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Xabi Molinet, técnico (izda.) y Pío Salvador Aguirre, presidente (dcha).
El waterpolo como estilo de vida
WATERPOLO

El waterpolo como estilo de vida

Seguir haciendo crecer su cantera y formar un equipo femenino son los grandes objetivos del CW Inacua Huétor Vega

FRAN MONTOYA

Miércoles, 8 de febrero 2017, 02:21

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Un deporte que irrumpió con fuerza en España en los 90. Un deporte que convirtió a jóvenes anónimos en estrellas del panorama nacional acabando con luces y sombras. Un deporte que nos ha dado medallas olímpicas, mundiales y europeas, y que en Huétor Vega brilla con fuerza, siendo las luces las que predominan. El CW Inacua lleva la bandera granadina del waterpolo por toda la geografía española en la Segunda División Nacional.

El padre de esta historia, que nació con la vocación de fomentar el deporte y dar uso a las instalaciones hueteñas, es Pío Salvador Aguirre. Especializado en la gestión empresarial, con un gran trabajo de teléfono y relaciones públicas, levantó un proyecto de la nada el día que cerraron la piscina de Huétor Vega a la que iba con su hijo de cuatro años a nadar.

Pío cuenta como sentía que aquellas instalaciones merecían un uso y fue el waterpolo, un deporte que le dio tanto a lo largo de su vida, la «excusa» para dar vida a la piscina donde hoy entrenan. «El waterpolo me hizo vivir grandes experiencias, me dio la oportunidad de viajar y de tener amigos que hoy siguen estando en mi vida, y quería que mi hijo tuviera la oportunidad de vivir todo eso». Hoy, «orgulloso», cuenta como el objetivo tan concreto y particular, pero a la vez ilusionante y un poco la razón de ser de este club, de que su hijo jugara al waterpolo, lo ha cumplido.

Las llaves de la piscina

El alcalde directamente les «dio las llaves de la piscina», ayuntamiento que está con ellos, y fundaron en 2012 un club todavía joven pero que ha vivido una velocidad vertiginosa de ascensos que hoy los tiene en la Segunda División Nacional. «No esperábamos que todo fuera tan rápido, pero ahora el gran objetivo deportivo es mantenerse, y que los más pequeños tengan la referencia de un primer equipo en categoría nacional», subraya el presidente del club hueteño.

Pero, como en cualquier deporte de estas características, no todo ha sido un camino de rosas. Es un proyecto que crece entre el dinero del propio bolsillo de su directiva y de la parte que consiguen patrocinar. «Hay desplazamientos a Canarias, Bilbao o Barcelona y eso es lo más difícil de costear» asegura Pío, a la vez que le da gran importancia a poder disponer de instalaciones propias. Agradecido a Inacua, sabe que necesitan crecer precisamente en eso, en disponer de una piscina exclusiva para el waterpolo, como tienen los grandes clubes. Crear un organigrama de trabajo cada día más profesional, contar con técnicos preparados, que se apunten cada vez más niños y tener unas instalaciones propias, son las piezas fundamentales para cimentar un proyecto de grandes perspectivas.

Máxima deportiva

La máxima deportiva 'se juega como se entrena' cobra todo su sentido cuando ves la intensidad con la que entrena el CW Inacua dirigido a pie de piscina por Xabi Molinet. El navarro dejó la cultura waterpolista de Pamplona por una llamada de Pío para ponerse a los mandos del apartado técnico de club. Con una tesis en fotografía y educación, Xabi tiene claro que «lo más gratificante del deporte es la formación». Cuenta que a partir de cadetes los conceptos tácticos empiezan a ganar en presencia, pero que es en infantiles o alevines cuando nace «la intuición» del chico que resuelve una situación de juego desde el sentido común o porque se lo ha visto a sus mayores. Es ahí donde todo cobra sentido.

«Los más pequeños ya se fijan en los jugadores de nuestro primer equipo», cuentan contentos de la evolución del club, un trabajo que tiene que ir germinando con el paso de los años.

Las chicas como meta

Son en torno a 70 chicos los que juegan para el club en sus diferentes categorías, desde los más pequeños hasta su primer y segundo equipo. «Formar un equipo femenino» es una de las tareas a la que ahora le están dedicando especial mimo, «hay que aprovechar el tirón de la selección femenina». Tanto Xabi como Pío coinciden en que «a nivel táctico y de toma de decisiones el mejor entreno es un partido», y es en esa circunstancia donde el equipo granadino tiene mayores diferencias con respecto a los grandes del waterpolo. «Cuando hay un parón de selecciones o buscas realizar un entrenamiento de calidad, como muy cerca te tienes que desplazar a Málaga para competir, mientras que por ejemplo los equipos catalanes en un radio muy pequeño tienen muchos clubes y de gran nivel para poder desarrollar estas prácticas». «El waterpolo andaluz está acercándose cada vez más al catalán y compite de tú a tú con el madrileño» dice convencido Pío quien cree que falta subir ese escalón para tener la «cultura deportiva» de los mejores. Por eso y por seguir impulsando la vocación formativa de este club, se han embarcado en un proyecto de escuelas de waterpolo. Junto con la colaboración de Eulen y el Patronato de Deportes se trabaja en escuelas los viernes y sábados con los más pequeños en Arabial, la Chana y Bola Oro. «Cuantos más equipos mejor» afirma Pío, que sabe de la importancia de crecer a nivel local para contar con una mayor cantera y una competencia más cercana con la que dar a conocer este deporte.

Pío desde la dirección, Xabi desde el banquillo, y David, uno de sus capitanes dentro del agua, trabajan cada día por sumar gente para su causa. Saben que compiten contra otros deportes de mayor repercusión pero también saben que el atractivo del waterpolo y su presencia, cuanto menos original, en el entorno de Granada es un valor añadido para su causa. «Quién va a la piscina a ver un partido, repite» aseguran, y es que la velocidad, el ritmo y el nivel de juego del CW Inacua Huétor Vega no tiene nada que envidiar al de los mejores de su categoría.

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