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Eder Rodríguez posa con su pala durante uno de sus entrenamientos
Nutrirse del consejo granadino
DEPORTE ADAPTADO

Nutrirse del consejo granadino

Flamante campeón de España, Eder ha decidido dejar atrás Madrid para afrontar Europeo y Mundial desde Granada, formándose junto a Manuel Robles y su amigo y compañero Miguel Rodríguez

Cesar Guisado

Viernes, 16 de diciembre 2016, 02:51

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Del barrio de Carabanchel a la villa de La Zubia. Eder Rodríguez Sánchez (Madrid, 1987) decidió hace unos meses agarrar el timón de su carrera deportiva para virar el rumbo. Sabía que para ello tenía que instalarse a los pies de la Alhambra porque aquí, dice, existe una gran escuela de tenis de mesa adaptado. No ha sido fácil. Atrás quedó una vida, muchos amigos, una familia que lo estima y unos sobrinos de los que habla con auténtica pasión.

Por el momento las metas personales se quedan aparcadas. Así debía ser desde que hace unos meses se proclamara Campeón de España y la selección nacional solicitase sus servicios para los torneos venideros de mayor prestigio. La internacionalidad ha llamado a las puertas de este joven y talentoso palista que no ha querido dejar pasar el tren. Asegura que en Granada confluye una de las mejores fuentes del tenis de mesa en silla y ha decidido beber de sus maestros.

De su compañero de selección y amigo Miguel Rodríguez, y de Manuel Robles. A ambos los define como jugadores de talento notorio y de experiencia contrastada. «Llevaba dos años pensando que debía salir de Madrid. Empezaba a destacar y para subir de nivel necesitaba salir», repasa. Hace un año, Eder afrontaba su primera gran competición internacional, en la que iba a conocer al paralímpico Miguel Rodríguez, con el que iba a coincidir más adelante en las concentraciones que la selección lleva a cabo con regularidad en La Zubia.

«Miguel me invita a su casa para que entrene con él y a partir de entonces conozco mejor a Manolo Robles, sabiendo yo de sus medallas en Barcelona '92 y Sydney 2000. Le pregunté si me podía entrenar dos o tres días por semana, o lo que fuera posible y me dijo que el club estaba abierto para mí», descubre.

Talento precoz

Eder Rodríguez es un talento precoz. Hace cinco años que jugó su primer partido de tenis de mesa y a los tres meses ya se encontraba en Pamplona debutando en su primer torneo nacional. No le fueron muy bien las cosas, «pero aquello me enganchó todavía más», recuerda.

Siempre fue un chico deportista. Jugaba al fútbol hasta que un día, con 14 años, un accidente de tráfico le provocó una lesión dorsal. «A quien hoy pase por lo que yo pasé, le diría que no lo dude. Practicar deporte es una experiencia vital, lo hagas en silla o no, eso da igual. Te abre la mente y te permite conocer gente sana, deportista», afirma.

A Eder, el tenis de mesa le ha dado aquello que no encontró en el baloncesto, en el tenis o en el pádel. Una sensación de igualdad frente a sus rivales, «me motiva enfrentarme a gente que no tiene ninguna discapacidad, que entrena mucho para ello porque para mí significa más que un hobby y, además, poder ganarles», explica.

Un partido histórico

A partir de aquí la vida deportiva de Eder comenzó a cambiar. Todavía es pronto para recoger réditos pero en Granada ha debutado en Tercera en un encuentro que acabó siendo histórico. La Raqueta de Monachil, con tres hombres en silla; Manuel, Miguel y Eder acabó ganando 6-0 a Linares siendo el primer equipo de jugadores con lesión medular en imponerse a un trío íntegramente de pie.

«Fue histórico porque nunca había pasado en España algo así en una categoría tan alta como la Tercera división», cuenta el madrileño. «La sensación que te queda es un extra para seguir entrenando y compitiendo. En mi caso, fue mi debut y encima lo hice ganando mis dos partidos, así que genial», afirma, todavía con media sonrisa que denota su ambición por conseguir alcanzando metas.

Confiesa que se encuentra cómodo en Granada, aunque todavía no ha dedicado tiempo a conocer los rincones de la ciudad. Emplea todo el tiempo que le es posible en perfeccionar su juego. El horizonte le depara más retos. En mayo será de la partida nacional para concursar en el Campeonato del Mundo que se va a disputar en Eslovaquia y más tarde, en octubre, estará presente en el Europeo de Eslovenia.

Hasta entonces, la Superdivisión Andaluza será su campo de batalla porque ya ha disputado los dos encuentros que su licencia le permite para la Tercera. Toca espantar la nostalgia como se pueda y exprimir al máximo cada mesa de La Zubia y Monachil. El reto ha comenzado.

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