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Aduriz celebra su primer gol.
San Mamés vuelve a los altares
'Playoffs'

San Mamés vuelve a los altares

Aduriz protagoniza una reacción histórica que conduce al Athletic a la fase de grupos de la Champions

Ignacio Tylko

Miércoles, 27 de agosto 2014, 01:15

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Extraordinario ejemplo del Athletic, un viejo romántico que aún cree más en el amor a los colores y la tierruca que en jeques y chequera. Dieciséis años después de su última aparición en la máxima competición continental, los leones volverán a lucir sus melenas y a mostrar sus garras en el gran escaparate europeo. Sufrieron durante una hora ante un Nápoles ramplón, que quiso vivir del gol de Hamsik en una jugada aislada, pero reaccionaron con grandeza. Se agarraron al olfato goleador y a la experiencia de Aduriz, el único jugador de la plantilla rojiblanca que ya conocía la Champions, para hacer historia en el estreno oficial del Nuevo San Mamés al completo. Paradójico que un equipo italiano, y además entrenado por Rafa Benítez, cometiera unos fallos en defensa inimaginables a estos niveles.

Los nervios, la tensión de una final en agosto y los rugidos de una afición volcada en un cita histórica, agarrotaron a los bilbaínos hasta que lo vieron todo perdido. Hasta ese gol del eslovaco en el inicio de la segunda parte, el miedo al fracaso se imponía al deseo de victoria. El empate de la ida concedía una ligera ventaja a los vascos pero tampoco invitaba a un duelo desencorsetado. Los rojiblancos dominaban, circulaban mejor el balón y dominaban, pero siempre más pendientes de no perder la posición en defensa que de percutir. Disfrutaban del viento a favor y evitaban jugar con prisas. Pero el Athletic de Valverde, igual que el de Bielsa, es decidido y valiente y no suele obtener buenos réditos cuando especula. Los napolitanos cerraban filas, apretaban los dientes y se mostraban confiados en imponerse por la experiencia y el mayor peso internacional de sus jugadores. Esperaban aprovechar su momento desde la paciencia.

El Athletic dispuso de las mejores ocasiones en un primer tiempo anodino, casi tan cerrado como el del partido de ida. No obstante, los bilbaínos gozaron ya de las opciones mas claras para marcar. Gurpegui no acertó en un cabezazo, completamente libre de marca, en un saque de esquina, y Laporte, muy forzado, erró a portería vacía tras un centro pasado de Muniain. No había noticias en ataque de los italianos, salvo un disparo lejano del belga Mertens que se marchó a saque de esquina tras golpear en Beñat.

Nudo en la garganta

Hamsik puso un nudo en la garganta de los locales y silenció por unos instantes San Mamés al abrir el marcador en una jugada aislada. Comenzaba la segunda parte cuando se aprovechó de un mal despeje de Balenziaga para sorprender a Gorka de tiro raso. Pero cuando le vio las orejas al lobo y se sintió amenazado, el Athletic recuperó su esencia y protagonizó una reacción heroica. La defensa y el portero del Nápoles se sumaron a la fiesta vizcaína, pero Aduriz demostró ser el más listo de la clase. Primero supo zafarse de toda vigilancia en un córner y rematar con el pie, tras controlar, cerca del área pequeña, y luego se anticipó a los centrales y al guardameta tras un balón larguísimo. Ibai cerró le eliminatoria tras una acción polémica porque Aduriz estaba en fuera de juego y fue a por el balón aunque no llegó a tocarlo. Éxtasis bilbaíno y depresión napolitana dibujada en los rostros casi llorosos de Higuaín y Albiol. El gran Athletic ha vuelto.

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