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Sergio Rodríguez lanza a canasta.
Gasol convierte el partido en un entrenamiento
Amistoso

Gasol convierte el partido en un entrenamiento

Con una actuación soberbia en la primera mitad, con 24 puntos y 10 rebotes, sentenció el choque contra Macedonia antes del descanso

Luismi cámara

Martes, 25 de agosto 2015, 18:57

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España solventó con una nueva y holgada victoria (88-54) la penúltima prueba antes del Eurobasket, la segunda ante Macedonia y con los doce definitivos que buscarán recuperar el oro y lograr la plaza directa para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro del próximo verano. Realmente fueron once, o diez y medio, porque Felipe Reyes no jugó por precaución por una pequeña sobrecarga en el gemelo de la pierna derecha, y Rudy Fernández sí lo hizo pero algo renqueante por un resfriado. A poco más de una semana para el torneo, no era cuestión de arriesgar en un choque de preparación, en un entrenamiento intenso con público. Pero sólo con Pau Gasol ya bastaba. El 4 rompió con su soberbia actuación en la primera mitad un partido que convirtió en algo así como una pelea de Muhammad Ali contra un sparring con mal de manos. El NBA logró 24 puntos y 10 rebotes (33 de valoración) en apenas 14 minutos sobre la cancha y fue el principal artífice de la aplastante diferencia al descanso (45-25).

Como le gusta repetir a Sergio Scariolo, lo importante de estos partidos no es el resultado, sino ir ajustando piezas de cara al torneo continental. Logroño fue un pasito más en ese objetivo, aunque podrían haber valido más con una mayor resistencia en frente. Con el ataque más o menos fluido, al técnico le preocupa especialmente confirmar una solidez defensiva que ayude a solucionar problemas cuando la escopeta se atasque en el campo rival. Parece que lo está consiguiendo, como se volvió a demostrar en la capital riojana. Cuando sus hombres aprietan los dientes atrás, son capaces de volar hacia la canasta contraria y sumar esos puntos fáciles que le permiten romper el partido en un suspiro. La mala noticia fue la lesión de Ribas, que se dañó la pierna derecha poco después del comienzo del choque y no volvió a jugar. Ahora deberán hacerle las pruebas necesarias para conocer el alcance de la lesión.

La Roja demostró su poderío en momentos puntuales, con Mirotic y Pau, comprobó que las piezas están engrasadas para machacar el aro rival desde cualquier frente y evidenció que le hace falta muy poco para sacar rentas suficientes para llevarse este tipo de combates. Hasta aquí todo perfecto.

Las dudas parten de si los adversarios de la gira preparatoria que la ÑBA está completando por España son de la suficiente entidad como para comprobar con franqueza si esos progresos se están produciendo convenientemente.

Porque este tour vale para que ciudades como Logroño, que hacía cinco años que no disfrutaba con la presencia del equipo nacional, puedan sentirse partícipes del éxito de Gasol, Rudy Fernández, Sergio Rodríguez, Mirotic, Llull y compañía. Los aficionados que llenaron hasta la bandera el Palacio de los Deportes de la capital riojana disfrutaron y vibraron con cada acción de la selección, pero lo hubieran hecho igualmente si sobre la pista en lugar de Macedonia se hubiera encontrado Liechtenstein, Cabo Verde, Luxemburgo o Guinea Bisáu. La pregunta es si estas seis pruebas ante rivales de una entidad menor (el próximo domingo Zaragoza acoge el último amistoso, el séptimo), en lugar de ayudar a forjar un estilo, no resultan contraproducentes al crear una sensación irreal de invencibilidad. Francia, Lituania, Serbia, Croacia o Alemania han preparado un calendario en el que han combinado contrincantes débiles con otros de entidad superior y, además, en escenarios distintos, fuera de la comodidad de sentirse arropados siempre por sus aficionados.

Dudas aparte, España volvió a enseñar en Logroño que tiene mimbres para volver a lo más alto tras el fiasco del pasado Mundial. Es algo que nadie pone en cuestión. A España le faltan los kilos y el músculo bajo los aros que aportan Marc Gasol y Serge Ibaka. Tampoco cuenta con el capitán Navarro, fundamental en los éxitos pasados pero muy tocado físicamente en las últimas campañas, ni con los dos bases NBA de referencia (Ricky Rubio y Calderón) junto al Chacho. Es lo que se puede echar de menos en la fase decisiva, cuando estén en disputa las medallas y la clasificación para los Juegos de Río ante los temibles y favoritos galos o los talentosos serbios. Pero no hay que olvidar que Scariolo tiene en su equipo a uno de los pívots más reconocidos de la mejor liga del mundo y referencia en los Bulls, al segundo mejor novato de la competición estadounidense, al MVP de la última ACB, a la columna vertebral del actual campeón de Europa. Casi todos firmarían el poder disfrutar de un roster con tantas garantías y recursos como el de España, incluso los propios seguidores de la ÑBA de hace unos lustros, cuando el equipo nacional peleaba por las medallas pero veía cómo se le escapaba siempre la dorada, la más cara de todas. No están todos, pero la calidad del conjunto es incuestionable y es superior, por nombres y méritos, a la mayoría de los rivales que se va a encontrar en su camino por el torneo continental. Pero, ya se sabe, siempre se añora lo que no se tiene.

No parece que Macedonia tenga la capacidad para ser uno de esos adversarios de nivel que puedan complicar la vida a España por lo que ha demostrado en los dos choques de esta preparación. Los balcánicos distan mucho de parecerse a esa maravillosa y divertida selección que asombró a todos en el Eurobasket de 2011, cuando se coló en semifinales de la mano del fantástico base estadounidense Bo McCalebb y del gran Pero Antic, ausentes ahora.

Si en Madrid fueron vapuleados (94-63), en Logroño no hicieron más que confirmar que son un equipo apañado, con buenos tiradores, como corresponde a una de las repúblicas herederas de la escuela yugoslava, y algún poste con recursos, pero que está lejos de la élite europea en la que España lleva asentada muchos años.

Es verdad que salieron más intensos que en Madrid pero fue Pau el que salió más encendido. En modo estelar, el de Chicago se cargó el partido en el primer cuarto con una exhibición. 16 puntos y 6 rebotes -25 de valoración- logró el catalán en menos de ocho minutos y disparó a España en el marcador, lo que hacía presagiar que la prueba volvía a pintar sencilla (27-15).

Los cambios de Scariolo bajaron las pulsaciones a La Roja (aunque en esta ocasión vestía la indumentaria blanca) y el partido entró en una fase de sopor en el segundo periodo. La diferencia se mantenía con comodidad, sin embargo, por encima de los diez puntos pese a las imprecisiones y los momentos de correcalles de los dos contendientes. Bastó con un nuevo arranque de calidad del mayor de los Gasol para estirar demasiado la diferencia.

Probaturas (presión a toda pista, combinaciones de jugadores, cincos con características muy distintas,), reparto casi milimétrico de minutos con un mimo especial a Gasol -al que se le esperaba a pleno rendimiento para Berlín pero que ayer decidió ya hacer acto de presencia con un talento tan grande como su tamaño-, y asimilación de roles y de responsabilidades. Eso es lo que se volvió a veren Logroño. Claver, que se llevó un golpe en la rodilla en el tercer cuarto, se confirma como el tres alto de España cuando Scariolo se decida a sentar a alguno de los pequeños de su línea exterior; Hernangómez, pese a las faltas, volvió a demostrar que su juventud es un valor, no un problema, y que está listo para ayudar si su entrenador lo requiere; y Mirotic sigue dando razones a José Luis Sáez para que insista ante la FIBA de que abra la puerta a dos nacionalizados. El montenegrino e Ibaka pueden marcar juntos el futuro de la selección.

Y entre una cosa y otra, es decir, entre canastas y rebotes de Pau, las alegrías de Hernángómez, las perlas del Chacho Rodríguez, la brega de San Emeterio y los destellos de Mirotic se escapó la segunda mitad sin que Macedonia pudiera hacer nada por evitar la sangría y sin que el renqueante Rudy Fernández apareciera más de lo necesario.

Los rivales por el oro en el cercano Eurobasket pueden temblar tras este encuentro. Pau Gasol, que acabó con unos estratosféricos 26 puntos, 16 rebotes y 41 de valoración en 22 minutos. Ya está aquí. Ante Macedonia mostró su mejor versión. Ojalá le dure hasta la final del Eurobasket. Será la mejor señal.

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