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Bowie, el más destacado en la tarde de ayer en el Palacio, bota buscando alternativas.
'Carlinhos' les despierta de la siesta
BALONCESTO

'Carlinhos' les despierta de la siesta

El base sentencia un triunfo del Covirán basado en el liderazgo de Bowie y la contundencia de 'Latti'

Juanjo Martín

Domingo, 5 de febrero 2017, 02:20

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El Covirán conquistó ayer una nueva victoria, en este caso sobre el Tarragona (96-89) y se colocó de nuevo líder a la espera del encuentro de esta tarde de Sammic. Esa fue la mejor conclusión de un encuentro en el que los nazaríes se mostraron superiores a su rival únicamente a ráfagas, cuando se empeñaron en apretar en defensa para atacar con velocidad al aro contrario. Cuando trató de bajarle las pulsaciones al partido fracasó, pues su afán por 'sestear' posibilitó que los catalanes se metieran de nuevo en la pugna por el triunfo, hasta el punto de que se colocaron a tan sólo dos puntos (89-87) a un minuto de la conclusión. 'Carlinhos', en su primer partido tras el fallecimiento de su madre, se encargó de hacer sonar el despertador a tiempo y evitar así males mayores.

Ese desenlace tan abierto no debió producirse nunca, más que nada porque los rojinegros poseen un conjunto de virtudes que tendría que haber bastado para tumbar a un contrincante limitado, casi en exclusividad, a su inspiración con los triples y a las acciones individuales de Orion Outerbridge. El ala-pívot de Boston plasmó su enorme talento para definir en las acciones de uno contra uno, si bien se antojó pobre como único argumento para que Tarragona opositara a la victoria.

Sin embargo, los visitantes tuvieron opciones de asaltar el Palacio ante la frialdad exhibida en cancha por el cuadro local. El equipo granadino funcionó con intermitencias en el primer cuarto, al ser capaz de endosar parciales de varios puntos seguidos pero también de encajarlos. El 6-0 inicial fue contrarrestado con un triple cambio de Berni Álvarez, lo que agitó a los catalanes para colocar el 6-7 antes de que entre Almeida, Bowie y De Lattibeaudiere abrieran de nuevo tierra de por medio para los anfitriones (17-9).

Gloyd, MVP de la pasada jornada, devolvió las constantes vitales a los tarraconenses con siete puntos en la recta final del primer cuarto, en la que reapareció en el Palacio Iván Martínez, tras cuatro meses de su último partido en casa. Uta contribuyó en la pintura hasta que se cargó con dos faltas, restando así efectividad a la segunda unidad del conjunto de Pablo Pin (23-18).

Fallos en estático

Los azulados siguieron su labor de 'hormiguitas' y en el segundo período remataron un parcial 0-11 empezado en el acto inicial (23-25). Al Covirán le costaba un mundo anotar y no por estar trabado en la circulación de balón, sino por la falta de tacto a la hora de remachar los ataques en la canasta contraria. Las posesiones en estático apenas dieron réditos, sobre todo si se comparan con las alegres transiciones cada vez que imprimieron una marcha más para correr así la pista.

En ese sentido, Bowie volvió a impartir todo un 'clínic' de cómo deben efectuarse las penetraciones a canasta. El escolta de Maryland es absolutamente imparable cada vez que mete la directa y se va hacia dentro, ya sea para finalizar con su mano zurda o con la diestra. El dominio del estadounidense y su liderazgo sobre el parqué permitieron sacar a flote a los suyos ante un oponente obcecado con los tiros exteriores -lanzó dieciocho triples al descanso, por sólo doce de dos puntos- y que perdió a sus dos extracomunitarios por faltas personales.

'Latti' se benefició de las facilidades interiores del rival para asumir en pista delantera. A veces quizá demasiado, pues en una jugada llegó a coger el rebote defensivo y subir la bola para acabar con una bandeja, todo ello sin pasársela a algún compañero. El jamaicano es un prodigio físico que en los últimos partidos parece haber aprendido a minimizar los errores propios por su exceso de ímpetu, algo que ha de ser motivo de orgullo para el cuerpo técnico y el propio interior.

La tripleta sobre la que se construyó el triunfo nazarí la completó un Joel Almeida que cuajó una gran primera mitad (11 puntos) y que tras el descanso cedió el protagonismo, si bien anotó una canasta a tabla en uno de los momentos delicados vividos tras el intermedio, al que se llegó con un exiguo 45-41.

Todo cambió en el tercer cuarto, sin duda el mejor de los anfitriones. Con Bowie desatado sobre la tarima nazarí -17 puntos, además ser el máximo reboteador (9) y asistente (5) de todo el equipo- y 'Latti' como fiel escudero, el Covirán estableció su ventaja por encima de la decena sin apenas despeinarse. La zona de Tarragona no inquietó demasiado a las huestes locales, que llegaron a gozar de hasta catorce puntos (71-57) al filo de este mágico período.

El choque entró en una fase en la que los rojinegros querían finiquitarlo, pero sin derrochar energías en unos últimos minutos que se perfilaban de trámite. Dos triples de Hernández y Gallardo amenazaron esa placidez, aunque un par de destellos de Milekovic -genial asistencia a De Cobos y luego una buena canasta a tabla- instauraron de nuevo los dobles dígitos en la renta nazarí a seis minutos del final.

Todo estaba preparado para que nada alterara esa dulce 'modorra' que le condujera al liderato provisional, pero los catalanes aprovecharon el sopor granadino para ponerse al acecho (89-87). Pin había pedido tiempo muerto poco antes y tuvo que parar de nuevo el duelo para que sus jugadores despertaran antes de llevarse un disgusto.

En ese instante surgió la muñeca de 'Carlinhos', que anotó un triple fundamental al quedarse liberado en la esquina. Al Tarragona le entraron las prisas y el director de juego malagueño se encargó de rematar desde la línea de personal un triunfo que tendría que haberse atado con una pizca más de serenidad. Empero, en la clasificación sólo importa sumar el máximo posible de victorias. Sean del tipo que sean.

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