando salí vi que le había dado a un felpudo de esos de Ikea grandotes. No me lo podía creer», avisa el windsurfista Iván Pastor, quien se entrena con frecuencia en Brasil. «Exageran, no es para tanto, aunque el viento es muy cambiante y hay mucha corriente», tercia su compatriota en la competición femenina, Marina Alabau. «La salida del recorrido del circuito está a 20 metros de la pista de aterrizaje de los aviones comerciales del aeropuerto nacional y cada vez que pasa un avión o nos tira al agua o con el ruido no te enteras de nada», describe la andaluza Blanca Manchón sobre su experiencia en un campo de regatas en el que finalmente no podrá competir.

A pesar de las múltiples críticas, la esperanza está en la experiencia previa porque también saltaron alarmas similares en Juegos Olímpicos anteriores. «En Londres (2012) también lo que era el campo de tiro estaba prácticamente justo, justo, justo para tirar a estas alturas. Estaban conectadas las dianas y gracias. Estaban sin terminar las partes de los edificaciones, las áreas de descanso, las zonas para dejar armas y municiones. Luego llegamos y estaba todo montado», recuerda Jorge Llames sin obviar el punto actual de Río 2016. «Esperábamos que estuviese un poco más avanzado, la verdad. Muchas veces no sé si lo hacen adrede para que no tengan al cien por cien lo que tendrán en los Juegos. Pero el país está como está y a lo mejor llegan hasta ahí, no van a invertir más y no van a gastar más», se cuestiona el asturiano una semana después de competir en el recinto carioca. Alberto Fernández es mucho más pesimista sobre el plazo y las prisas de los 100 días: «Esto no debería de ser así y yo creo, por lo que he preguntando a la gente en Brasil, que no va a estar acabado porque son lentos para hacer las cosas y ahora mismo no está económicamente bien. Entonces, no creo que esté acabado».

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