La ley de la rotación más larga

El Covirán se verá las caras en la primera ronda de los 'play offs' de ascenso con el Kia Navarra, que se benefició del tropiezo del Alcázar para garantizar su presencia en esta batalla final como noveno clasificado. Su posición podría haber mejorado en el caso de haber derrotado a Morón, pero los hispalenses desestimaron la idea de dejarse llevar para asegurarse un cruce con el Covirán -más cercano y atractivo para su afición- y lograron un triunfo que les hará enfrentarse a Cambados en cuartos. Así las cosas, los pamploneses serán los contrincantes de los granadinos.

El oponente de la escuadra de Pablo Pin descendió la pasada campaña procedente de la LEB Oro, por lo que para recuperar la categoría tendrá que romper la condición de favorito que recae sobre los rojinegros en esta eliminatoria. El conjunto nazarí ya sabe lo que es doblegar a Navarra en esta temporada, y además por partida doble. En la primera vuelta el resultado en el Palacio fue 68-52, mientras que en la segunda la moneda volvió a salir cara, esta vez a domicilio (69-75).

A pesar de que el Covirán no conoce la derrota ante este contrincante, en ninguno de los dos mencionados compromisos resultó fácil inclinar la balanza hacia su lado. De hecho, ambos partidos presentan un mismo elemento común por la estrategia empleada para vencer. Los granadinos se jugaron la suerte de esos choques a ver si el rival era capaz de aguantar la tarea de desgaste utilizada por los rojinegros.

Tanto en el pabellón del Zaidín como en el del polideportivo de la UPNA, los hombres de Pin abogaron por ir minando de manera paulatina la resistencia de su adversario. Ese esfuerzo navarro fue menor en tierras granadinas, dado que una vez se minimizó el aporte ofensivo del austríaco Hopfgartner -la mayoría de sus 19 puntos llegaron antes del descanso-, la distancia en el luminoso alcanzó la decena y los visitantes bajaron los brazos víctimas del cansancio acumulado.

Eso provocó una distancia final de dieciséis puntos (68-52) que arroja una sensación distinta a la emanada por un igualado pulso en el que fue fundamental el juego interior (48-30 en el rebote) y el paso al frente dado por Uta (12 puntos y 9 rechaces) y Jesús Fernández (10+7). También hay que tener en cuenta que los nazaríes comparecieron sin los 'Ivanes', Martínez y Milekovic, aún convalecientes en ese momento por sus respectivas lesiones.

La historia cambió ligeramente en el encuentro de la segunda vuelta, dado que los pamploneses apretaron con más ahínco y pusieron contra las cuerdas a un Covirán que llegó al último período por detrás en el marcador (59-55). Eso sí, los rojinegros lo apostaron todo al mismo mecanismo que ya les dio la victoria meses atrás. Manteniendo la calma en todo momento, la escuadra granadina confió en que el oponente se vendría abajo al fallarle las fuerzas y así sucedió.

Pese a estar ocho abajo en el acto final (65-57), los de Pin metieron una marcha más a su ataque bajo la batuta de Corts y la erosión generada por la presión alta de los visitantes terminó por hacerse visible. De nuevo Uta se erigió como uno de los artífices de un triunfo que remató De Lattibeaudiere en los compases finales (69-75). Los nazaríes ya saben que el hecho de tener una rotación más amplia le concede una considerable ventaja sobre Navarra. Ahora habrá que ver si Pin repite ese planteamiento en la serie de cuartos de final o se vuelve más creativo para acceder a semifinales.

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