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Oriol Junyent militó en distintas etapas en el CB Granada.
El punto y seguido de Oriol Junyent
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El punto y seguido de Oriol Junyent

Prolongará su pasión por el baloncesto entrenando al segundo equipo de Obradoiro de Santiago, que es donde se retiró y disfruta de las inversiones que realizó

Sergio Yepes

Domingo, 14 de agosto 2016, 00:26

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«Mientras estaba jugando hice los tres cursos de entrenador, que llegado el caso me permitirían trabajar en todas las categorías. Fue por seguir un poco el oleaje del baloncesto, del que soy un profundo enamorado. Por seguir ligado al mundillo», recalca. Nueve años después de que pisara por última vez el parqué del Palacio de los Deportes, y sólo dieciséis meses más tarde de que se decidiera a retirarse, el sabadellense Oriol Junyent (01/07/1976), una de las figuras más señaladas del extinto CB Granada, tiene reorganizada su nueva vida, aunque sea de un modo experimental.

Como fruto a una experiencia que podría considerarse piloto, el antiguo pívot ya asumió el curso pasado la dirección del sénior B, y también del júnior, del Río Natura Monbus Obradoiro: el séptimo equipo con el que compitió en la Liga Endesa y aquel en el que dio por finalizada su amplísima trayectoria. En esta próxima campaña, 'Uri' repetirá al frente del primero de ellos, que es con el que litigará en la Primera Nacional gallega y quedará a la estela del cuadro profesional que dirigirá Moncho Fernández en la escuadra compostelana.

Esa misma que fue una de las que más huella le dejó, pero que al brindarle unas retribuciones «que dan para el transporte y poco más, porque esto es algo voluntario» le obliga a seguir pendiente de «las buenas inversiones» que realizó mientras se encontraba en activo. Eso es algo que «no me preocupa, porque de momento no necesito más», pero que sí que al menos sirve para contextualizar cómo sostiene este punto y seguido que ha establecido en su vida.

«Han sido muchos años en el mundo del baloncesto. Y ahora quiero seguir en él, me gusta trasmitir mis conocimientos a los chavales jóvenes que son el futuro y están a un solo paso de dar el salto, para ver si así pueden llegar lo más lejos posible dentro de sus posibilidades», comenta Junyent, evitando realizar grandes proyecciones de futuro ni querer tampoco hipotecarse.

«Quiero ver si esta experiencia me acaba de gustar. La del pasado año fue muy estresante y bonita y la del próximo espero que sólo sea bonita. Para ello tendré que adaptarme a la forma de enseñar adecuada», añade, por lo que tampoco debe extrañar que no esté pensando ahora precisamente en tomar plaza en banquillos de élite. «En principio no es mi idea, pero estoy en una fase de aprendizaje y nunca sabes lo que puede pasar», apostilla con cierta picardía profesional.

Pero también con la tranquilidad de estar viviendo cómo y donde quiere. Junto a Yolanda, la mujer de Granada con la que contrajo matrimonio, y los dos perros que les hacen compañía, estableció su residencia en Bertamiráns. En un municipio situado a sólo nueve kilómetros de Santiago que por ser pequeño «no deja de tener todos los servicios necesarios». Y que encima les brinda la «comodidad de poder ir andando a cualquier lado: al supermercado, a tomar unas cervezas con los amigos e incluso al bosque, que también lo tenemos muy cerca». Será en esos «paseos que nos gusta tanto disfrutar» cuando Junyent seguramente haga balance de lo que tiene en el plano material y lo que tuvo en el deportivo.

«De momento no me puedo quejar. Gracias a que mi mujer siempre tuvo muy buena cabeza supimos invertir bastante bien el dinero que gané como jugador. Lo tengo colocado en viviendas, de las que obtengo ahora buenos rendimientos en formas de alquileres», dice el catalán a propósito de los inmuebles que por ejemplo adquirió a su paso por Alicante. E incluso por Granada, la ciudad en la que tiene una residencia que suele frecuentar todos los veranos a propósito también de las visitas que le gusta realizar a Almuñécar. Ni más ni menos que la localidad en la que le gusta descansar y en la que tendrá tiempo de recordar su amplio pasado como nazarí.

Cuatro etapas diferentes

Y es que Junyent llegó a militar en el 'Cebé' hasta en cuatro oportunidades diferentes: tres para competir en la ACB -temporadas 1997/98, 2001/02 y parte de la 2006/07- y una efímera en la LEB (2000). «Me quedo con todas las etapas, porque la verdad es que de las cuatro saqué cosas positivas. Aunque quizás destacaría el emotivo momento de la primera en la que logramos salvarnos en el último suspiro del partido final de los 'play offs' de descenso -ante el Ciudad de Huelva- con una canasta John Williams», dice 'Uri', quien también valora como positivo «a todos los jugadores a los que pude conocer». Entre ellos, al norteamericano Curtis Borchardt, de quien dice que «fue espectacular».

«En el CB Granada siempre estuve muy a gusto -añade- por eso me dio mucha pena su desaparición». Y por eso seguramente le desea «todo lo mejor» a su sucesor Fundación, que es en el que distingue claramente a la figura de su presidente.

«Óscar Fernández-Arenas (al que Oriol conoció en el extinto Cebé) me tiene conectado al nuevo equipo. Y creo que está haciendo un grandísimo trabajo. Siguiendo una buena línea» que a su juicio habría que potenciar «con alguien que pusiera dinero para que el club pudiera llegar a lo más alto y así se volviera a llenar el Palacio de los Deportes».

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