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JUANJO MARTÍN
Domingo, 4 de diciembre 2016, 01:01
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La plantilla del Covirán se marchó del Palacio de los Deportes con esa indescriptible sensación del trabajo bien hecho. Sin excesivas alharacas pero con la seguridad de haber dado un paso más hacia los grandes objetivos de esta temporada. El más inmediato es concluir la primera vuelta entre los dos primeros, un hito que está más cerca después de su triunfo de ayer sobre el Lucentum (78-72). No fue un encuentro en el que se pasó por encima del contrincante, aunque ni siquiera los más optimistas esperaban un choque así ante unos alicantinos que poseen una plantilla diseñada para estar igualmente en lo más alto de la LEB Plata.
Ya en el primer período se comprobó el potencial de ambos conjuntos al librarse un intercambio de golpes que no coronó a ningún vencedor. Álvaro Lobo, otrora pesadilla nazarí en el Ávila, continuó martilleando con sus puntos a los hombres de Pablo Pin, cuyos aspavientos desde el banquillo en cada canasta del talentoso escolta reflejaron su enfado por concederle el más mínimo respiro en defensa.
En el bando nazarí se repartió bastante más el peso en pista delantera. Lattibeaudiere arrancó el duelo con un mate y después desapareció del parqué. Carlinhos asumió de nuevo las manijas del ataque rojinegro, que encontró a un siempre dispuesto Jesús Fernández. El americano de Villena lideró el último impulso para remachar el primer cuarto por delante en el marcador (19-18).
El testigo ofensivo lo recogió poco después Bortolussi, con ganas de resarcirse por su fallo desde la personal en la última jugada del revés contra Zamora. El argentino no alejó del todo a esos fantasmas al firmar un escaso 50% en los libres (4/8), pero sí se desquitó a base de canastas interiores y triples que permitieron un ligero despegue en el electrónico. El 'pibe' contagió a sus compañeros de su inspiración desde más allá del perímetro (41-34), pero Lobo asustó de nuevo a la 'caperucita' rojinegra. El partido volvió a apretarse (46-41) por mucho que los locales dominaran en el rebote.
La abismal diferencia en valoración (62-38) no se plasmó en ningún momento en un luminoso que se abrió momentáneamente en el tercer acto. La tercera falta de Lobo ayudó en ese sentido, pues los alicantinos perdieron a su principal referente y encajaron un parcial 8-2 (54-43). El Lucentum de Zapata reaccionó a la perfección y le devolvió el golpe con un 0-7 que instauró una vez más la igualdad en este disputado encuentro.
Corts se desmelena
El Covirán se atascó y Pin optó por mover el banquillo con un triple cambio. Una canasta exterior de Solsona sembró inquietud en la grada del Palacio, que se levantó ante el 'show' de Carlos Corts. El granadino firmó una de las mejores jugadas de la jornada al robar un balón, sortear a Rejón con un 'caño' al botarlo entre sus piernas y conducir el contraataque para la asistencia a Uta, que machacó el aro sin oposición. No contento con eso, el base repartió juego y anotó un triple que conservó la renta granadina de cinco unidades al descanso (61-56).
Un triple de Milekovic nada más empezar el último cuarto hizo creer a los seguidores granadinos que no tocaba ración de sufrimiento, pero nada más lejos de la realidad. Una canasta de tres de Balogun y una inexistente falta en ataque indicada a Corts propiciaron que el Lucentum se pusiera de nuevo por delante tras muchos minutos sin conseguirlo (64-65).
Los levantinos vertebraron su juego en torno a la figura de Rejón, dado que Lobo estuvo mejor atado tras el descanso. El 'cuarentón' respondió bien, pero carente de brillo al sumar en pista delantera con pobres porcentajes (5/18 en tiros de campo). Corts y Milekovic golpearon una vez más el aro del Lucentum, cuyos ataques siempre terminaron en las manos del interior de pelo plateado. Bortolussi incrementó la intensidad atrás, aunque un despiste colectivo habilitó a Aramburu para que estableciera la igualdad a noventa segundos del final (72-72).
Todo lo vivido anteriormente pasó a la categoría de anécdota al llegar a esa situación de partido. Este se oscureció al cometer dobles 'Carlinhos' en la primera acción tras instaurarse el cara o cruz entre dos de los mejores conjuntos de la LEB Plata. Los colegiados indicaron personal en ataque de Nikolic a 'Borto', mientras que Bowie sacó provecho de los tiros libres. 'Carlinhos' le acompañó en ese carrusel desde la línea de personal que provocó el triunfo nazarí. Rejón pudo darle más emoción si cabe al choque con un triple y una posterior bandeja que no entraron. Reclamó falta con vehemencia, tanto que hasta le negó al principio el saludo final a Fernández. Los árbitros aguantaron el 'chaparrón' del jugador, al que le costó digerir un triunfo del Covirán que le acerca a la Copa y que, sobre todo, puede ser relevante de cara al futuro.
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