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'Hermanados' por hacer historia en la ACB
BALONCESTO

'Hermanados' por hacer historia en la ACB

Los aleros granadinos Eloy y Pablo Almazán intentan lograr con Melilla un segundo ascenso a la Liga Endesa mientras admiten sus ganas de jugar en casa algún día

Sergio Yepes

Sábado, 24 de diciembre 2016, 01:22

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Les une un vínculo de consanguinidad en línea colateral de segundo grado, el ser miembros de una familia que tiene el esférico naranja en su cadena genética. Y desde finales de septiembre, una ambición legítima que les permitiría hacer historia en el baloncesto nacional: la de tratarse de la primera pareja de hermanos que logra el ascenso a la Liga Endesa en dos oportunidades. Los aleros granadinos Eloy y Pablo Almazán se encuentran más sensibilizados que nunca con el intento de que el CB Melilla deje de ser el decano de la LEB, después de que el saldado éxito en el plano deportivo la pasada campaña no llegase acompañado de los requisitos económicos exigidos por la ACB para terminar de formalizar el salto. Hoy se cumplen 208 días de aquel 28 de mayo en el que sentenciaron la eliminatoria frente al Peñas Huesca en el pabellón José Antonio Imbroda. Y eso es tiempo más que suficiente para que este par de componentes de una saga de 'oro' hayan aumentado sus ganas por repetir y honrar también al basket de esta ciudad, al que algún día incluso quisieran representar. De hecho, esto último supone «una ilusión» para quienes pasaran efímeramente por las secciones inferiores del extinto 'Cebé' y a continuación continuaran formándose en las de Unicaja.

Eloy, que tiene 32 años por haber nacido el 11 de enero de 1984, señala que no nació ninguna circunstancia especial del hecho de estar compartiendo vestuario con Pablo desde agosto de 2015. «Es algo que llevamos muy bien. Durante los entrenamientos lo damos todo, competimos al 100% y si es necesario hasta nos 'pegamos'. Y cuando llega el momento de los partidos tratamos de hacerlo lo mejor posible», señala con el honor de ser historia viva del Melilla. Después de que se incorporase hace seis temporadas, este exterior polifuncional de 199 centímetros se trata del segundo jugador que más veces ha portado la camiseta azulina -en 176 partidos- y eso no sólo le supuso asumir el brazalete de capitán, sino también presentar un compromiso extra con respecto a la caza de los objetivos.

«En relación a la pasada temporada tenemos mejor equipo. Lo que pasa es que comenzamos con problemas por una lesión que tuve en la tibia y por otra en la espalda de Suka», añade Eloy para justificar que el Melilla sea ahora el décimo clasificado, que es algo que no quita «para que seamos uno de los rivales más temidos».

«Aunque ahora estamos peleando por una plaza en la Liga Endesa, nos encontramos también a la espera de que la ACB nos conceda en los despachos la próxima temporada la que ya nos ganamos en la pasada. Para ello hay idea de cumplir con lo que nos exigen, pues en unos meses comenzarán las obras del Pabellón -de 2.800 localidades tiene que pasar a 5.000- y se están buscando patrocinadores para cubrir el dinero -sobre 5,2 millones- que también piden», termina de contextualizar Eloy. El mismo que no rehusa hacer planteamientos más a largo plazo con el confort personal que también le aporta otros éxitos como el haber subido a la LEB Oro con Alcudia (2005) y Alcázar (2010).

«De chico jugué un sólo año en el Cebé porque era un club con el que no sintonizaba. Había mucho dinero, aunque no se apostaba por la cantera. ¿Pero a quién no le gusta jugar en su ciudad, ante su gente», culmina seguro que pensando en el Fundación. O en su padre Antonio -antiguo alero del Castor- y su tío Juan Antonio, que hizo historia en Granada siendo base de Oximesa.

Con España

De ellos, y de sus otros tíos Almazán, Miguel y Javi, seguro que también le llegó la afición por el basket a Pablo. A un exterior de 200 centímetros que tiene 27 años -nació el 15/01/1989- y que ha metabolizado con ansias de superación el haber coincidido con Eloy. «Después de habernos enfrentado mientras yo jugaba en La Coruña (2012/13), Breogán (2013/14) o en Navarra (2014/15) acabamos encontrándonos en Melilla. Y en los entrenamientos no nos dejamos nada. Vamos a muerte en cada jugada y si le doy fuerte se sabe que no es por mala fe», explica refiriendo un parentesco que asume «con orgullo» pero no desde una atalaya. «No, no me siento el mejor de los hermanos porque yo haya jugado en ACB -en Unicaja (2010/11) y CAI (2011/12)- y él no. En todo caso, le estoy agradecido porque él me abrió el camino en Unicaja», expone el jugador que también puede presumir de haber sido bronce con España en los europeos sub 16 y sub 20 de 2005 y de 2009. Aquel mismo que ve «posible» nuevamente saldar con éxito el reto melillense, que es el que le podría devolver a la élite.

«Todo jugador quiere crecer, mirar para arriba y mejorar. Pero tal y como está el baloncesto actual no es tan fácil. Porque a lo mejor en un momento dado jugar en la Liga Endesa significar renunciar a dinero», matiza quien se siente «muy de su tierra». Y por ello le encantaría «jugar ante mi gente». Llegado a este punto es cuando recuerda «que ya tuve la oportunidad de hacerlo en el pasado». Y también, que el Fundación «está haciendo muy bien las cosas». Es una simple asociación de ideas.

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