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Los participantes en esta última edición de Las Dos Colinas conquistaron tanto la Gran vía como el resto de calles del centro de la capital.
Rendidos ante la dictadura de Parejo
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Rendidos ante la dictadura de Parejo

El atleta de Bikila encadena su sexta victoria consecutiva en Las Dos Colinas, carrera organizada por las Fuerzas Armadas que cumple ya una década de historia

Juanjo Martín

Lunes, 1 de junio 2015, 00:58

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Las carreras populares presentan un pelotón de corredores tan amplio que siempre hay una cantidad considerable de favoritos que pueden conseguir la victoria. Sin embargo, Las Dos Colinas surge como excepción a esta regla pues la nómina de posibles vencedores en el apartado masculino se reduce desde 2010 a un único nombre. Francisco Javier Parejo impone desde hace seis años su particular dictadura en una prueba que une el Acuartelamiento de Cervantes con la Alhambra y el Albaicín, cuyas dos elevaciones dan el nombre a este evento de las Fuerzas Armadas.

El Mando de Adiestramiento y Doctrina (MADOC) se volcó una vez más en el desarrollo de una carrera que ayer cumplió su primera década de existencia. Lo que nació como un ejercicio más para que sus componentes mantuvieran un óptimo estado de forma se fue transformando poco a poco en algo más. En 2006 ganó definitivamente una nueva dimensión, cuando se abrió al público el trazado por las calles de la capital, en colaboración con el Ayuntamiento y diversas empresas que siempre han colaborado con el Ejército en esta aventura.

En esta ocasión, el circuito sufrió una ligera variación que incrementó la dureza de un recorrido de 13'5 kilómetros de extensión que transcurrió por Gran Vía, Campo del Príncipe, Paseo del Generalife, Plaza Nueva, Carrera del Darro, atravesó el colegio Ave María Casa Madre, continuó por Santa Isabel La Real, Mirador de San Nicolás, San Miguel Bajo, calle Elvira y de nuevo regresó a las dependencias militares en la Avenida de Pulianas.

Un completo camino en el que las vistas elevan el alma para aquellos que son capaces de despegar su mirada del asfalto pese al enorme esfuerzo físico requerido.

La dureza de esta carrera es un elemento que todos los que toman parte no dudan en destacar, por lo que resulta un reto no apto para principiantes. Aun así, cada año aumenta la cantidad de inscritos -este año unos cuatro mil, con un nutrido porcentaje de atletas en las categorías base- que no se arredran por las rampas y desniveles y que celebran su llegada a la meta como si hubiesen conquistado un oro olímpico. La sempiterna meta de lograr un buen tiempo pasa a un segundo plano en una prueba en la que prima más ser capaz de concluirla, sobre todo teniendo en cuenta que Parejo no admite que haya sorpresas en cuanto al ganador.

El atleta de Bikila escribió ayer un punto y aparte en una temporada que ya proseguirá el nazarí después del verano, y lo hizo con una solvencia abrumadora. «Es un circuito que se ajusta bien a mis características y en la que se han notado los cambios del recorrido. La Cuesta de San Cecilio ha sido dura y mucha gente la habrá hecho andando, mientras que bajando por Gomérez debes ir corriendo y nada de dejarte llevar, o los de atrás te pueden dar caza», aseguró Parejo justo tras su sexto triunfo consecutivo.

Altas temperaturas

El vencedor añadió que, pese a que se efectuó el cañonazo de salida a las 9.30 horas de la mañana, «ha hecho mucha calor y se ha juntado con la humedad en el ambiente por la lluvia del pasado viernes. Ha resultado incluso más dura que la Media Maratón y he roto a sudar nada más salir del cuartel». Nada de eso evitó una nueva alegría para Francisco Javier Parejo, al que nadie le tose a estas alturas su dictadura sobre Las Dos Colinas.

El granadino, natural de Alhendín, afirmó que «quiero seguir acumulando victorias aquí. La Media Maratón y esta carrera son las más importantes de Granada; la primera no pudo ser hace tres semanas y al menos he logrado esta. Otros años he vencido sin estar totalmente bien y esta vez he llegado muy fuerte». Tanto que pulverizó los registros anteriores con un tiempo de 46.03, minuto y medio más rápido que su propio crono de hace un año (47.35) y dos minutos por debajo de la marca de su compañero Andrés Fernández (segundo, 48.14) y del miembro del club Alpino Benalmádena Rubén Vigil, quien fue tercero en la general absoluta con 48.29.

En el apartado femenino también se produjo una victoria incontestable, en este caso de Paloma Zambrano. La paisana de Parejo detuvo el reloj en 59.10, casi dos minutos mejor que Elena Pérez (Sapiens Human Runner), atleta de la categoría promesa que se convirtió en la segunda mujer en rebasar la línea de llegada (1:01.09). Completó ese podio absoluto femenino Ángela Ávila, del club TriAtarfe (1:01.49). Zambrano explicó tras su triunfo que «ha sido una carrera espectacular, con un gran ambiente y muchísima gente por la calle animando. Es precioso correr así por Granada».

La integrante del Atletismo Alhendín no percibió un incremento en su esfuerzo para imponerse en el trazado, al comentar entre risas que «para mí ha sido más fácil, se ve que voy al revés que todo el mundo». Zambrano sí admitió que «la primera cuesta ha sido bastante complicada, pero hemos sabido mantenernos bien hasta el final», un Acuartelamiento de Cervantes en el que aguardaba para ella la cinta de campeona de Las Dos Colinas.

Ambos atletas nazaríes faltaron de esta forma a su habitual cita con el Gran Premio de fondo de la Diputación, si bien el trofeo con forma de cañón recibido como premio compensa sobradamente es ausencia. Además, el mero hecho de ganar en la carrera de las Fuerzas Armadas siempre concede un plus dentro de la gran familia del atletismo provincial, esa que ya sabe a priori que la única duda en el apartado masculino es saber quién llegará en segundo lugar por detrás de Parejo.

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