Edición

Borrar
Una de las pruebas de esquí alpino de la Universiada de Granada.
Un año del final de la Universiada, con la Sierra en su mejor versión
más deportes

Un año del final de la Universiada, con la Sierra en su mejor versión

Nunca un evento deportivo generó tantas dudas sobre su celebración; al final se hizo y el resultado fue razonablemente bueno

ALEJANDRO MOLINA

Lunes, 15 de febrero 2016, 01:08

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

¿Eso se va a hacer? Fue la pregunta indisolublemente unida a las palabras Universiada de Invierno Granada 2015. Nunca un evento deportivo generó tantas dudas. Ayer se cumplió un año de una ceremonia de clausura que puso punto final al evento deportivo, aunque no así al administrativo, que sigue activo.

Al final se hizo y el resultado fue razonablemente bueno. La mejor versión de Sierra Nevada, rebosante de nieve, y las competiciones de hielo dieron una imagen de Granada muy buena a nivel internacional. Por citar algunos ejemplos, durante los diez días que duró el evento (del 4 al 14 de febrero de 2015) su página web recibió 332.000 visitas , de las que 37.000 fueron de Rusia y 26.000 de Japón.

La aplicación oficial para móvil logró 3.335 descargas durante aquellos diez días de infarto, llegando a ocupar el segundo puesto en descargas de aplicaciones deportivas para Android y el vigésimo quinto en Apple dentro de España. Se publicaron más de 600 noticias en medios impresos y se emitieron 162 horas de televisión a nivel internacional. En España, Teledeporte retransmitió durante 21 horas. Se calcula que la Universiada tuvo una audiencia acumulada de 45 millones de personas.

Decía en este periódico por aquel entonces el concejal de Deportes del ayuntamiento de Granada, Antonio Granados, que la Universiada fue el evento más complejo al que esta ciudad se había enfrentado nunca. Lo cierto es que era la primera vez que se celebraban de manera simultánea competiciones en Sierra Nevada y Granada bajo una misma estructura organizativa.

Esto implicaba la gestión de alojamiento, transporte, alimentación, servicios médicos y muchas otras cosas para las miles de personas que formaron los colectivos de deportistas, técnicos, federativos, prensa y voluntariado, entre otros. Fueron unos Juegos Olímpicos a pequeña escala que finalmente se desarrollaron con solvencia.

Aunque muy lejos de su planteamiento inicial, la Universiada también dejó un legado en Granada. Sobre todo lo en forma de conocimiento y experiencia, pues toda la ciudad se volcó para sacarlo adelante. Basta con recordar las tremendas colas que había para acceder a las competiciones de hielo o el aluvión de solicitudes para formar parte del voluntariado.

Voluntarios

Estos últimos fueron especialmente importantes y su estructura sigue estando vigente un año después. No hay evento deportivo de nivel que se pueda desarrollar sin voluntariado y por eso la gestación de ese equipo comenzó casi cuatro años antes del 2015. Se crearon lazos muy fuertes y se notó durante aquellos intensos días de febrero. El 'core' de aquel equipo sigue colaborando hoy con otros eventos deportivos en Granada y nunca se les agradecerá lo suficiente su entrega.

En lo material, Granada cuenta hoy con el Pabellón Mulhacén en el que se practican deportes de hielo durante seis meses al año. Hay escuelas deportivas municipales, pero la competición todavía no ha conseguido volver a la instalación. En Sierra Nevada, de la mano de la Universiada, llegaron importantes infraestructuras, como una segunda balsa para nieve artificial, el 'half pipe' o el Telesilla Emilio Reyes, entre otras cosas.

El fracaso de la Ragua

El gran fracaso de aquella Universiada tuvo un nombre propio: Puerto de la Ragua. Junto con los deportes de hielo, los juegos universitarios estaban planteados para albergar los deportes de esquí de fondo y biatlón en la pequeña estación accitana. Así estaba planteado en el dossier de candidatura y así se aprobó por todas las partes implicadas.

El evento era un tren que pretendía haber revitalizado una estación de esquí nórdico muy humilde, capaz de dejar un legado próspero en una de las regiones más deprimidas de Europa. Pero no pudo ser. Las negociaciones, réplicas y contrarréplicas que se vivieron en torno al Puerto de la Ragua darían para muchas páginas de periódico. Al final la Universiada de Invierno Granada 2015 tuvo que celebrar las competiciones de fondo y biatlón en dos estaciones de nombre impronunciable de Eslovaquia. Hasta allí tuvieron que ir el concejal de Economía del ayuntamiento, Francisco Ledesma, y el segundo consejero delegado de Granada 2015, Aurelio Ureña, a recoger la bandera y la antorcha de la Universiada. La vida tiene esas paradojas, Ureña fue el que más luchó porque se hiciera la prueba en la Ragua, y fracasó.

Ayer se cumplió un año del último día de la Universiada Granada 2015. Un año desde que Rusia ganase la final de hockey hielo en el Palacio de Deportes y que Torres Hurtado le entregase la bandera de la Universiada a la alcaldesa de Almaty, la ciudad kazaja que la albergará en 2017. Un año de una ceremonia de clausura en la que por no faltar, no faltó ni la tuna.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios