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Medalla. Con el bronce del Sudamericano celebrado en Brasil.
«En Perú se nos trata como a futbolistas»
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«En Perú se nos trata como a futbolistas»

Patricia Aranda, colocadora de la Universidad San Martín de Porres de Lima

Sergio Yepes

Jueves, 6 de abril 2017, 02:42

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La colocadora Patricia Aranda (27/06/1979), una de las jugadoras más importantes de la etapa contemporánea del voleibol nacional, acaba de cumplir su tercer mes con la doble nacionalidad peruana. Al oeste de América del Sur llegó en la campaña 2013/14 para fichar por la Universidad César Vallejo de Trujillo, que es con quien también actuó en la pasada tras un paréntesis en el Deportivo Géminis de Comas (2014/15). Y en este curso milita en la Universidad San Martín de Porres de Lima, que es el club más importante del país en el que la maracenera desea prolongar una gran carrera que ya le hizo representar a España en cuatro Ligas Europeas, dos campeonatos de Europa, cinco Universiadas o unos Juegos del Mediterráneo. Se afana en la labor mientras también ejerce de profesora de educación física.

¿Por qué pidió la doble nacionalidad?

Porque llevo cuatro años en Perú, me siento bien, con trabajo, y así es más fácil tener los documentos que me facilitarían mi participación en la San Martín como nacional. El proceso lo inicié hace más de un año y ya tengo en mi poder el DNI, pero a efectos deportivos no seré peruana hasta la próxima temporada.

¿En qué medida amplía así las posibilidades de su carrera?

Pues la verdad es que mucho, porque en Perú lo más que permiten es que cada equipo tenga dos jugadoras extranjeras en cancha. Además, hay que tener en cuenta que los conjuntos no suelen apostar mucho por extranjeras que actúen en mi posición. Prefieren fichar jugadoras de punta.

¿Podría jugar con la selección de Perú?

Sí, porque al haber pasado ya dos años de mi última participación con la española, que fue en el campeonato de Europa que se celebró entre Alemania y Suiza (2013), cumplo otra de las condiciones que marca la Federación Internacional. Pero yo no estoy pensando ahora en jugar con Perú. No es mi objetivo. Al trabajar en el colegio no dispongo de mucho tiempo. Y llegado el caso tendría que hablar con el nuevo seleccionador (Luizomar de Mora) y ver qué espera de mí. Por ahora no me ha llamado.

¿Ha causado recelos en la Federación Española de Voleibol?

No. Mi comunicación con ellos siempre ha sido excelente. Me ayudaron mucho con el trámite del tránsfer. Si me volvieran a convocar no tendría problema, pero saben que yo ahora estoy muy centrada en el colegio. Y que lo iba a tener difícil por incompatibilidades de fechas.

Tras haber jugado en España y en Francia, ¿va a ser Perú el último país en el que lo haga?

Me gustaría acabar mi carrera deportiva aquí, que es donde puedo desarrollar mi vocación como profesora. No está seguro que vaya a ser así porque si las cosas no me van bien cogería la maleta y me marcharía.

Pese a todo ello supongo que no olvida sus raíces.

No, siempre estoy deseando coger vacaciones para volver a Granada. Ya estoy planificando con tiempo los días en los que podré estar con mi gente.

Lo que no hay duda es que en Perú es una estrella. Hasta la han entrevistado en directo en informativos televisivos nacionales...

Ja, ja, ja. Sí. Con el tema de los papeles estuvieron muy pendientes de mí todas las televisiones. En Perú una jugadora de voleibol es como un futbolista. Se nos trata igual. Por cualquier cosa te están sacando en los telediarios. Y eso da bastante publicidad, tanto para bien como para mal. Es algo bonito porque al final sientes la cercanía de la gente. Qué mejor que la afición te quiera y te admire por hacer lo que te gusta.

«Pesa el cansancio»

Ahora le idolatran en San Martín, líder de la Liga Nacional Superior de Perú y campeón de las tres últimas ediciones. Tiene usted 37 años pero lo cierto es que va a más...

Soy ambiciosa y siempre trato de superarme. Y me siento en un buen nivel. Pero no creo que esté en mi mejor momento. Mis mejores años fueron en el Béziers de Francia. Sólo estaba centrada en el voleibol. En Perú tengo también el trabajo y pesa el cansancio. Salgo de casa a las seis y media de la mañana y regreso a las once.

¿Le resulta imprescindible tener que compaginar deporte y trabajo?

Siendo sólo jugadora puedes vivir de manera desahogada, con un nivel de vida medio o alto. Pero no vas a retirarte y salir de bien lo mismo que un futbolista. Por eso yo estoy volcada también en mi trabajo. Me surgió la oportunidad en un colegio de Lima y no la quise desaprovechar.

Tanto sacrificio ya tuvo recompensa. En febrero logró el bronce en el Sudamericano de Clubes.

Sí, todo empezó con una fase inicial por grupos en la que acabamos segundas tras ser encuadradas con Rexona, el campeón. En las semifinales perdimos contra Dentil Praia, también de Brasil. Y en el tercer y cuarto puesto le ganamos a Villa Dora, de Argentina. Cumplimos con el objetivo que nos habíamos marcado.

Y poco menos que se desató la locura...

Sí. El voleibol peruano tiene mucho seguimiento. La televisión ofrece en directo todos los partidos de Liga. Y eso lo agradece la afición, que juegues cuando juegues hace colas para comprar las entradas. Quienes no entran se quedan fuera sólo por ver calentar a las jugadoras en la parte exterior.

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