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Ivan Milekovic realizó un gran partido a pesar de que el rival manchego le vigilara con defensas de ayudas
Repaso a medio gas tras el susto inicial
Baloncesto

Repaso a medio gas tras el susto inicial

La fuerte salida del Albacete se diluye con el paso de los minutos ante un Covirán que nunca pierde la calma y se mantiene como líder

JUANJO MARTÍN

Domingo, 19 de febrero 2017, 01:15

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El Covirán conservará su condición de líder al menos una semana más, con independencia de lo que hagan hoy tanto Lucentum como Sammic, que juegan como locales. La tranquilidad de seguir contemplándose en la primera plaza se la ganaron los nazaríes con su cómoda victoria sobre el Albacete (92-57), un rival que demostró su condición de 'vicecolista' y que encadena ya seis derrotas consecutivas. Ayer en el Palacio sucumbió con claridad al venirse abajo en un partido en el que se diluyó con el paso de los minutos.

Los castellanos gozaron de un inicio efervescente. Las canastas al límite de la posesión y las acciones de Elías, un pívot al que le gusta más subir la bola que combinar con sus compañeros, permitieron las primeras rentas frente a un cuadro local en el que sólo Jesús Fernández emergió sobre la mediocridad inicial. Los ataques se sucedieron sin acierto alguno y en defensa los huecos se multiplicaron, lo que obligó al tiempo muerto de Pin (8-15 a poco más de cuatro minutos).

Los 218 centímetros de Nathanaelsson, espigado pívot islandés fichado en enero y que generó respeto en cada penetración de los rojinegros, terminaron de configurar un escenario difícil de creer para los más de cuatro mil espectadores presentes en el pabellón del Zaidín. El Albacete había sido mejor en el primer cuarto y de ahí su merecida ventaja (15-21) a pesar de la leve mejoría en el tramo final del acto por parte de los anfitriones.

Los visitantes habían consumado su intención de dar el susto inicial, pero habían jugado por encima de sus posibilidades como equipo. La luz que brilla con el doble de intensidad dura la mitad de tiempo, tal y como reza la frase que popularizó en los ochenta la película 'Blade Runner', y eso fue lo que le sucedió a la escuadra albaceteña. Tan fuerte fue el ritmo inicial imprimido en los primeros minutos que luego les resultó imposible mantener esa misma intensidad en el resto del choque. De esa manera, la plantilla de Alfredo Gálvez fue poco a poco disminuyendo su presencia hasta el punto de quedar totalmente desdibujada en la segunda parte.

El Covirán se encargó de eso a partir del segundo período, en el que la entrada de los 'Ivanes', Martínez y Milekovic, resultó crucial. Dos triples seguidos del pucelano sacaron a flote a unos nazaríes que seguían ahogándose en pista delantera al cometer demasiadas pérdidas, si bien el Albacete ya había empezado a mostrar síntomas de flaqueza.

Una canasta de 'Carlinhos' colocó por delante a los locales tras muchos minutos sin hacerlo (33-31), aunque fue una jugada de '2+1' de Jesús Fernández la que inició un parcial 8-0 con el que se alcanzó el receso del choque (41-33). El americano de Villena estuvo bien acompañado por Tyran de Lattibeaudiere, quien supo interpretar la rocosidad de los pivots contrarios para empezar a generar ventajas por su mayor movilidad bajo el aro.

Los quince minutos de intermedio no bastaron para que la entidad castellana recuperara su frescura, por lo que continuó su particular descenso a los infiernos que le llevó a anotar por debajo de los trece puntos en todos los actos, salvo en el primero. Semejante tapón ofensivo no hizo más que acelerar el momento en el que los rojinegros sentenciaron el choque.

Las acciones de 'Latti' aumentaron la herida de los albaceteños, que encajaron otro parcial (13-2) empezado con un triple de Bortolussi que les forzó a decir adiós al partido. La ventaja para el Covirán rebasó la decena (54-37) y en ese instante el rival sacó la bandera blanca. Los nazaríes borraron la palabra clemencia de su diccionario y continuaron castigando la indolencia defensiva de los visitantes. Los anfitriones se desataron al fin y con un triple de Milekovic establecieron la veintena de diferencia (66-44).

El croata acabó como máximo anotador del duelo (18 puntos) al ser uno de los que aprovechó los abundantes minutos de la basura para repellar su confianza. Esta tuvo un pico precisamente contra Albacete en la primera vuelta al lograr la canasta de la victoria pero, desde entonces, ha ido en picado al no salirle las cosas en los partidos.

Ayer se sacudió esas malas sensaciones acumuladas en estos meses y disparó con sus puntos a un conjunto granadino en el que gozaron de minutos el capitán Pablo García y el joven Edu Pérez, pívot que llevaba varios partidos sin jugar. Fue el colofón a una fiesta en la que el Covirán no necesitó de grandes esfuerzos para apuntarse una victoria más que le asienta como líder.

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