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Pyatov (i) y Aduriz saltan.
Pasión, oficio y poco acierto en San Mamés
Fase de grupos

Pasión, oficio y poco acierto en San Mamés

El Athletic supo competir ante un Shakhtar superior y buscó el triunfo al final con dos canteranos menores de 21 años en punta

Rodrigo Errasti Mendiguren

Miércoles, 17 de septiembre 2014, 00:12

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Oficio, pasión y poco gol mostró el Athletic en su inicio en la Champions League, competición en la que brillan cada año los mejores goleadores del mundo, esos por los que se pagan millones de euros. Son futbolistas clave, que resuelven partidos y nacen en cualquier parte del mundo. Un equipo puede competir sin ellos, pero necesita generar más cuando no se dispone de un contrastado finalizador. El Athletic, que volvió a la máxima competición 16 años después por los tantos del mejor que ha salido de su cantera en dos décadas, tiene poco mercado para contar con uno de ellos. Bajo ese prisma, el equipo rojiblanco completó un esperanzador estreno ante el experimentado Shakhtar, con un entrenador al que le gusta que sus jugadores realicen un fútbol a la altura del dinero que le han costado al club. Supo sufrir, compitió ante un rival que dispuso de opciones más claras y consiguió un empate que puede ser más valioso de lo que pensaban los aficionados rojiblancos al llegar a La Catedral.

Los que acudieron a San Mamés notaron muy rápido que la batalla era distinta a la habitual, con rivales de más enjundia y acostumbrados a pisar coliseos abarrotados de aficionados e ilusión. El Shakhtar demostró desde el pitido inicial su ambición, esa que confirma por qué había vencido en todos los duelos disputados esta campaña. Presión alta, incluso en los saques de banda, que al Athletic le costaba superar. En una internada de Muniain, que con la presencia en el once de Ibai pasó a la diestra, llegó un centro atrás que Beñat prolongó para que Mikel Rico disparase forzado en la incorporación. Fue un chispazo, quizá la ocasión más clara del partido, porque la sensación real de peligro tenía dirección contraria. Stepanenko golpeó desde fuera pero se topó con un Iraizoz que acaba contrato y está siendo el rojiblanco más destacado en lo que va de campaña. El meta navarro también despejó de modo soberbio un centro-chut de Srna que se colaba. El capitán ucraniano percutió de modo insistente por la diestra, al igual que en la izquierda hizo Azevedo, con un aire a Marcelo por su capacidad ofensiva y su peinado. Amargó con sus incorporaciones y disparos de media distancia a De Marcos, que ya sufría con Taison y que cuando llegó a posiciones ofensivas tampoco estuvo fino con las roscas.

El fútbol atrevido visitante dejó casi en silencio por segundos a San Mamés hasta que llegó un golpe franco botado por Ibai que generó el ansiado grito de gol, pero la red se movió por dentro y no por su parte externa. Nada varió la hoja de ruta del equipo de Lucescu, que buscaba el gol triangulando rápido, con constantes cambios posicionales, si bien el Athletic fue encontrando maneras de pisar territorio enemigo. Laporte buscó bolas a la espalda de Kucher y Rakitskiy para la peinada de un Aduriz que reclamó penalti en una disputa dentro del área. El punta ganó varios de esos duelos por alto, dejando en un carril para que Muniain hiciese el pase de la muerte, pero se quedó a medio camino entre un pase y una asistencia sin problemas para Pyatov. Agradeció la llegada del intermedio la hinchada, sobre todo tras ver que en la prolongación Laporte tuvo que cruzarse de modo crucial en otra acción por la izquierda para evitar el 0-1. Haciendo balance, lo mejor del Athletic era alcanzar el vestuario con la meta a cero.

El segundo acto arrancó con dinámica similar, acumulando Laporte las acciones de más mérito: una arrancada con la que forzó un falta de tarjeta que le posilibitó poner a prueba a Pyatov en un remate a la media vuelta y un pecho salvador en un chut de Taison que se dirigía a gol. Valverde observó la fuga existente en la diestra, por lo que optó por reforzar la zona con Susaeta. Muniain pasó al centro, en la posición que ocupaba Beñat, por unos minutos. No encontraba su sitio el Athletic, que seguía esperando su momento pero era demasiado impreciso para armar una jugada de peligro que no fuera un chut lejano o un balón al área, donde Pyatov seguía atento.

Valverde, segundos después de que Muniain se entretuviese en la mejor opción de contragolpe tras un córner, hizo debutar a Ager Aqueche, que inició su carrera profesional como león el día más emotivo. No fue el único cachorro que cerró el duelo, ya que Guillermo suplió a un Aduriz que batalló por un gol que no encontró. En el cuarto de hora final, con los dos chicos de referencia ofensiva e Ibai en la izquierda, el Athletic le puso la pasión que pedía San Mamés. Pero el gol se compra y el Athletic tiene menos donde elegir.

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