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Pau Gasol lucha por un balón.
Reyes evita la prórroga sobre la bocina
SELECCiÓN

Reyes evita la prórroga sobre la bocina

España ofrece una pésima imagen ante la entusiasta Venezuela, que fue superior a la decepcionante selección de Scariolo

Amador Gómez

Martes, 18 de agosto 2015, 23:43

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Sólo gracias a Felipe Reyes, con un afortunado palmeo sobre la bocina, evitó España la prórroga ante Venezuela, aunque el coraje del pívot cordobés no tapó la pésima imagen de la selección de Sergio Scariolo en su cuarto partido de preparación para el Eurobasket. En su incasable lucha por el rebote, a la segunda y última acertó Felipe Reyes y España celebró el sufrido triunfo como si de un encuentro de competición se tratara, después de haberse visto superada por un equipo más rodado que sorprendió con su gran juego, mientras el de Scariolo se estrelló en todas las facetas y confirmó que aún tiene mucho que mejorar. En el Europeo, un partido tan malo puede costar muy caro y pagarse con una despedida prematura.

En su peor amistoso, y ya sólo le quedan tres antes de verse obligada a alcanzar a partir del 5 de septiembre en Berlín la final de Lille para sacar el billete olímpico directo, España decepcionó ante Venezuela, enun duelo en el que no dio la talla en defensivamente y sólo ofreció destellos esporádicos en ataque. Ante un gran y entusiasta rival, con mayor rodaje y bastante más acierto que la selección de Scariolo, España debió esperar hasta el pitido final para asegurar la victoria y sacar al menos un aprobado -sólo en el marcador- en Burgos, donde de nuevo hubo demasiadas pruebas y se volvió a demostrar que queda muchísimo por ajustar y aún debe encajar sus piezas, coger ritmo y recuperar la forma física.

A falta de cuatro minutos y medio del final España perdía por cuatro puntos (65-69) y ya había provocado varios enfados de Scariolo, que dio oportunidades a varios de los integrantes de la segunda unidad, y algunos de ellos respondieron durante el poco tiempo del que dispusieron, caso de Pau Ribas y Pablo Aguilar, aunque les tocó jugar cuando peor pintaba. Sin embargo, en el momento de la verdad, cuando España estaba rozando el ridículo, con un parcial en contra de 4-14 (72-77), Scariolo debió recurrir a su mejor quinteto, al de los más veteranos (Sergio Rodríguez, Llull, Rudy, Reyes y Pau Gasol) para intentar detener la sangría y firmar como mínimo la victoria. La capacidad de lucha y espíritu reboteador de Reyes impidió que se tuviesen que jugar cinco minutos más, pero Venezuela, muy poderosa físicamente y espléndida en el tiro, dejó en evidencia a una selección española flojísima en defensa y, con contados destellos, siempre atascada en ataque.

Con Pau Gasol sin estar a pleno rendimiento España padeció demasiado contra un equipo venezolano que jugó un grandísimo partido ante una de las mejores selecciones del planeta, a la que de nuevo salvaron los experimentados, que recurrieron al orgullo para impedir lo que hubiese sido un grave tropezón y para muchos un sonado batacazo, aunque fuese en un partido de preparación. Con los cuatro internacionales madridistas y su gran estrella, España -mejor dicho, Reyes-, protagonizó in extremis la esperada remontada, después de ser desbordada la selección por una sobresaliente Venezuela. El equipo de Scariolo ofreció excesivas lagunas y una muy mala imagen cuarto días antes de recibir en Madrid a Macedonia, que también será un exigente contrario para una selección española que depende muchísimo de sus estrellas, y eso es un verdadero peligro con vistas al Europeo.

Venezuela no sólo plantó cara a España, sino que fue superior prácticamente a lo largo de todo el duelo. Hasta que el incombustible guerrero Reyes, junto al seguro de vida que representa Rudy Fernández desde el exterior, tuvieron que dar un paso al frente. Porque el gran favorito que esperaba un encuentro relativamente plácido se encontró de frente con la competitividad, el atrevimiento y el buen juego de un rival crecido que nunca se fue del partido. Ni siquiera cuando España se puso con ocho arriba (63-55) al final del tercer cuarto, porque los triples volvieron a meterla en una batalla demasiado dura para Scariolo y los suyos que pudo terminar de mala manera.

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