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Miguel Corral salva la oposición de un jugador de Toulon en el encuentro con el que debutó en la D1 con el Nantes.
En francés 'salvador' se escribe 'sauveur'
FÚTBOL SALA

En francés 'salvador' se escribe 'sauveur'

Miguel Corral se convierte en la última esperanza del Nantes Erdré para seguir siendo equipo de Primera

Sergio Yepes

Viernes, 24 de marzo 2017, 02:12

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En la lengua romance del francés el adjetivo 'salvador' se escribe 'sauveur'. Y el sustantivo 'reacción', con una estructura morfológica también muy parecida: 'réactión'. Tiempo ha tenido ya de aprenderlo el talentoso alero Miguel Corral Pernía 'Miguelillo' (27/05/1987). Han pasado ya casi dos meses desde que llegara al país vecino aquel que a base de malabares se convirtiera a inicios de la década pasada en una de las 'joyitas' de la cantera del extinto Zaidín 90. Fue de la mano del entrenador también granadino Rafa Romero, al que está «muy agradecido», al objeto de acometer uno de los retos más importantes desde que ratificase en el juvenil del Supermercados Dani que era una de las promesas más importantes del futsal local.

Se trata de ayudar a mantener en la D1 -la equivalente a la Primera española- a todo un clásico galo como el Nantes Erdré. Y todo por vía de demostrar que quedaron muy atrás «las lesiones» y la «falta de continuidad» que, en parte «por mi mala cabeza», impidieron su despegue a escala nacional. Hasta el momento de fichar estaba entrenando con Peligros FS, así que la nueva oportunidad le permite demostrar que el que tuvo, retuvo.

Desde que se incorporase a la formación de la capital del departamento de Loira Atlántico, Miguelillo vivió en Liga un par de derrotas ante Toulon (2-7) y Bicentre (3-5) que dieron paso a la victoria contra Bethune (7-8) y el empate del sábado frente a Roubaix (5-5), con el que el Nantes Erdré se encuentra a salvo a cuatro jornadas para la conclusión del campeonato. Ocupa la décima plaza de un grupo de doce en el que descienden los dos últimos al atesorar 12 puntos, uno más que el penúltimo Bruguieres. Ahora bien, el tema está en que el colista Douai «podría ser retirado de la competición» y que eso «pudiera suponer que a nosotros nos quitaran los cuatro puntos que obtuvimos ante ellos», lo que inevitablemente «nos haría pasarlo mal» en la recta final del torneo. En definitiva, empañar una trayectoria personal por tierras galas que tenía pensado abrillantar después de su efímero paso por Echirolles en la campaña 2014/15.

«El fútbol sala de Francia no está al nivel del de España, que es uno de los mejores del mundo. Pero sí que es verdad que aparte de ser muy físico, es muy bueno técnicamente. Además, existe una afición muy fidelizada que suele llenar los pabellones. Y eso está motivando el interés de algunas cadenas. De hecho, Canal Plus va a retransmitir algún encuentro», apunta Miguelillo con la sensación de que la categoría en la que se faja tendría un poderío semejante «al de la Segunda» española. Y también de que Nantes «pertenece a ese grupo de equipos que son más serios» y que «intentan llevar las cosas con profesionalidad» pese a que «sólo se entrena durante tres días a la semana» o a que «no todos los jugadores están dedicados exclusivamente a esto».

Cinco de ellos también son españoles y han ayudado para que la adaptación del granadino esté siendo más sencilla, por lo que ahora sólo le falta resolver su eterno quebradero de cabeza para elevar también al máximo su participación en Copa, donde el Nantes disputará los octavos de final frente a L'AS Minguettes Vénissieux este próximo sábado.

«Esguinces, contracturas»

«No he podido todavía jugar al cien por cien por lesiones que voy arrastrando. He tenido esguinces, contracturas... Aunque por fortuna los fisioterapeutas del Nantes son muy buenos. Así que espero que en un par de semanas esté totalmente recuperado y pueda aportar todo lo que tengo», explica Miguelillo a sabiendas de que el francés puede ser el último gran tren que pase por la estación de sueños rotos o cumplidos en los que se ha acabado convirtiendo su carrera.

«En mis inicios quise vivir del fútbol sala, pero me perjudicaron las lesiones. También el no haber sido más luchador», comenta el jugador mientras se lame la herida que le ocasionó no haber podido aprovechar su gran oportunidad en España. «En 2006 fiché por el Melfosur Las Gabias, de Primera A. Por entonces era el equipo más grande que había en Granada. Pero no jugué todo lo que quise. No entendía como dándolo todo no apostaban por mí. Estaba en el banquillo y yo me veía bien. Aquello fue clave en mi carrera», recuerda con amargura.

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