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Antoine Griezmann celebra su gol al Valencia.
Griezmann y Torres premian la ambición del Atlético
JORNADA 28

Griezmann y Torres premian la ambición del Atlético

El equipo colchonero no sólo ofreció solidez defensiva, sino también fútbol de ataque ante un combativo Valencia

Amador Gómez

Domingo, 6 de marzo 2016, 00:37

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El Atlético de Madrid sigue enganchado a la Liga no sólo gracias a su goleador habitual, Griezmann, sino también a Fernando Torres, que por fin resultó decisivo, y en un partido de los grandes, atractivo y con alternativas, en el que los rojiblancos fueron muy superiores a un combativo Valencia y no descansaron hasta que certificaron su brillante victoria. Antes de que Carrasco cerrase la goleada, quien de verdad ratificó el triunfo fue Torres, ya que no sólo fue el autor del tanto que mantiene al Atlético en la pelea por el título, aunque la Liga esté prácticamente imposible, sino que también provocó nueve minutos después del 1-2 la expulsión de Santos. Torres dejó también al rival con diez y acabó así con las esperanzas de un Valencia que aunque haya mejorado, tuvo que rendirse no sólo a la habitual solidez defensiva de los rojiblancos, sino también al fútbol de ataque de un bloque muy físico, incansable, que ya no sólo se agarra a las acciones a balones parado, aunque la del gol del Niño llegase de tal manera, a la salida de un córner, y con él libre de marcaje.

Se agradeció que el Atlético jugase desde el pitido inicial al ataque en Mestalla, donde el Valencia ya sufrió mucho durante los primeros 25 minutos ante el presión de los de Simeone y la ambición de los rojiblancos, que encontraron una primera recompensa a su juego con el gol desde fuera del área de Griezmann que sorprendió a Diego Alves. Sin embargo, igual que el Atlético tuvo en el futbolista francés a su hombre para todo, de extremo, de mediapunta, de rematador, de goleador y de socio del desafortunado Vietto, el Valencia encontró en Alcácer a su revulsivo, y no sólo por la genial dejada de cabeza a Cheryshev para que el ruso empatase, sino porque el delantero valenciano estuvo en casi todos los ataques del equipo de Gary Neville en la recta final del primer tiempo.

Que fueron muchos desde la igualada, porque el Valencia optó entonces por un fútbol muy veloz y directo que hizo padecer a un defensa visitante que echó muy en falta a Godín, baja de última hora a causa de una gastroenteritis. Sin embargo, tras el descanso sólo hubo un equipo, el Atlético, muchos peldaños por encima del Valencia.

Saltó al césped muy atrevido el Atlético, como lo fue Simeone al retirar al cuarto de hora de la segunda mitad a Kranevitter, que había hecho un partido notable, para que Torres potenciase la ofensiva de un equipo que no deseaba desengancharse ya del título de Liga y buscaba más fluidez con el Niño. Porque hasta entonces, aunque el Atlético siempre quiso jugar y atacar, no tuvo la profundidad suficiente para reflejar en el marcador la superioridad que ejerció durante los primeros minutos de ambas mitades. También le faltó entonces puntería al equipo rojiblanco. Y no es que el conjunto de Simeone se echase atrás al adelantarse en el marcador, sino que fue el Valencia el que reaccionó con convencimiento en sus contras, con precisión y un fútbol que también desplegó por bandas para tener, después del 1-1, incluso posibilidad de dar la vuelta al partido.

Le vino genial al Atlético el descanso, porque el Valencia estaba enchufado en ese tramo final del primer tiempo, en el que los colchoneros se desactivaron durante unos minutos ofensivamente y debieron esforzarse más en la recuperación y el trabajo defensivo. Pero su intención siguió siendo la misma en la reanudación. Su inicio de la segunda parte también fue muy prometedor, aunque le siguiese costando encontrar portería. No lo consiguió antes de que lo lograse Torres porque lo evitó Diego Alves en el minuto 60 con un paradón espectacular a remate de Saúl que acabó en el larguero. Sin embargo, los rojiblancos no sólo mantuvieron la paciencia, sino que Simeone dio un paso al frente con la salida del delantero fuenlabreño aun a cosa de perder fuerza en el medio campo. Y después, más madera con otra de las principales armas del Atlético, Yannick Carrasco, que no se quedó sin marcar y se incorporó sólo dos minutos antes de que una de las deseadas jugadas a balón parado del Atlético, peinada genial por Giménez, ratificase la victoria.

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