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Griezmann es felicitado por sus compañeros tras marcar el primer gol .
Griezmann derrumba Anoeta
8ª jornada

Griezmann derrumba Anoeta

El Atlético de Madrid vence en el campo de la Real Sociedad con un juego sin fisuras pero con el francés como única alegría

Javier Bragado

Domingo, 18 de octubre 2015, 02:57

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Regresó el Atlético de Madrid a Anoeta, uno de sus campos más propicios, y volvió el estilo que ha triunfado con el Cholo Simeone. Con un sistema defensivo bien ajustado, futbolistas preparados en los tacos para el contragolpe y un alto porcentaje de efectividad se apuntó el conjunto colchonero el triunfo ante una Real Sociedad superada por sus propias limitaciones. Para acabar de pintar el cuadro desfavorable para los de Moyes fue el francés Antoine Griezmann el mejor jugador y verdugo de su exequipo en un duelo sin alegría.

La victoria atlética en San Sebastián se cimentó más en el valor constante de Griezmann que en la prometida mejoría con el regreso de Koke. No es que el canterano no recuperara el timón del campo -algo que consiguió para alivio de Simeone-, sino que fue el francés el que reclamó el protagonismo. El momento clave se produjo cuando el zurdo recibió un balón casi en el centro del campo, abrió gas entre los timoratos defensores de la Real Sociedad y se presentó en solitario ante Rulli para picar el balón y conseguir el gol. La ausencia de celebración se unió a la sensación de día gris y sin alegrías que se vivió en el césped por ambos bandos.

El tanto de los visitantes asentó su propuesta, la del estilo sobrio y sin conesiones de los de Simeone que le ha llevado a varios éxitos en su carrera en el Manzanares. Frente a ellos, el conjunto organizado por David Moyes exhibió falta de espíritu y de patrón de juego para enfrentar a sus rivales. De hecho, los 'txuri-urdin' apenas otearon la portería de Oblak en el partido y nunca inquietaron a los bien ordenados rojiblancos en un partido en el que ambos racionaron o no fueron capaces de desarrollar su teórica calidad.

Con semejantes mimbres, la figura de Griezmann se agrandó porque fue el único que localizó el camino al tesoro y por ello fue reconocido con aplausos y silbidos de su antigua afición cuando se marchó del campo sustituido poco antes del final. Por contra, la Real Sociedad sólo aplicó empuje y búsqueda del azar, pero terminó por claudicar cuando con el equipo volcado -con diez jugadores- ante un contragolpe de Yanick Ferreira-Carrasco que certificó la victoria rojiblanca y la recuperación de su estilo y proyecto. El equipo de Moyes se despidió con la sensación de incapacidad para improvisar soluciones, aplicar un plan B o simplemente ajustar más la puntería de un conjunto sin pólvora. Ni siquiera la lluvia de tarjetas pudo justificar su derrumbe y falta de reacciones.

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